martes, 20 de mayo de 2014

La escultura religiosa y espiritual de Máximo Riol

La escultura religiosa y espiritual de Máximo Riol
TA ofrece un artículo y reportaje gráfico de Jesús Ruiz sobre la obra de este artista afincado en Telde

El escultor Máximo Riol, junto a una de sus esculturas (Foto Jesús Ruiz)
TELDEACTUALIDAD
Telde.- Máximo Riol, prolífero y distinguido escultor afincado desde hace años en el municipio de Telde, presenta esta noche, a partir de las 20.00 horas, en el Círculo Cultural la exposición 'Danzas de lava'. Una muestra con la que quiere rendir homenaje al polifacético e ilustre artista canario César Manrique. Jesús Ruiz, colaborador de TELDEACTUALIDAD, realiza un análisis de la obra de Riol.
 
Danzas de lava
por Jesús Ruiz Mesa
Uno de los testimonios artísticos que nos brinda nuestra isla de Gran Canaria, municipios y capital, es poder ir descubriendo las manifestaciones artísticas que con el tiempo se han convertido en iconos urbanos del arte, formando parte del propio paisaje arquitectónico, rural, urbano y en algunos casos del litoral que circunda la isla redonda.

La escultura ha ido tomando posiciones en sus diferentes ubicaciones a lo largo y ancho de la red urbana de nuestras ciudades, mostrando el acento, sensibilidad y proceso expositivo que con el tiempo se ha identificado, como referente de la zona, núcleo o hábitat en que se erige la obra. Tal es el caso de la escultura de Máximo Riol Cimas. Una serie de creaciones esculturales, de estructuras monumentales, donde domina el diseño sobre perfiles lineales, arcos, espacios, huecos donde se funden los símbolos y el mensaje cultural, religioso, paisajístico, natural, para descubrir en sus proporciones la reflexión que el artista modela, trabaja y dimensiona sobre el acero cortén.

Jonathan Allen, Profesor de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Director del Diploma de Estudios Canarios. Crítico de Arte del periódico Canarias 7, bajo el título “Acero espiritual, hombres y espacios sagrados en la escultura de Máximo Riol”, expresa en el catálogo de la Exposición individual titulada “Ángulo Sagrado”: “La escultura religiosa en la obra de Máximo Riol”, que tuvo lugar el año 2007, en la Ermita de San Pedro Mártir de Verona de Telde: “No solemos asociar el hierro y el acero a la expresión plástica de Dios. Son otros los materiales, nos decimos, que la tradición occidental ha escogido: el mármol, la madera, la plata, el oro. Pero una lectura especializada de las catedrales europeas pronto corrige este prejuicio. Algunos de los más espléndidos umbrales de la cristiandad son sus puertas de bronce, desde los relieves de Ghiberti en Milán hasta los de Sanguino en La Almudena de Madrid. El hombre, buscando el medio imperecedero, ha impreso en el metal su historia espiritual. La piedra y el hierro han actuado como una especie de garantía, proporcionando una eternidad relativa que refleja, aunque imperfectamente, el tiempo divino.
 
La escultura religiosa y espiritual de Máximo Riol es una manifestación contemporánea. Jamás ha intentado reproducir el arte del barroco o del romanticismo. No es un “neo-imaginero”, sea dicho esto con el debido respeto hacia ese gremio de artistas-artesanos. Ángulos Sagrados es el título de una exposición que agrupa y relaciona obras espirituales de un autor creadas durante dos décadas de producción continua.
 
El escultor no es lo que podríamos llamar “un cristiano estándar”, si es que existe el perfil, pues la fe es una isla “dentro de la isla que es cada hombre”, como decía John Donne, el poeta metafísico inglés. Pero el escultor, el artista en general, no puede vivir de espaldas al espíritu.
 
Quizás incluso lo exprese negándolo, criticando los excesos formales de los ritos codificados, o como angustia existencial. Aún así, estos extremos son formulaciones de una pulsión inconsciente, secreta dinámica del arte, que conduce al hombre a embellecer inútilmente los objetos y las formas, y ese embellecimiento inútil, es un alarde del más allá, un deseo de perduración, un ansia laica de eternidad”.
 
