En las entrañas del campo:por el padre bàez
El campo es tan viejo como el tiempo mismo; es la institución más antigua, encargada de darnos trabajo y comida. Sus fondos atesoran riqueza sin fin. Millones y millones de personas, se han ocupado de él siempre, por su contenido. De él dependen la vida, la existencia, ya que fuimos formados de sus elementos. El mundo es, un inmenso campo. Su edad se cuenta por millones de años. En él, se instalan todas las Historias. Imposible hacer en tan poco espacio y tiempo, un recorrido por el mismo, dada su longitud, como su edad, desde que salió de las manos del Creador, hasta el presente, en el que –otras manos- las manos de las criaturas, han dejado sus huellas, no siempre buenas. La pregunta es, y ¿cómo lo encontrará el usuario del futuro? Acumula infinidad de actos en su devenir de recorrido ., impreso en su larga piel. De él dependemos. Con urgencia, hay que ocuparse de él, para no dañarlo más, para controlarlo en su justa medida, sin pasarse, ni quedarse corto. Ahora mismo, anda en un caos; necesita ayuda. Vive en la incertidumbre de una política ciega, que lo frena y estropea. Vive parado y es un laboratorio imparable, sin control, a su deriva. Soporta mucha basura y química que lo daña y estropea. Lo cubren y tapan con demasiado cemento; lo rompen, le abren las entrañas, le cuelgan puentes absurdos, lo enjaulan y cierran. Si hablara, se quejaría de mucho dolor, por el mal trato que le dan; lo encorsetan, lo taponan, lo oprimen...
El Padre Báez.
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