tuvolugaun acto muy emotivo para celebrar el día de la Cruz , en el punto denominado El Morro de La Cruz del Valle de los Nueve Alto, acto que congregó a un grupo de vecinos de este barrio teldense que acompañados por la Parranda del Roque Azucarero salieron desde la Plaza del barrio y se dirigieron entre canciones y cantos canarios al lugar donde se encuentra el Barranco de Tundidor y el de Telde, sobre el lugar en donde estaba el antiguo puente que fue arrastrado por una fuerte riada en los años 50. Allí, ante la enramada Cruz, al lado de la carretera que asciende hasta los valles cumbreros, el secretario de la Asociación de Vecinos El Pilar del Valle de los Nueve Alto. El secretario de la Asociación Vecinal , Juan Cáceres dio la bienvenida al público invitándoles a visitar el barrio y participar de los actos culturales que enmarcan este mes de mayo, con el propósito de que participen de forma activa los jóvenes y mantener lo popular, las buenas costumbres y todo lo que no debe perderse, sin alejarse de las nuevas formas de vida influido por las tecnologías. Es necesario que los jóvenes tomen conciencia y participen de las tradiciones, costumbres populares y se pueda mantener la identidad que tan necesaria, mediante la participación ciudadana, para no olvidarse de lo verdadero, de lo canario y de su legado, como es el acto tradicional que celebramos en el Morro, la enramada de la Cruz. tus fotos aqui CARPETA 2 DEL ACTO
Ricardo Hernández Déniz dedicó unas palabras en torno a las costumbres populares y tradiciones de la Cruz y su devoción en todos los caminos que muchas veces encontramos. La formación de pequeñas cruces en torno a una principal que se van colocando llamados calvarios como los de la isla de El Hierro. Hoy vienen hasta la Cruz del Morro, niños con crucecitas adornadas de flores, se siguen manteniendo las tradiciones. Antiguamente se iniciaban las oraciones ante las cruces con la persignación, el signo de la cruz sobre nuestro rostro y cuerpo. El santiguado que desde los caminos era tradicional en las gentes que volvían de sus labores. Cruces como la de la montaña de Lomo Magullo, la Cruz de la Montaña de Los Barros, la Cruz de Jerez, la del Sur, la Cruz de los campos, de los tomateros y hoy seguramente la estarán enramando y con devoción dirigirán sus oraciones y flores como cada año.
Una vecina lee una carta oración familiar como recuerdo del compromiso de la enramada de la Cruz : “Hazme una cruz sencilla, le dijo al carpintero, sin adornos ni añadidos, que yo le pondré las flores, dijiste a su abuela María, hasta el día de mi muerte. Tu muerte llegó aquel día, aquí quedaron tus nietos que siguieron tu promesa, le estamos poniendo flores a la Cruz de tus amores. Esa no es la Cruz primera, por eso tú al carpintero le pediste que la hiciera para que sustituyera a la primera, en recuerdo de María Alejandro”.
D. Francisco Martel dirigió unas palabras de reflexión ante el significado de la devoción, no solo es un signo, un simple monumento que decora o forma parte del paisaje, es un testimonio de quién por esa Cruz fue inmolado y nos dejo para siempre el mensaje más fraternal que nadie jamás legó a los humanos, el amor y el perdón que nos debemos, y el recuerdo constante de quienes aún sufren de las formas más diversas, el admirar la Cruz desde el sufrimiento y pedir por la paz del mundo, en la redención y la remisión de las faltas que sobre esa Cruz fueron redimidas, celebración que hace unos días recordamos con la Resurrección y el paso a la nueva vida, la vida eterna, dedicando los fundamentos de la adoración de la Cruz y el simbolismo cristiano como camino a seguir. Se procedió a la bendición que el párroco delegó en dos niños, en el mensaje de Cristo en su humildad y comprensión a los más débiles e indefensos, con flores y agua bendita rociaron la cruz seguidos del rezo de una oración a la Santa Cruz del Valle, que en forma de poema fue repartida entre los asistentes: ¡Oh Santa Cruz de Jesucristo! Ten piedad de mí. ¡Oh Santa Cruz de Jesucristo! Sé mi verdadera luz ¡Oh Santa Cruz de Jesucristo! Sé mi esperanza. ¡Oh Santa Cruz de Jesucristo! Aleja de mí toda maldad. Dame el camino de salvación. Que no tema a la muerte ¡Oh Santa Cruz de Jesucristo! Haz huir del mal siempre.
