De nuevo, otra Navidad sin ti,
mamá del alma
veinticuatro años que tú me faltas.
Me falta tu presencia
y eso es terrible,
es algo inenarrable,
es muy sufrible.
En la calle la gente
de un lado a otro
con sus compras, sus regalos,
pues es lo lógico.
Yo camino entre ellos
como sonánbula,
repitiéndome siempre
cuánto te echo de menos
mamá de mi alma.
Al regresar a casa
contemplo el árbol,
miro el Belén,
se agolpan mis recuerdos
y me quedo pensando.
¡Ay! Quién te tuviera aquí
mamá querida
para abrazarte, besarte
y desearte lo mejor
que hay en la vida.
Decirte que te quiero
con toda el alma,
porque sin ti, mamá querida
todo, todo me falta.
SOLY MEDINA ©
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