El Cronista Oficial de la Ciudad de Telde, Director-Conservador de la Casa Museo León y Castillo de Telde, D. Antonio María González Padrón referente a la obra del escultor teldense en esta exposición, bajo el título de El sugerente arte escultórico de Máximo Riol, expresa: “Allí donde el sonoro Atlántico bate con más fuerza el litoral teldense y sus aguas profundamente azules lamen incansablemente la lava hecha risco, Playa del Hombre, tiene su residencia familiar y su estudio uno de los creadores plásticos más versátiles del panorama artístico insular contemporáneo, nos referimos a Máximo Riol, el escultor equidistante entre el rudo oficio de Vulcano y el hacedor de bellezas que fue, sin duda el gran Fidias.
 
Su formación académica y su buena aquilatada carrera profesional, se deben en gran parte a una imperiosa necesidad de profundizar en los secretos más recónditos de la materia, a la vez que en el decidido empeño de descubrir sus pensamientos utilizando los metales menos dúctiles para dotar a las piezas resultantes de ciertas atemporalidades con que ganar la inmortalidad de las mismas. Las fuentes artísticas de las que se siente deudor son tan variadas como contrapuestas, y sólo él ha sido capaz de equilibrarlas en la virtual balanza en que sentimos está representado perpetuamente su arte.
 
Lo esencial para el artista no es, ni mucho menos, obtener el aplauso fácil, sino muy al contrario, la aceptación sin reservas de su trabajo por su propio intelecto. Se nos antoja que el primer mandamiento que debe cumplir todo ser humano y, máxime cuando es hacedor de obras de arte, sin importar en qué disciplina se expresa, es la coherencia. Profundo conocedor de la reacción-acción del hierro, acero, aluminio……labora con acierto sobre ellos, permitiéndose no pocas veces el lujo de jugar a provocar. A lo largo de sus años como escultor ha distado mucho de ser un artista maldito, pues ha recibido continuamente el favor de la crítica especializada y lo que es más loable, el reconocimiento del público.
 
Máximo Riol va más allá de la certera interpretación de la iconografía cristiana y católica para facilitarnos la comprensión del ecumenismo panrreligioso, así cuatro arcos, representan otras tantas religiones: Judaísmo, Budismo, Cristianismo y Mahometanismo. Estos simples elementos arquitectónicos evolucionan desde dos puntos paralelos en contacto con el suelo hasta desarrollarse en altura y venirse a unir gracias al pasivo sostén de una clave, concluyendo así la parte superior que a imitación de bóveda celeste lo envuelve todo con suma perfección”.
 
Para el artista Luis Arencibia Betancort, Máximo es un claro exponente de la universalidad con que se vive y se siente el arte en Canarias, en donde las vanguardias han estado siempre presentes con anterioridad a otros territorios españoles, tal fue el caso del surrealismo y la Gaceta de Arte, el racionalismo, etc.
 
El poeta y escritor Luis Antonio González en un reciente artículo titulado “Del vacío a mi vacío”, deja reseñado: Martin Heidegger reflexiona sobre la relación del arte y el vacío, a través de su concepción de la creación como una contención de espacio, pero a su vez entiende el concepto de espacio, en su verbo, espaciar, como la liberación, la apertura, la afirmación de un espacio sin límites. Casi nos estaría hablando posiblemente más de un concepto de vacío en el espacio, que de un espacio en el vacío. Así lo entendería Chillida más cercano en el tiempo, el vacío como una visión del propio espacio, como un punto desde el que observarlo, e incluso un reflejo desde la realidad en otras dimensiones, como en un negativo fotográfico”, afirmaciones estas que nos vienen a pelo para ubicarnos en el panorama escultórico de Máximo Riol.
 
El periodista y escritor Luis León Barreto en dicho catálogo expresa: “Máximo ha evolucionado siendo fiel a sí mismo. La simplicidad estilística es evidente. Ya en sus inicios Riol se manifestaba como un minimalista, que mediante unos pocos recursos, el mínimo de materiales y de formas, lograba el máximo de efectos. El omnipresente arco de medio punto está en la base de sus trabajos. Una ornamentación de gran simplicidad consigue resultados dignos de mención. La austeridad expresiva coadyuva a la mejor comunicación con eso que entendemos como la divinidad. Combina los elementos primarios: la piedra el bronce, con un toque de estilización evidente: El hierro, tercer elemento le permite obtener pátinas, efectos trascendentales.
 
Máximo ha atravesado diversas etapas, ha tenido diversas intencionalidades y ha sabido evolucionar desde sí mismo. La Portada es seguramente su obra más significativa para el gran público, pero hoy en día el historial de este artista recoge otras muchas intervenciones dignas de mención: sus recreaciones de la flora canaria, su interpretación del hábitat, su Goro en la autopista del Sur, sus Palmeras con olor a mujer, su Parque Siete Islas, su obra en Artenara.
 
El arte religioso que nos trae Máximo Riol, posee dignidad, capacidad de sugerencia y sentido de elevación. Es, por tanto, un arte eficaz. En sus Cristos también. Monumentalidad y rigor expresivo, son capaces de conmover. La obra de Riol investiga en el mundo de los vacíos como parte del espacio plástico, y la descomposición que consigue no configura una obra inestable sino todo lo contrario. La volumetría y su hueco. Esencialista por temperamento, su sobriedad contiene una referencia arquitectónica nítida, y ésta se conjuga con su entendimiento de la proporcionalidad y la mesura”.
 
Artista que ha participado en numerosos Congresos, Bienales, Exposiciones Colectivas, Individuales y Benéficas, Muestras y Certámenes de Artes Plásticas, Pintura, Restauraciones escultóricas, etc. Colaboraciones artísticas con Instituciones y Entidades Sociales. Participa en mesas de debate en el Primer Simposio Canario sobre Lenguajes Gráficos y Lenguajes Plásticos, en representación de las Escuelas de Artes Plásticas y Diseño (1998).
 
En Su haber cuenta con varios premios, Primer Premio de Escultura II Certamen de Artes Plásticas “Plácido Fleitas” (1987), organizado por el M. I. Ayuntamiento de Telde (Gran Canaria),con una escultura de la serie Domus, denominada “Homo H-1” en homenaje a Eduardo Westerdahl. Dos Premios en el Concurso Internacional de Escultura (1993), organizado por el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria). Primer Accésit en el Concurso de Escultura del Patronato de Turismo del Cabildo Insular de Gran Canaria Obra (1994). Primer Premio del Concurso de Escultura organizado por el Colegio de Arquitectos de Canarias (1995).
 
Obra escultórica que cuenta con un numeroso testimonio artístico repartido por las islas de Gran Canaria, Tenerife, Fuerteventura, en Ibiza, y en la Península, que podemos encontrar y admirar, sobre todo por su monumentalidad, por los caminos urbanos, edificios, museos y salas de arte, de nuestras ciudades y pueblos. Una parte importante de su escultura, en otras dimensiones, conceptos y espacios se presentará en la Exposición “Danzas de lava”, Homenaje a César Manrique, que con motivo del XVII Aniversario del Círculo Cultural de Telde, en el Molino del Conde de la calle El Roque 119, sede del Círculo Cultural de Telde, quedará inaugurada y expuesta a partir del martes, 20 de mayo.
 
*Extractos de la presentación del catálogo de arte Ángulo Sagrado: La escultura religiosa en la obra de Máximo Riol Cimas, publicado en 2007, sobre la Exposición individual en la Ermita de San Pedro Mártir de Verona de Telde, Gran Canaria.
Jesús Ruiz Mesa, colaborador cultural Telde www.teldeactualidad.com Círculo Cultural de Telde. Casa Museo León y Castillo. Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria. Telde, 19 de mayo 2014.
 
 
La Palabra en la piedra
La fe en la piedra tatuada,
sangre, sudor, pecados y llantos
la gloria, Dios y el espíritu,
el cenobio de los santos
la palabra sobre la fría arista leída.
 
El tiempo entre plegarias enclaustrado,
en paz descansa bajo la esculpida losa,
incierta la espera, del cielo encadenada,
del capitel, del arco, en el muro revelado,
y por los siglos de los siglos heredada.
 
Escondida el alma temerosa del Juicio
busca peregrina el perdón en el camino
y paso a paso su huella, exhausto deja,
testigo de su pasado busca su propia vida,
y en el horizonte forja su ansiado destino.
 
A las puertas del templo, paciente, su aliento deja
y sobre su cayado, su cuerpo inclina, reverente,
esforzado ante la pétrea presencia sus ojos alza,
y humilde su cuerpo, ante el ara santa, yace,
una oración de sus labios, pronuncia, penitente.
 
En lo alto, hierático y solemne, el Padre me mira,
yo soy el alfa y la omega, el principio y el fin,
en el Libro de la Vida escrito está sin nombre,
el corazón, el alma, y la eternidad prometida,
la creación, la memoria, y la historia del Hombre.
 
Jesús Ruiz Mesa es colaborador de TELDEACTUALIDAD, Círculo Cultural de Telde, Casa-Museo León y Castillo y RSEAPGC.

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