martes, 17 de octubre de 2023

Días para la reflexión...

YO CONFIESO

A solas yo me confieso
porque estoy pensando en Dios,
mi interior lo parto en dos
cuando este amor Le profeso.   
Pues no entiendo el embeleso
que allá arriba Lo adormece   
mientras que aquí abajo crece
la sombra de la injusticia
y de todo mal que vicia
a este mundo, que envilece.

Algo más que una pregunta
sentencia mi testimonio
y hasta pienso que el demonio
con el pensar se me junta.
La pena llega y barrunta
sin encontrar el por qué, 
cuando examino y no sé
la razón de tanto alambre
que de un lado guarda el hambre
y al otro guarda la fe.

¿Qué lado de la frontera
pensaré que Dios escoja,
el que hasta el sol se sonroja      
alumbrando las miserias?
O este lado en que las ferias   
nos van tapando los ojos
para no ver los despojos
con los que algunos malviven,
ni el llanto con el que arriben
los que rompen sus cerrojos. 

Hasta ahora, yo he creído
que Dios estaba presente
cuando sufre un inocente   
o si llora un niño herido.  
Cuando un hermano es mordido
por la crueldad de la gente 
que se crece indiferente
sintiéndose magistral.
Digo: ni en un animal                
el maltrato se consiente.  

Me pregunto de este modo
¿dónde se ha metido Aquél
que ha hecho siempre el papel
de ser el Padre de todo?
¿Dónde está cuando en el lodo
se ahogan los corazones?
¿Dónde, cuando las acciones
no matan la sed ni el frío?
¿Dónde, cuando el poderío
ostenta infames razones?

Por todo esto yo confieso 
que sí creo en la enseñanza
que a imagen y semejanza
nos forjó el último hueso.
-Es una razón de peso
para tanta indiferencia-
Si acaso la inteligencia
la donáramos al bien
no hallaríamos con quién
presumir de tanta herencia.

Guadalupe Santana Suárez ©

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