LA LUZ DEL VERANO INUNDA NUESTRO LITORAL
por Jesús Ruiz Mesa
| Vista de la playa de Salinetas Foto: Jesús Ruiz Mesa |
El verano de los luminosos días de agosto, el estío marino del tiempo de vacaciones y el placer de sentir en la piel la calma de las templadas aguas de nuestro litoral se hacía sentir ya desde hace unos días. El alisio parece alejar la panza de burro, los nebulosos días de pesada calima y frías corrientes, nos permite desde ahora gozar de los soleados días que ya anticipan las calmas de los próximos meses, aunque se anuncian elevadas temperaturas, superando las mareas del Pino, pues a disfrutar del buen tiempo y de esta naturaleza que nos ha dejado en salvaguarda y legado el tiempo, la edad y el devenir silencioso de los elementos que nos abrazan constantemente formando parte de nuestro carácter, esencia y forma de ser, estar y observar todo lo que nos rodea.
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Esta mañana de domingo estival, sobre las once de la mañana cuando el astro rey aún dejaba su luz angulada caer sobre la piel costera de este litoral, Taliarte, Melenara, Salinetas y la línea de costa que podía alcanzar desde mi objetivo, presentaba una maravillosa escena de mar, colores que bajo las orillas de los acantilados dejaban una infinidad de sensaciones en mi retina y que quiero hacerles partícipes de esos mismos efectos cromáticos para que, si les place, disfruten como yo la observación desde las terrazas de Taliarte, un bonito, sereno y sugerente paisaje marino para, simplemente, tomar asiento en uno de los bancos, notar la brisa matinal todavía fresca y relajarse.
Matices de azules, acentos lumínicos esparcidos por toda la bahía, destellos, luces y multitud de diminutas crestas de olas bordadas de espumas blancas, ya cumplidas, contorneándose entre las pequeñas oquedades y desniveles del cantil bajo, besando las arenas y la plataforma lávica que cimenta esta parte del litoral orientado al suroeste, con el gran arco que desde el muelle de Taliarte, sin brumas y calimas, se divisa, tras el núcleo de Salinetas y su polígono industrial, extendidos sobre el valle, Cuatro Puertas, Villa de Ingenio, la gran cresta del Roque Aguayro, montaña de Arinaga y en primer plano, siguiendo la línea de costa el mítico Roque y la Montaña de Gando, y como techo el firme azul que rompe el perfil de las alturas, las de nuestras cumbres, las que nos conducen por La Breña y Cazadores a la trasierra, un espectáculo para ser detenidamente observado y me consta que los caminantes desde estas terrazas, en su ir y venir, y otros, más con el espíritu deportivo y de reto necesario para esta andadura, por toda la línea costera desde Salinetas hasta los límites del gran vial en las playas del gran noreste teldense, Hoya del Pozo, Playa del Hombre, acantilados, La Garita, San Borondón, Bocabarranco, lo hacían patente.
En varias ocasiones he querido resaltar en estos cortos relatos, propios de mi observación fotográfica y de paisajes que presencio en nuestra isla, el mundo tan lleno de diferentes motivos que podemos disfrutar, observar y aprender de nuestra geografía insular, creo que disponemos de un libro abierto para ejercitar esta actividad, desde las formaciones geológicas que me llevan a pensar y retrotraerme al pasado de cómo, cuándo y porqué nuestras islas son lo que son y lo que nos brindan en todos sus aspectos, cada vez que consulto estos temas más profundamente, con el ánimo de buscar una explicación a tal cataclismo en sus inicios y lo que en una mañana como la de hoy, deduzco que ha habido un fenómeno de desgaste, erosión y adaptación a los elementos que durante millones de años han construido el edificio sobre el que nuestros pies hoy se deslizan acariciando la piel de la isla.
Un entorno frágil, delicado y capaz de soportar ese tiempo de evolución hacia el paisaje que vivieron nuestros antepasados, el que tenemos y el que hemos de legar a las generaciones futuras, debemos cuidarlo, respetarlo y crear una sinergia entre el sistema medioambiental y los que nos aprovechamos de su natural presencia. Hemos cometido demasiados errores, terminemos de una vez por todas la obras acometidas, en bien de la comunidad y del respeto que se supone debemos a los sistemas medioambientales, espacios naturales que comprenden el patrimonio natural de cada lugar, municipio.
Aún estamos a tiempo de no generar más causas que provoquen un deterioro que, en el futuro, sea irreversible, presenciemos, disfrutemos y observemos el color y la naturaleza de la costa que una mañana como la de este domingo 21 de agosto capté desde las terrazas de Taliarte de nuestro litoral teldense.
Y como bien despidió en su extraordinario Pregón impartido por el Cronista Oficial de Telde, D. Antonio María González Padrón, publicado enteramente en este periódico digital de Teldeactualidad, la noche del pasado viernes 19 sobre las arenas de Melenara:
“¡Marinos y veraneantes!, les deseo que estas Fiestas de 2011 sean un remanso de paz y tranquilidad. Motivo de algarabía y felicidad en un año de crisis económica y de desasosiego. ¡Miremos al futuro, que siempre será mejor! ¡Felices Fiestas y que el Santo Cura de Ars y Ntra. Sra. del Carmen protejan perpetuamente estas playas y sus gentes para gloria de Telde y orgullo de la Gran Canaria!”
Feliz verano, Felices Fiestas patronales de Melenara, próximamente les llevaré las observaciones y reflexiones de nuestras playas hermanas y sus esencias naturales, mientras, disfruten y sean muy felices. Muchas Gracias.
Jesús Ruiz Mesa, colaborador cultural Telde
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