viernes, 8 de febrero de 2013



Los políticos acaban con el campo:




Antes de nada, les he copiado el correo que me envía María, a la que a continuación paso a contestar (ya le di mi opinión a través de Radio Aventura. Siglo 21 [FM 107.8]), a donde me envió el dicho correo electrónico, pero por creerlo de interés general, más
allá de la Radio, les doy a ustedes mis amigos este escrito, para que sepan mi opinión y comentario: Sabemos que el PP, con su Luis Bárcenas, socio de una gran empresa de agricultura en Argentina, nos hace comer cuanto allí se produce, en desmérito y
desprecio de lo nuestro, y aunque sea un mes de retraso en el barco, y otro en el contenedor en el puerto, dos meses más tarde: limones, trigo, hortalizas (¿frescas?), etc. Recuérdese, cómo desde los tiempos de Aznar en el poder, están favoreciendo y ayudando a las empresas agrícolas y ganaderas de sus amigotes, y no precisamente en territorios de este continente e islas. Y sabemos –además- cómo se cultiva aquí, y cómo lo hacen fuera de aquí. Aquí, vienen a por todas, por terminar, arrasar y acabar con la agricultura propia; y así las cosas, la agricultura mundial, en contra de la que nos mantenía ricos, con comida y trabajo, ha cedido el paso, y se ha destrozado el campo, donde cercaditos hay de un metro de ancho en un risco, por una tira de hasta diez metros, más y menos, con lo que teníamos para nosotros y hasta para exportar dadas las bondades de nuestra tierra y su clima, al mundo entero o lugares más lejanos. Pero este pasado ha sido machacado, desaparecido, para dar paso a una agricultura apoyada por el PP y por el Psoe fuera de aquí y de donde hay que consumir, y que han perseguido a muerte –hasta conseguirlo- al cada vez más pobre y raquítico agricultor, al que se le prohíbe y castiga por ejercer su profesión de agricultor y ganadero (y pesquero, también). De tal forma que miles y miles de agricultores han abandonado su agricultura y su ganadería (y pesca), justo los sectores que en crisis -y fuera de ella-, nos sacarían del paro, del hambre y de la misma crisis, dado que pocos sectores generan más salidas profesionales o laborales, como empresas suministradoras y otras a la sombra de una actividad que como sabemos debe ser lo primero (y que aquí, ha desaparecido, por obra y gracia sobretodo por el cabildo que le ah dado palos de muerte). Tenemos la permisividad de la clase política, que favorece a los intermediarios, a los distribuidores, a las grandes áreas comerciales, que vayan hacia ellos, todas las ganancias en contra del productor de aquí, al que arruinan con sus precios de gangas y explotación. Para colmo no se ve, lee u oye que organizaciones agrarias o agrícolas –medio de comunicación alguno-, pongan el grito en el cielo, cual si les taparan la boca para que precisamente no chillen, y esto ha permitido la desaparición del sector antes llamado “primario”, y ahora desaparecido. Y todo esto, con la complicidad y permisividad del gobierno-cabildo y ajuntas y mientos que nada hacen por cambiar este estado de cosas, favoreciendo esta política asesina y criminal, que acaba con un sector principal, y todo por un precio más barato, que hunde cualquier producción y no da lugar a la repetición, por la ruina que conlleva. Y es, que la clase política corrupta, no ve el hambre y el paro de los ciudadanos sino el dinero que no les para de entrar y se pueden embolsar permitiendo este tráfico de productos de fuera que compiten con los de dentro, que se terminan. Y es que, ya no les interesa a esta clase de política que nos destroza, ni el trabajo, ni la producción alimenticia, sino los dineros que pueden almacenar, aunque miren a otro lado para no ver el hambre y no importándole nada, ésta reine y cabalgue a galope. La tierra abandonada ha generado miles y miles de parados, y no les importa, ni los devuelve a la misma, que si lo hacen los hacen desistir por un sistema de leyes y normas, con multas y prohibiciones, que nada puede hacer contra una legislación absurda y sin sentido alguno. Y a todo esto, en la medida que cada vez más pequeños agricultores lo dejan, crecen los que la aumentan, siendo ellos cada vez menos pero cada vez más ricos y poderosos. Solo cultivan ellos, pisando a todo aquél que intente hacerles sombra o menoscabar sus producciones multimillonarias en hectáreas internacionales, que encima si nos dejan hacer algo es con semillas transgénicas y químicas, que deforman a los pobres cultivadores con apariciones de cuerpo faltos de miembros cuando no fenómenos que aterran entre los humanos (ya hay en el gran tabaibal varios casos, y nadie dice ni pío). Hay un término que es el de “especuladores”, que invierten infestando el sistema con operaciones tales, que poco a poco van subiendo los precios, y asfixian al que simple y llanamente solo quiere comer, sin poder acceder a la cesta de la compra, que sube y sube hasta las nubes, sin que de la tierra propia, nada pueda echarse a la boca a no ser la pinocha que el cabildo ha puesto en toda la isla cual mesa común. Mal se presenta el mañana, y el futuro va a ser de auténtica catástrofe, cuando nada se pueda hacer sino morir de hambre y parado (y el campo lleno de maleza y prohibido tocarlo). Firmas y nombres de intermediarios y distribuidores que se encargan de comercializar y vender todo eso que viene de fuera. Pero no conformes con erradicar