Artículo de opinión de Álvaro Monzón
• La huella ecológica de los seis proyectos es inasumible
• La nula alineación con los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) es tremendamente escandalosa.
El Plan de Cooperación (2024-2027) por el que el Cabildo de Gran Canaria destina fondos a los ayuntamientos de la Isla, ha comenzado de una manera extraña y sin las garantías precisa como para que la inversión que le toca a Telde (6,1 M€) se convierta en acciones que mejoren la calidad de vida de la ciudadanía, teniendo en cuenta los déficits en infraestructuras y equipamientos locales.
Todos y todas deseamos que venga financiación al municipio y ese fue el espíritu del Pleno extraordinario convocado con menos de 16 horas de antelación, de prisa y corriendo; sin medios de comunicación, y como explicaré más adelante, sin que los responsables del área, se leyeran los proyectos básicos cargados de numerosas erratas.
Todas las fuerzas políticas manifestaron las reservas con las propuestas y las quejas por las formas de realizar el Pleno, sin apenas explicación o sin realizar las consultas con el movimiento asociativo. Algunas actuaciones no se veían correctas y adecuadas. Sin embargo, dimos el voto de confianza al grupo del gobierno para pedir la subvención al Cabildo. En el futuro, confianza cero.
ACCIONES CIUDADANAS: LA HISTORIA DE LOS ÁRBOLES DE MELENARA Y SALINETAS
Estos días he recordado lo que pasó en el año 2005. Gobernaba PP-CIUCA y quisieron talar los pinos de Melenara, los que están delante del Restaurante Escuela. La acción ciudadana paralizó la tala, se realizaron manifestaciones y concentraciones. Plantamos nuevos ejemplares de casuarinas (pinos marinos) para reponer los talados. La ciudadanía compró esos pinos y hoy en día es de los sitios más usados, a la sombra con las mesas y bancos, fomentando los encuentros familiares y festivos. Eso es patrimonio de la sociedad teldense, no corresponde a nadie. Es de todas y todos.
Curiosamente, en el año 2012, otra polémica saltó a la actualidad diaria. Gobernaba el PP y el objetivo que se propuso el concejal de parques y jardines de entonces, de cuyo nombre no quiero recordar, fue eliminar el parterre verde en forma de triángulo del centro de la playa de Salinetas. La ciudadanía salió a la calle e incluso se plantó unas especies canarias a modo de reivindicación. El supuesto proyecto era sustituir palmeras y zona verde, para no sé qué parque infantil y mejorar la vista paisajística de las ventanas y terrazas circundantes. La zona verde se conserva y se mantiene hoy en día.
Con estos antecedentes, en apenas 100 días de gobierno, CIUCA-PP-MXT-CCD nos presentan seis actuaciones (memorias, anteproyectos, proy. básicos… o lo que sea, firmado por el mismo ingeniero) con notable reducción de especies vegetales (casi 200) y con escasa reposición de árboles adultos, salvo la plantación de 13 jacarandas en la calle Roque.
Incluso la actuación de la calle Miramar, en Taliarte, por importe de 764.206,20 €, junto a la futura plaza, que ya tiene riego, con nuevas tuberías de agua y que este mismo año se plantaron casi 100 especies, entre árboles y arbustos; o en la actuación de la calle Cervantes, en San Gregorio, por importe de 496.921,50 €, ninguno de los dos proyectos contempla una plantación de árboles o simplemente, poner unas “macetas con algunos geranios” como reclamaba el concejal Peña, cuando estaba en la oposición.
UNA CIUDADANÍA CONCIENCIADA
En la última semana la población ha ido manifestando su preocupación, a la vez que ha demandado árboles y zonas verdes. Todo ello en concordancia con el ordenamiento jurídico y las estrategias aprobadas en los distintos niveles de la administración pública; por ejemplo, recordemos el nuevo concepto europeo e integrador de Infraestructuras Verdes o las acciones de movilidad sostenible que se abordan de forma transversal a la adaptación al Cambio Global y, en la medida de lo posible, buscando soluciones basadas en la naturaleza (SbN).
Todo proyecto de obra, debe incorporar esos parámetros con aplicaciones muy tangibles para mejorar la calidad de vida y del aire, buscando la equidad en el acceso a la naturaleza y sus beneficios sobre la salud mental y física, atendiendo a cuestiones transversales como los derechos de la infancia y de género, el envejecimiento de la población, etc.
Cuando en una actuación se quiere reducir la masa vegetal, el doncel de los árboles, o reducir los espacios peatonales ganados –en otra época- al vehículo, eso debe contar con la suficiente argumentación, motivación y justificación, porque puede ocurrir lo que ha pasado en Telde, con el ejemplo de la Avd. Américo Vespucio. No es suficiente, el loable objetivo de mejorar las aceras que, por otro lado, todos compartimos. A veces es necesario acompañar las medidas y estudiar las propuestas de manera interdisciplinar. La ciudadanía ha manifestado que la rambla es más importante que más plazas de aparcamiento y eso es para tomar nota en las futuras actuaciones. Los parámetros internacionales para medir la calidad de vida global, no están precisamente en el vehículo particular e individual.
Todos y cada uno de los concejales de parques y jardines de las últimas décadas han tenido que retirar árboles de las aceras y eliminar palmeras enfermas podridas. En mi caso, con el dolor de mi alma, porque retirar un árbol era como un puñal en mi corazón. Cuando llegaba ese dilema, aplicaba el axioma de nuestro sabio José Viera y Clavijo, “al retirar un árbol plantar dos nuevos”.
Es la política de renaturalización de nuevos espacios verdes que llevamos a efecto en mi mandato, con plantación de casi 5.000 árboles para compensar esos pocos retirados. Es una pena que los planes de cooperación, además de asfalto, adoquines, LED, no incorporen nueva plantación de árboles. Las necesitamos en el presente y en el futuro, porque ya ven cómo está el clima y las temperaturas en aumento.
UNA CIUDADANÍA ORGANIZADA
El movimiento asociativo en Telde es fuerte, dinámico, respetuoso, estructurado y bien organizado. Cientos de ejemplos existen, desde la cumbre hasta la costa, de cómo se ha ido configurando la sociedad local a base de acciones, actividades, reclamando mejoras y aportando soluciones desde la sociedad civil.
Los debates abiertos estos días, que algunos quieren cerrar, con falsas y viejas promesas, quedan como heridas abiertas, sin sangre porque no se llegó a la hemorragia, pero sí, con las dudas y las sospechas de cómo se ha organizado este nuevo Plan de Cooperación 2024-2027.
Lo vivido en el salón de plenos el pasado martes tiene su enjundia procedimental. Era la primera vez (que yo lo recuerde) que se llevaban actuaciones firmadas por un técnico externo sin las preceptivas revisiones de los trabajadores municipales. El martes se aprobó el Plan de Cooperación con unas actuaciones definidas y concretas. Es verdad que será la Junta de Gobierno Local la que apruebe los proyectos de ejecución de obra cuando llegue el momento.
Sin embargo, el ingeniero contratado, el mismo para los seis proyectos, todos hacen referencias a servicios municipales del Excmo. Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria (agua, parques y jardines, p.ej.), por lo que debió de copiar y pegar las unidades de obra de otros proyectos por él realizados.
Evidencia pues que pocos leyeron esos proyectos. Pero me surgen otras dudas. ¿cómo se contrató a esa persona, se siguió el procedimiento de la Ley de Contratos del Sector Público?; ¿igualdad, mérito, capacidad, transparencia, seguridad jurídica?
Si ahora, según el alcalde, el proyecto de Salinetas “es modificable, con capacidad de ser eliminado y reiniciado”, ¿cuánto nos va a costar?, ¿qué pasa con el dinero empleado?
En otro apartado, haciendo mención a la necesidad de peticiones de permisos, autorizaciones e informes sectoriales, por ejemplo, la actuación en la calle Pablo Neruda y su conexión con la calle 8 de marzo, no tiene en cuenta la incoación del expediente del BIC de Los Picachos, cuya zona principal y entornos de protección se ven invadido por el nuevo proyecto de adoquinado. Requerirá informe del Servicio Insular de Patrimonio Histórico.
O la actuación en la Avd. Américo Vespucio no ha tenido en cuenta que en la zona de la confluencia del barranquillo de Sacateclas, invade el Dominio Marítimo Terrestre, así como; la zona de servidumbre de tránsito y la servidumbre de protección, por lo que se requieren las consultas oportunas.
En la cartografía del proyecto de la Avd. Américo Vespucio, se ha pintado un carril bici en la acera del lado cumbre, sobre la misma acera, junto a los jardines privados de las viviendas. Pintado está, cuantificado económicamente no.
En definitiva, tenemos un Plan de Cooperación 2024-2027, que dará mucho que hablar, pero se me queda un mal cuerpo y una penita porque la ciudad de Telde, vuelve a ser “portada” de situaciones indeseadas.
Artículo de opinión de Álvaro Monzón
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