martes, 23 de abril de 2013

El Padre Báez. HOMBRE DEL CAMPO


Solidarios con el campo


Es una iniciativa para llevar al campo la ayuda a personas que carecen del bienestar necesario y que no tienen acceso al sector primario a pesar de vivir en el medio, pero que miedoambiente los persigue y no lo dejan ni tocar. Hay que cooperar.
Arriba quedan encerrados en sus casas con caras curtidas por el sol de otros tiempos, ahora a la sombra y con hambre, con caras de temor o miedo, cuando no de terror por las multas que les hacen pagar por intentar sobrevivir como siempre lo hicieron, cultivando algo o cuidando un animal (una cabra). Caras de donde ha desparecido la sonrisa. Imágenes de un nuevo mundo, que recuerda el viejo mundo obligado a abandonar. Desolado está el campo, y como las pocas cabras que quedan, encerrados en sus casas, como aquellas en cuadras, corrales o cuevas. Habrá que canalizar la atención a tantos campesinos olvidados y son los más pobres de entre los pobres. Hay que prestar una atención solidaria, y organizar expediciones para ayudar a tantos desgraciados anónimos y que no figuran en cifras, ni en porcentajes. Y deben ser atendidos. Les faltan alimentos e higiene, Y nadie recauda fondos para ayudar a los que en otros tiempos nos daban de comer y sus mejores frutos y cosechas, de todo; ahora, no tienen nada, y ni para ellos, por obra y desgracia del cabildo que los machaca con el miedoambiente y el seprona, con la intención de exterminarlos y acabar con ellos, como ya con la agricultura y ganadería de la que vivían y nos daban vida. La vida la centran ahora, en mirar al campo sin poder tocarlo, llenos de nostalgia y añoranzas. La tierra, ya sin estructura alguna, solo albergando tabaibas y pinos, señales de veneno y muerte. Las viejas alpendres se quedan sin techos que se les caen sin poder repararlos, y ¿para qué, si no te dejan tener un animal, ni coger hierba para el pesebre? Tierras fértiles en otros tiempos, ahora llenas de maleza, sin poder limpiarlas por multas elevadísimas si solo pretenden pasar por el viejo y siempre existente camino. Los niños han desaparecido. Ya no hay calidad de vida, pues se les impiden vivirla con dignidad; se les atropella y acosa. Se quedan sin recursos. Son, los pobres olvidados, ignorados. ¿Quién ayuda al campo (al campesinado)? Se habla mucho de los afectados por la crisis, pero nadie de los que en el campo pasan hambre.

El Padre Báez.

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