sábado, 12 de septiembre de 2015

El Cristo de Telde, una imagen con diferentes nombres "pero siempre el mismo Cristo"

El Cristo de Telde, una imagen con diferentes nombres
El sacerdote salesiano José Carmelo Pulido anuncia la llegada de las fiestas religiosas entonando un canto histórico a la imagen

TELDEACTUALIDAD
Telde.- El sacerdote salesiano José Carmelo Pulido Morales pregonó esta noche la llegada de las fiestas religiosas en honor al Santo Cristo. Ante la feligresía de la parroquia, vecinos, amigos, familiares y autoridades que asistieron al acto en la Basílica Menor de San Juan, este hijo de Telde entonó un canto histórico-literario sobre la venerada imagen que allá por el siglo XVI tallaran los indios tarascos de Michoacán con pasta de millo. TA ofrece en formato texto el pregón íntegro de las fiestas del Santo Cristo 2015.
 
Después de una cariñosa presentación por parte del párroco del templo matriz de Telde, José María Cabrera, el pregonero inició su intervención recordando la importancia que la religión siempre ha tenido para Telde, primigenia comunidad cristiana y pueblo almogaren más religioso de Gran Canaria durante la etapa aborigen, época en la que se convirtió en “cuna de una fe natural” hacia un Dios a llamado Acorán.
 
Además, destacó que Telde fue la primera ciudad y sede episcopal de las Islas Afortunadas, como así refleja el lema que luce en su escudo oficial: “Fortunatarum Prima Civitas et Sedes”.
 
Ciudad natal de numerosos personajes ilustres
Entre los muchos encantos que el sacerdote salesiano versó de la ciudad que le vio crecer, se refirió a la numerosa nómina de personajes ilustre que surgieron bajo su amparo. Doramas, Inés Chemida, Tomás Marín y Cuba, Diego López Montañés, Silvestre Bello Artiles, los hermanos León y Castillo, Plácido Fleitas, José Arencibia, Luis Arencibia Betancor, Julián y Saulo Torón, Montiano Placeres, Hilda Zudán, Patricio Pérez Moreno, Luis Báez Mayor, Fernando González Rodríguez o José Vélez, son solo algunos de ellos, a los que habría que sumar todos aquellos “que aún no siendo famosos, han construido y siguen construyendo con sus vidas y ejemplo la historia de nuestro municipio y de nuestra Iglesia”.
 
Para su patrimonio histórico-artístico también tuvo palabras de halago. Especialmente para la zona fundacional de San Juan y el enclave de San Francisco, que forman “uno de los conjuntos monumentales y culturales más hermosos de Canarias”, dijo.
 
Por otra parte también se refirió a su vertiente más propiamente cultural como la Casa Museo de León y Castillo, el museo parroquial de Arte Sacro, la Casa de la Cultura, la ermita de San Pedro Mártir, las Casas Consistoriales, las bibliotecas públicas y el templo de San Juan Bautista, una de las 1500 basílicas de la Iglesia Católica que se levantan fuera de los muros del Vaticano.
 
No se olvidó tampoco el pregonero de piropear los numerosos atractivos naturales de los que puede presumir Telde: El Barranco de los Cernícalos, la Caldera de los Marteles, el Parque Geológico de Rosiana y el Gamonal, los Arenales de Tufia y el Bufadero de la Garita. O las playas de Jinámar, La Garita, Hoya del Pozo, Playa del Hombre, Melenara, Clavellinas, Taliarte, Salinetas, Silva, Aguadulce, Tufia, Ojos de Garza y Gando.
 
Pero por encima de todo este patrimonio, resaltó, se encuentra el tesoro “más valioso” del que dispone Telde, su Santo Cristo.
 
Una imagen religiosa con diferentes nombres, “pero siempre el mismo Cristo”. Santo Cristo de las Mareas, Señor de Telde, Santo Cristo de las Aguas, Santo Cristo del Altar Mayor, Cristo de la Hispanidad, Cristo de las Misericordias son solo algunas de las denominaciones que a lo largo de sus cerca de cinco siglos de historia ha ostentado.
 
Después de una cuidada referencia a cada una de ellas, José Carmelo Pulido relató alguno de los momentos que vivió en el año 2000 durante la peregrinación del Santo Cristo, acontecimiento que ha calado hondamente en su persona.
 
Por último, el pregonero habló del mensaje pastoral del papa Francisco, especialmente en el valor de la misericordia y en los sentimientos de ternura, bondad, humildad, mansedumbre y magnanimidad del estilo cristiano.
 
Su intervención concluyó con unas sentidas palabras a la efigie religiosa: “En esta noche he cantado a Telde, y he cantado al Cristo. No puedo hablar del Cristo sin hablar de Telde. No puedo. En la historia de todos los teldenses ambos aspectos van indisolublemente unidos. Nuestro Cristo tiene muchos nombres. Pero hay dos que me emocionan cada vez que los oigo. Como lo llama la gente mayor Bendito Cristo de Telde, o el que más utilizamos Santo Cristo de Telde”.
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario