Hoy como todos los años,
vengo ante ti, Virgen del Pino bendita
a ofrecerte mi poema,
con amor y pleitesía.
Pues mi alma busca consuelo,
pues tú sabes, Madre mía,
que mucha gente a la que quiero,
se me ha ido de mi vida.
Y eso es algo muy triste,
son momentos inolvidables,
pero sé que es ley de vida,
y que tengo que aceptarlo.
Hoy no sólo te pido por mí,
sino por todos esos canarios,
que te ofrecen su cariño,
guíanos con tu ternura,
por este difícil camino.
Que nuestras penas y tristezas,
nos las puedas aliviar,
que nunca nos sintamos solos,
pues tú nos sabrás cuidar.
Por eso te pido,
Virgen del Pino, Madre querida,
desde lo más profundo de mi alma,
que nos protejas, que nos ayudes,
que ilumines nuestro sendero,
para que por siempre
seamos más justos,
seamos más buenos.
SOLY MEDINA ©
No hay comentarios:
Publicar un comentario