Pelayo Suárez Alejandro, teldense nacido en este barrio del Valle de los Nueve, en su intervención relata la historia de la Cruz del Morro:
Esta cruz, situada en el llamado Morro de La Cruz , posiblemente, fue colocada en un elevado montículo o morrete, en este lugar a la orilla de la desembocadura del barranco del Tundidor, en el Puente que cruza la carretera general del Valle de Los Nueve. Posiblemente con las sucesivas crecidas de este barranco fruto de inviernos fuertes habidos en algunas épocas, montículo que se fue destruyendo, siendo varias veces sustituida la Cruz , debido a su caída por diferentes motivos. El tiempo de su colocación, no se sabe exactamente, pero sí que nos podemos remontar con toda seguridad hasta el siglo XVIII, a juzgar por los siguientes documentos encontrados en diferentes legajos históricos:
Así, este Morro de la Cruz , es nombrado en varios protocolos de compras y testamentos desde comienzo del año 1800, lo que nos dice que ya era reconocido desde mucho antes a esta fecha. El escribano público en el año 1801 registró en un protocolo unas propiedades de un pedazo de viña y arboleda, situado entre el barranco tundidor y los riscos del Lomo Bristol, lindando con tierras de Marcos Artiles entre otros, más concretamente, especifica textualmente, cerca del Morro de la Cruz.
En año el 1808, en el testamento de María González Montañés Gómez, mujer legítima del subteniente de milicias Francisco Pérez Sánchez, que eran vecinos de la Casa Blanca , y que a su vez habían heredado de sus padres, entre las múltiples propiedades que tenían en el Valle, la situada en Los Ramírez y especificaba que la misma lindaba con “El Morro de La Cruz ”. Datos encontrados en el libro de Capellanías y Protocolos en el Archivo parroquial de la Iglesia de San Juan.
Otras menciones data del año 1879. Un pedazo de tierra de riego de parras, donde llaman el Pedacillo en el Callejón de Ventura; trozo de tierra en Los Ramírez, lindando al Norte con el camino real y Morro de la Cruz ; trozo de tierra en el Lomo Bristol.
Ahora me explico cuando en alguna ocasión le pregunté a personas nacidas a Principios de 1900, como Juanito Calixto, a Chanito Ascanio que cuando se había colocado esta cruz y me decían, que desde siempre la habían visto aquí. Lo que es también cierto es el respeto y la devoción que siempre ha suscitado su presencia en nuestros antepasados, y que también dio origen a algunas leyendas sobre este lugar, transmitidas de generaciones.
Pero una copla popular refleja el sentir de su existencia: “Mes de Mayo, Morro de la cruz, álamos rozas y geranios se combinan entrelazados para engalanar el símbolo del Puente devoción de nuestros antepasados”.
La comitiva regresa acompañados de temas canarios a las voces y cuerdas de La Parranda del Roque Azucarero, dirigidos por Pepe El Tocador, a la sede de la Asociación Vecinal El Pilar donde culmina con uno de los actos culturales programados, una charla a cargo de Pelayo Suárez en torno a la semblanza histórica de tocadores de cuerdas en el Valle de los Nueve: “Los cantos y bailes partían desde las labores del campo, como en las eras de trilla, las descamisadas. Todas estas manifestaciones amenizadas, con cantos de picadillos como: “Mas quisiera ser cebolla, y sentarme en toda mesa, que no ponerme a cantar con quien no tiene vergüenza”. O también cuando allá en Catela y Llano de Madrid, en las labores en los tomateros, el eco de los cantos de las mujeres en sus trabajos, se escuchaban en todo nuestro entorno. Los bailes de “la paría”, se prolongaban en casa del recién nacido durante ocho noches con bailes, y cantos. El baile de “San Pascual”, que se celebraba por los meses de Junio y Julio, o los bailes “de Taifa”. Ambas populares ceremonias integraban la convocatoria de todos los vecinos, para interpretar requiebros, desavenencias, o nuevas relaciones de amoríos.
Ranchos a ánimas y de Pascua por navidad, en que los tocadores se trasladaban desde barrios vecinos con visitas al nuestro, en donde se incorporaban cantadores de este género, como era Juanito Artiles Alejandro, o Panchito Alfonso. Afamados tocadores en diferentes épocas, amenizaban las interminables horas de descanso mayormente al caer de la tarde y por la noche, formando parrandas que recorrían todos los rincones de nuestro barrio y se prolongaban hasta el Pastel, Tesen o el Cardón hasta Salva Indias. Siempre iban acompañados por un cortejo de jóvenes, que tenían en mente a alguna pretendienta para llevarle una serenata al pie de su ventana, o en la puerta de su empedrado patio floreado. Existe una amplia relación de familias, con tradición musical, tocadores instrumentos de cuerdas, que se remontan a las primeras décadas del siglo pasado. Entre los que podemos citar:
Los Candelarias, primorosos tocadores de guitarras y bandurrias. Los Velázquez, Chano, Pepe y primos. Los Cáceres, desde el patriarca de la familia con su inseparable requinto, así como algunos de sus hijos, y hasta hoy uno de sus nietos forma parte, desde casi su fundación, del famoso grupo Los Gofiones, como es Miguel Lozano Cáceres. Los Herreras entre El Valle y Lomo de Magullo. Los Hermanos Falcón, Jerónimo, Cesáreo y Julio. Estos hermanos Falcón, con su parranda, con instrumentos como la bandurria, la guitarra o el Trem, desde la década de los 40-50, amenizaban las noches de los sábados, dando serenatas desde la vuelta del Moral hasta Tesén. Notables voces las de Jerónimo con sus malagueñas y las de Julio con las isas, y Cesáreo virtuoso tocador. En las numerosas tiendas de aceite y vinagre que habían en el barrio, hacían las correspondientes paradas para tomar una copita de ron con miel o anisado.
