Para que vuelva la vida
a las manos que sostengo
en el fuego las mantengo
de la estrofa que prendida,
va al corazón que me anida
cuando a palpitar lo arengo.
Vuelvo al mantra del papel
que para el dolor es salma*
y la rabia se me acalma
porque la pluma es cincel
que en mi filo hace un bisel
por no desangrarme el alma.
Echo al aire el desencanto,
las ilusiones baldías;
reclamando como mías
las lágrimas de mi llanto,
que por nadie yo quebranto
el sol que ofrecen mis días.
Ya nada busco ni espero.
No escatimo en la prudencia.
A pesar de la apariencia,
mil piedras lleva el sendero
y no caminar prefiero
a caer en la insistencia.
Para que vuelva la vida
a las manos que atesoro
desde mis versos afloro
para taponar la herida
y olvidar la sacudida
de dolor de cada poro.
Guadalupe Santana Suárez ©
*salma.
Del lat. sagma 'albarda'.
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