Por aquellos despropósitos de algunas bocas que mejor están cerradas.
Con toda tu mano izquierda
haces guitarra mi talle,
dejando que el ritmo estalle
en cada timbrada cuerda.
La derecha te ha ayudado
a arrullarme en tu regazo
y conmovido en tu abrazo
va mi mástil reposado.
Me has contagiado tu ansia
desde el puente al clavijero,
se va volviendo bolero
mi caja de resonancia.
Acaricias tiernamente
el contorno de mi aro,
en tus notas me declaro
sensual cadencia envolvente.
Todo tu anhelo desgastes
apretando mis clavijas,
y mi compás regocijas
con tus dedos en mis trastes.
En mí innovas melodía
que me sale por la boca,
tu sutileza convoca
a un pacto con la armonía.
Cuando el canto se desgarra,
ya rendida y afinada,
muda espera, sosegada,
tu romántica guitarra.
Guadalupe Santana Suárez ©
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