el cultivo y cualquier otra actividad en el campo (la ganadería, por ejemplo), ahora van –aquí desde 1950 del siglo pasado- a por la tierra. Me explico: el cabildo, está acaparando de tal forma las tierras, que pueblos como Artenara, ya son pueblos fantasmas, donde el territorio en un 97 % ya es del cabildo, que día a día suma nuevas tierras, pequeños cercados, grandes fincas, explanadas, riscos y barrancos, y así reteniendo solo él toda la tierra –pidiendo incluso que se las entreguen para darlas al cultivo (¡ese es el engaño, para quedarse con ellas en su totalidad después)- para llenarlas de pinos para inversiones ocultas, donde la venta de estos terrenos a terceros países y dándolas a empresas de fuera se quedan con las propiedades de todos los isleños, apropiándose de las aguas, sin dar una hora de agua para que nadie riegue un cercado de millo o papas, si es que al fin alguien se resiste a no dar lo que es sagrado: su propiedad, heredada, o comprada, de la que ya no es dueño, aunque no la entregue, porque no le dejan hacer nada (seprona y miedoambiente). Curioso además el hecho de abandonar nuestras tierras, para trasladar la producción a países empobrecidos, cuyos paupérrimos agricultores son también echados de sus huertos y propiedades, para ellos –inversores asesinos y ladrones- proyectar sus negocios de agricultura. Extraño, que pretenda erradicar el hambre que ellos mismos generan, y nada importa no sea para el consumo humano, sino antes para el combustible. Y así están apareciendo dos tipos de personas: unos que aceptan este estado de cosas, sin más; y los que sobresalen a costa de explotar y abusar de pobres diablos, que se multiplican como ratas en pobreza y que acuden en masa a Cáritas y otras instituciones benéficas que les den de comer, teniendo la tierra sin producir y pudiendo comer de ella, pero que no te la deja tocar el sistema político corrupto que desgraciadamente tenemos, a los que les dan el pez, pero no la caña para que pesquen (en este caso una hoz y una asada o arado [tractor y demás tecnología]). Se da la coincidencia que tanto el Psoe como el PP, están de acuerdo con europa que nos hunde y desaparece, ayudando a Marruecos antes que a un socio, con acuerdos que no se cumplen y son una vergüenza. Y detrás de todo eso se esconde que desaparecida nuestra agricultura y ganadería, saldrá boyante la de ellos, sin más. De esta forma, lo que venga de enfrente va a ser más barato, cultivados con otras normas fitosanitarias no aceptables, ni aceptadas, con el atropello a la dignidad humana sin un sueldo justo (explotados por tanto), dañando incluso a los propios pequeños cultivadores marroquíes que pasan a ser como nosotros más pobres y a pasar hambre, porque también les quitan las tierras, y las dan a extranjeros y a los más ricos del país. Total, comeremos de lo producido en África, parando a los propios hijos y a sus vecinos (nosotros). Y tratándose del cultivo y de las plagas que imposibilitan cualquier cosecha sana, hay que recordar que la plaga mayor, y más dañina –por ahora- es la clase política que mal, muy mal nos gobierna y anula, utilizándonos como carne de cañón, con tal de sus beneficios y dineros. El PP y el Psoe, está a las claras vistas, están a la par en contra del sector primario (a ninguno de ellos se les caen estos términos de sus bocas, y en sus programas, ni aparecen). Ellos (PP y Psoe), se han cargado destrozando la agricultura y la ganadería con nocturnidad y alevosía, sin escuchar el clamor del pueblo, que quiere volver al campo y se lo impiden de mil maneras, aunque de cara a la galería, dan cursos de limpiar orillas de carreteras diciendo es ayuda a la agricultura o cursillos para crear empleo, sin que ni uno plante después un surco de nada y nada siembre a no ser mariahuana en su casa. Las organizaciones agrarias -ya dije- callan, cómplices, con los besos untados. Así que, si por algún lugar recóndito o escondido, alguien persiste pegado a la tierra, y que es vigilado las veinticuatro horas del día, día y noche, y que paga multas como un idiota, solo da trabajo a los que comen de vigilarlo y multarlo (el cabildo, que cual sanguijuela le chupa la sangre), puede ver que él se mata como un desgraciado pegado a terruño, sin poder medrar, a la par que otros, políticos ellos, viven como majarás de la India, trayendo productos de lo mismo desde Argentina –por citar un país-, que lo arruina y no le permite levantar cabeza. Sabido es no hay control de precio, que lo que usted compra por 2.00 euros, fue pagado al campesino a 0.02 céntimos de euros (lo de la leche grita al cielo: un litro de agua es más cara que un litro de leche), hechos estos que arruinan al pobre campesino emperrado en no dejar la tierra, en la que va a morir de rabia como los capirotes, pues la clase política, nada hace ni va a hacer –salvo engañarlo- con una tupidera de productos de fuera, sin que nada pueda hacer para defender lo que este desgraciado y pobre tabaibero produce, y le aleja de lo único que sabe hacer avocándolo a la miseria y a la muerte, porque con todo lo anterior, ¿dónde quién quiera volver al campo, por más que Paco Santana pida tierras –para quedárselas después el cabildo- para dar parcelas de supervivencia? No, no lo crean. Hay razones mayores, y nos distraen con estas bobadas.

El Padre Báez.

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