REFRANES ADORNADOS
¿De qué es mayor mi cansancio?
¿De “la espada o la pared”?
Porque vivo a su merced
y ni huyendo me distancio
de beber un vino rancio
cuando me muero de sed.
Mientras mi mente desglose,
sabré lo que mi ser rebuja.
Lo que mi ilusión dibuja
lo obtendré cuando repose…
“La aguja sabe qué cose
y el dedal sabe qué empuja”
Aunque sigo las consignas
que me impulsan mis razones.
No presumo yo de dones
ni de señales benignas.
“Para escribir cosas dignas
sigo haciendo mil borrones”.
En mi vida no hubo tregua
y “ya es vicio la tristeza”.
Quien naciendo ya tropieza
ve el obstáculo a la legua;
pero como buena yegua
ya caigo con entereza.
“No reparé en el madero
que agarré para no ahogarme”,
ni busco ya en el desarme
la paz que no pido y quiero…
“Hui del fuego certero
para en las brasas quemarme”.
Aunque… El tiempo es elegante,
porque pasa sin demora;
la duda siempre es señora
de la noche amenazante…
“La espina lleva delante
la punta por la que llora”
“Para dar una en el clavo
yo di cien en la herradura”.
Pago más de una amargura
si en la sonrisa me enclavo.
Aún de reír yo no acabo
cuando hallo la sepultura.
“Arriesgado es creer en todo
y lo es no creer en nada”…
Esta senda es tan delgada
que me pierdo en el recodo
y ya no sé de qué modo
esquivarme la pedrada.
Siempre en el camino aciago
soy mi peor enemigo.
Soy mi juez y mi castigo
y la ola en que naufrago…
“Haz siempre lo que te digo,
nunca hagas lo que hago”.
“El mejor consejo llega
de la experiencia, y es tarde”.
Quizás en algún alarde
mi visión fue solariega,
pero todo olvido llega
a un espíritu cobarde.
Guadalupe Santana Suárez ©
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