Miles de feligreses se emocionaron ayer durante la subida de la venerada imagen del Cristo de Telde

 Miles de feligreses se emocionaron ayer durante la subida de la venerada imagen del Cristo de Telde a la hornacina superior del retablo del Altar Mayor de la Basílica de San Juan. Los devotos de la escultura del siglo XVI abarrotaron las tres naves y capillas del templo matriz de la ciudad y la plaza parroquial.

Cientos de feligreses comenzaron a llegar al barrio histórico para reservar un sitio en la Basílica, donde a las 19.30 horas comenzaría la magna ceremonia religiosa, oficiada por ocho sacerdotes, entre ellos José María Cabrera, el párroco de San Juan, y presidida por el doctor en Teología Segundo Díaz.

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Momentos antes los fieles siguieron cumpliendo un rito centenario: la ceremonia del besapiés antes de despedir la imagen.

A pesar de que antiguamente se dejaba tocar los pies descalzos de la talla, tras su restauración sólo se permite tocar la parte inferior de la cruz, mientras el cuerpo permanece dentro de la urna de cristal de su trono móvil.

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