“Ildefonso Jiménez… ¿y ahora qué?”
Tengo que confesar que Ildelfonso me emocionó en la rueda de prensa de este martes, día 18 de Marzo. Los compañeros de telde.tv llegamos media hora antes a la cita de Ildelfonso y tuve oportunidad de hablar con el, en varias ocasiones, antes del inicio de su comparecencia, así como pasarle una llamada de nuestro primo común, Agustín Cabrera Santana para felicitarle.
Nada nuevo para mi la sentencia absolutoria. Siempre defendí la inocencia de Ildelfonso y cuando otros no se atrevían, porque en Telde hay miedo escénico a Guillermo Reyes, denuncié públicamente (lo pueden ver en las hemerotecas) que Ildelfonso Jiménez era víctima de una trama política judicial, orquestada desde las alcantarillas del clan político familiar, en connivencia con técnicos corruptos, entre ellos, el plus imputado, Jose Luis Mena y su hermana, lo que se ha venido a confirmar varios años después.
La familia Mena que aparece en todo su esplendor en la sentencia, esto es, el plus imputado, Jose Luis, (su mujer, Sandra, no aparece en la trama, pero al trabajar con el secretario general de la corporación la vinculan como colaboradora necesaria) y su hermana, Fátima se llevan calentito casi DOCE MIL EUROS MENSUALES del dinero de los contribuyentes, además de complementos y pluses, y en vez de trabajar con humildad y profesionalidad en sus enchufes respectivos, se han dedicado a intentar joder la vida de gente honesta y trabajadora, como Ildelfonso Jimenez.
Se ha venido a demostrar que Ildelfonso Jiménez ha sido víctima de una campaña de acoso y derribo, desde la mentira, la falsificación de pruebas, la manipulación y el engaño, con la colaboración necesaria de una familia de funcionarios (marido, mujer, hermana, y un técnico al dictado, que hacía de testaferro del zascandil, Mena), en pinza con los medios afines y en propiedad del concejal querellas, para destruir la vida de Ildelfonso, la de su familia y para desgastar la organización política NUEVA CANARIAS.
Ildelfonso Jiménez y los suyos han sufrido lo que no está escrito y aunque no lo parezca, está tocado, que no hundido, lleno de dolor, ya no por su “via crucis” que lo lleva con entereza, porque Ildelfonso tiene dos cojones, sino por el grave daño sufrido a su familia que lo ha pasado muy mal durante el calvario político judicial, con todos sus daños colaterales.
La procesión se lleva por dentro. Tengo mucha información sobre el grave daño que el clan de los Reyes y los Mena le ha significado a Ildelfonso y su familia, solo voy a dar un dato, porque para muestra un botón. Esta trama político judicial dejó a Ildelfonso sin trabajo y sin perras, teniendo que recurrir a conocidos para que le prestara dinero, para que uno de sus hijos pudiera continuar sus estudios universitarios, mientras quienes lo habían metido en esta trama con juego sucio, falsificación de documentos, entre otras marranadas, seguían de rositas como altos funcionarios, (Mena, la mujer, la hermana), con prebendas, complementos y sobresueldos, en connivencia con el político mercenario en recalificaciones cuestionadas por la Justicia y pelotazos urbanísticos.
Ildelfonso ha tenido la absolución de la Justicia, pero siempre tuvo el apoyo y respaldo de su organización y de quiénes desde el minuto 0, defendíamos su inocencia, porque ayer y hoy teníamos claro que Ildelfonso Jimenez es un hombre decente y de honor.
Con todo, creo que no se resarce a Ildelfonso con la sentencia absolutoria, que ahora silencian los mismos medios que contribuyeron a jalear la trama política judicial, al dictado de quienes fabricaron la conspiración contra Jiménez, por lo que creo que su organización política debe de hacer un acto público de reconocimiento. Porque tras la sentencia, la pregunta es obvia: ¿Y ahora, qué . . . ?
(*) Manuel Ramón Santana, n
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