lunes, 15 de julio de 2013

Folk Segovia, un encuentro apasionante, una experiencia más de la parranda El cerrillal

Allí estuvimos un año más, en esta ocasión la cuarta, que acudimos a este prestigioso festival dedicado al gran folklorista y dulzainista ya desaparecido Agapito Marazuela en esta su XXX edición, de unos encuentros culturales que nos ayudan a compartir con grupos musicales y colectivos de otras ciudades y pueblos los trabajos que vienen desarrollando cada uno de los participantes en el mismo en sus respectivas facetas a lo largo de muchos años.
Desde el día de nuestra llegada a Segovia el pasado viernes 5 de Julio, ya se notaba el ambiente festivo del festival en toda la ciudad, por lo que, aunque estuviéramos fuera de programa, nos pusimos manos a la obra con nuestros instrumentos musicales y nos dimos nuestra propia bienvenida por las  principales calles de la ciudad a modo de presentación ante el pueblo de Segovia y visitantes para lo que vendría en días posteriores. Exposiciones, charlas, recitales, pasacalles, proyecciones audiovisuales, debates o ferias discográficas y bibliográficas completaron un extenso programa que se extendió desde el pasado 28 de Junio hasta su clausura el 7 de Julio.

Al día siguiente, en horas del mediodía y pese al calor, una marea de gente se echó a la calle con la intención de disfrutar de la música de pasacalles. El itinerario tan sonoro y colorido formaba parte del Festival Folk Segovia. Instrumentos de viento, cuerda y percusión se pasearon por la Calle Real con alguna que otra parada en el camino. Melodías alegres y pegadizas resonaron por el casco antiguo y animaron a la gente a bailar a ritmo de dulzaina, el tamboril y la pandereta o las cuerdas de la parranda El Cerrillal. Las bandas que participaron provenían de diferentes partes de España. Allí estuvieron representados el folclore de Salamanca, Albacete, Guadalajara, La Rioja y por supuesto El Cerrillal por Canarias, hasta conformar un repertorio tradicional que estas formaciones tratan de recuperar para que retome la relevancia de antaño.
Los compañeros de la Parranda El Cerrillal; los alcarreños de El Pico del Lobo, o la Ronda Alcucera de Roda, de Albacete, fuimos algunos de los pasacalles que hicieron las delicias tanto de niños como de mayores. No solo los segovianos pudieron disfrutar de esta actividad callejera; muchos extranjeros quedaron impresionados por el espectáculo que ofrecieron las diferentes bandas y aprovecharon para sacar fotos y atreverse a bailar algunas jotas.
Un par de gigantes y cabezudos acompañaron a la banda El Zurramacatillo, de La Rioja. Los trajes tradicionales compuestos por fajines, pañuelos o gorros y el mosaico de instrumentos como panderetas, maracas, gaitas, castañuelas e incluso violines, llamaron la atención de quienes disfrutaron del pasacalles. «Animan mucho porque es música alegre con la que se puede bailar y pasar un buen rato», comentaban los improvisados espectadores.
No faltaron risas, bailes, la buena música y por supuesto los merecidos aplausos en esta actividad organizada con motivo de los XXX Encuentros de Agapito Marazuela.

Gran acogida tuvimos también en los diferentes recitales ofrecidos, con un público siempre atento al repertorio propio de la parranda, donde explicábamos la filosofía de nuestro trabajo de recuperación de temas de finales del XIX y principios del XX, con la presentación de los mismos en la Plazoleta san Martín, en Carbonero o en la plaza de Fuentepelayo, una experiencia iniciada este año por la organización de Folk Segovia con el único fin de extender las actividades del festival fuera del recinto histórico de Segovia, extendiéndose también a la Granja.

El centro cultural La Alhóndiga ubicado en el mismo núcleo histórico de Segovía, se convirtió un año más en el lugar de encuentro de folkloristas y estudiosos de prestigio que compartieron un año más sus experiencias y donde se concentraban muchas de las actividades propias del festival, así como la venta de libros y discos.

Esta trigésima edición del Festival Folk Segovia  “encuentros con Agapito Marazuela”, sirvió a la organización  para reencontrarse con el desaparecido folklorista reeditando su ”Cancionero castellano de Agapito Marazuela”, y a la propia parranda El Cerrillal, para dar a conocer su nuevo trabajo dedicado también al romancero en su mayor parte, siempre con el espíritu alegre y parrandero que impregna en sus canciones.

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