“LA CARTA VITAL”
Es una carta la vida
que vas leyendo despacio,
porque a veces, el prefacio
no te salva de la herida.
Es el miedo como el aire,
cada uno toma el que quiere
y es que cada cual prefiere
labrar su propio socaire.
Está bien el intentar
no pisar sobre cristales,
más, no rindas ni regales
la voluntad para amar.
No temamos al amor
-el amor no tiene culpa-
de que al nombre de su pulpa
le apellidaran dolor.
Porque el amor se derrama
en el corazón mortal,
será benigno o brutal
según el fondo y la lama.
Si es que se vuelve la mano
traicionera con su nombre,
el amor también se asombre
ante el mal del ser humano.
Guadalupe Santana Suárez ©
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