A veces, me encuentro con gente que me dice, sin miedo alguno, que me conoce. Y yo me pregunto: ¿Cómo pueden conocerme si, ante ciertos sentimientos, no me conozco ni yo misma?...
Enfadada con mi mente
porque te tiene sentado
en palco privilegiado
y a cualquier hora presente.
Furiosa con mi destino
que me llevó a conocerte
y un solo instante tenerte
para echarme del camino.
Decepcionada de ti…
-Me besaste con los ojos-
pero me diste despojos
ante lo que te ofrecí.
Triste con mi corazón
que al verte apura su marcha,
aunque ha sentido tu escarcha
y mi gran desilusión.
Rota igual que monigote
con que tú jugaste un rato,
como el juguete barato
que a tu capricho rebote.
Inconsciente de mis pasos
-se perdieron por seguirte-
tu indiferencia fue sirte
para el mar de mis abrazos.
Guadalupe Santana Suárez ©
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