También fueron populares las actuaciones en el famoso Desfile de Variedades que cada domingo por la mañana retransmitía desde el cine Avellaneda, la emisora Radio Las Palmas. Afortunadamente sigue la saga de esta familia con los hijos, hijas de Cesáreo.
Posteriormente su hermano más pequeño, Manolo Falcón, que fue durante años componente de la Banda de música de Telde, se dedicó también a enseñar a los niños en los colegios en el tañer de los diferentes instrumentos de cuerdas, creando varias rondallas, con más de treinta niños algunas, como la famosa de Guatativoa del colegio Padre Collado del Lomo Magullo, que actuaban en muchos lugares, desde la época del recordado Don Hermenegildo, para amenizar las misas en Cazadores o La Breña por las fiestas de estos barrios. A título individual, Manolito Benítez, hermano de Maestro Ramón, con su acordeón recorría animando a las gentes de nuestro barrio, especialmente por carnavales. Los bailes de asalto que se celebraba en la desaparecida Sociedad la Amistad del Valle de Los Nueve, que fuera creada en el año 1929, por Maestro Félix Santana, Maestro Pepe Galván y otros, eran amenizados, muchas veces con rondallas de cuerda y púa , de tocadores ya mencionados anteriormente, del Valle.
Pero ya en época más reciente merece especial atención, la labor realizada desde hace 45 años ininterrumpidos, por el conocido popularmente por “PEPITO”, de nombre de pila José González Sánchez, nacido en Utiaca, San Mateo y que se estableció en nuestro barrio desde al año 1966, al contraer matrimonio con una joven oriunda de aquí. Su labor alrededor del folclore es inmensa, desde su formación autodidacta, ya que como él dice eso del “solfeo” no suena bien. Y con su fino oído y sus aptitudes innatas para la música le ha hecho acreedor de una justa fama, plasmada en una ingente labor. Desde su niñez ya hacía sus pinitos, fabricándose sus propios instrumentos con trozos de cañavera y cuerdas de donde sonaban milagrosamente pinceladas musicales. En aquellos primeros años de su estancia en el Valle de los Nueve, daba clases de instrumentos, guitarra, bandurria, etc, a muchos jóvenes de entonces, en una habitación pequeña situada aquí atrás en la calle de Maestro Ramón. Familias como las de Antoñito Melián, con sus hijos y nietos, Santiago, Juan Andrés, etc por sólo citar a algunos, Fabiola, los Cáceres y toda una pléyade de jóvenes aprendieron a tocar bajo la batuta, y nunca mejor dicho, de Pepito”.
Culmina este acto con la audición de varios temas canarios en la alegría y agradecimiento por parte de la directiva de la Asociación Vecinal El Pilar del Valle de los Nueve e intervinientes. Muchas gracias el público vecinos de nuestro barrio teldense que han conmemorado la exaltación de la Cruz en este mes de mayo de nuestros valles.
Cruz del sur, cruz del penitente, del peregrino, ante ti doblegamos nuestras penas y te pedimos, cruz de amor, cruz florida de mayo, cruces enramadas, a la orilla y en silencio esperas, cruz del camino. De flores de todos los campos, valles, huertas y jardines, tu cuerpo hoy está vestido, hoy te traigo mi oración, manos que acarician la piel de tu inmolación, tu bendición, enjugamos con los pétalos tu sangre, lágrimas y pesares. Penas del mundo que por nosotros en la Cruz redimiste, tu mensaje de paz, sobre el madero dejaste, la palabra tuya señal de vida. En el recuerdo de mi niñez, vuelvo a enramar de flores y aromas tu Cruz, en la memoria por ti sentida. Cruz de amor, cruz de perdón, cruces de los caminos, cruces de vida, cruces de mayo, de mis valles floridos.
Jesús Ruiz Mesa, colaborador cultural Telde y http://www.teldeactualidad.com/, Telde 2 de mayo 2012
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