lunes, 29 de abril de 2013


Tierra perdida en el campo:
 El Padre Báez.


En pocos años, se ha perdido toda la tierra de nuestros campos, que se han llenado de basura (retamas, tabaibas, veroles, acebuches, pinos, etc.).
casi todos los que vivían del campo y en el campo, lo han abandonado por la presión que sobre ellos ejerció –y ejerce- el miedoambiente y el seprona, o lo que es lo mismo: el cabildo, único responsable del fin del sector primario, al no dejar hacer nada propio del sector. Hecho este, que ha llevado a varios campesinos al suicidio al ser condenados al hambre, paro, crisis y multas que no pueden pagar, y al no tener otra esperanza que la de la Otra Vida, al no poder alimentar a su familia, ni tener la posibilidad de sacar la comida de la tierra o de los animales que les prohíben tener o hacer, optan por la tragedia dicha. Sentados en sus casas, sin poder hacer otra cosa. Vaciado el campo de campesinos, se está llenando de atletas que hacen deporte corriendo por él, como único “cultivo”, y así, la caída del campo es total. Nada se consume que de él se produzca. Se gasta millones en comprar lo que aquí gratis se produciría y de mejor calidad, que nos lleva a un fracaso total y absoluto, sin salida, ni solución alterna. Millones de pinos y otros arbustos estériles llenan lo que en recientes años eran tierras de trigales y de pastoreo, que nos han arruinado económicamente y han destrozado el paisaje bucólico de otros tiempos de riqueza y libertad. Se va al garete la experiencia acumulada de siglos, sin importar lo más mínimo la tradición, la cultura y la propia identidad, y pasamos a una dependencia total del exterior, teniendo la tierra más fértil del mundo y el mejor clima del planeta. Ningún bien nos proporciona el campo, al estar prohibido toda acción en el mismo. Y el único proyecto que hay es soltar unos pajaritos azules (que se los comerán los gatos asilvestrados), y para que vuelen los pajaritos, van a plantar pinos en toda la isla, aún en tierras de cultivo y pastoreo, con lo que la cosa, va a ir de mal a peor. Así, industria alguna es imposible y de hecho no hay nada al respecto...

El Padre Báez.


En la marcha arqueológica, encontramos varios túmulos; una cueva con fachada cruciforme en piedra: brazos en cruz, pasillo central de entrada; otra gran cueva con cuatro enterramientos en su interior y otras curiosidades, todo ello perdido entre montañas y barrancos -7 horas de marcha, y 2 de goce contemplativo- (¡único caso conocido!), con un centro astrofísico-astronómico, para marcar y predecir el tiempo, con distintas oquedades en el suelo, para medición de aguas y estudiar el reflejo del cielo en ellas (¡realmente maravilloso, un hallazgo científico de primera magnitud!). Todo ello guardado en el mayor de los secretos, para prevenir la depredación de tantos rompe yacimientos oficiales y profanos.

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