El 2019 no fue un año fácil para el Pago de Juncalillo en plena celebración de la Rama nos tocaba muy adentro y con desolación, veíamos arder nuestro pueblo por el incendio acaecido en el barrio vecino de Las Arbejas (Artenara), pero a pesar de ello y con el corazón en un puño y lágrimas en los ojos, los juncalillenses portaron sus ramas hasta los pies de Santo Domingo de Guzmán.
En el 2020 nos tocaba nuevamente el corazón no poder celebrar nuestras fiestas por estar en plena pandemia. En agosto, a pesar de las restricciones, no pudimos faltar a nuestra promesa ancestral esta vez sin ramas en señal de luto y respeto por los incendios del año anterior y sobre todo pidiendo con fervor que pasara la situación que estábamos y estamos sufriendo.
Hoy 31 de julio de 2021 no podiamos faltar a nuestra cita. Es un año especial para el pueblo, ya que se conmemoran los 800 años de la muerte del dominico Santo Domingo, los 100 años del campanario de la Iglesia. Como cada año y teniendo muy en cuenta las restricciones sanitarias, los arteviguenses no podemos faltar a nuestra promesa ancestral. Ni en plena Guerra Civil, como nos relataba hoy Mari Carmen (portadora de los papagüevos de nuestro pueblo y familia directa del creador de los mismos) la promesa no paró. Las mujeres de su familia (sus abuelas junto a otras mujeres del pago) sacaron al Santo en procesión porque no había gente joven que lo hiciera.
Aunque este año la situación sanitaria aún limita las celebraciones, varios vecinos de distintos barrios, desde Hoya Casa (La Gloria) hasta la Presa de Los Pérez hemos celebrado y conmemorado nuestras promesas, recordar a nuestros antepasados y mantener vivo el sentimiento de un pueblo que ama sus tradiciones, dejando la ramas a los pies del Santo.
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