Con qué ilusión te regalé
aquel muñeco un buen día,
el muñeco de tus sueños
era lo que tú, una y mil veces me decías.
Era un lindo y precioso Nenuco
de ojos claros muy azules,
un pantalón de peto rojo
con un suéter a rayas, muy mono
que hacían un bonito conjunto.
El día que llegó a ti
estabas loca de contenta,
corrías de un lado a otro
y dándole muchos besos
lo abrazabas fuertemente.
No te separabas de él
sólo para ir al colegio,
dormías abrazada a él;
era para ti especial
Formaba parte de ti
aunque no tuviera vida
y fuera sólo un juguete.
Pero un mal día, tu hermano
que era bastante travieso
y sin pensarlo dos veces
le rompió sin más el cuello.
¡Ay! cúanto lloraste aquel día
desconsolada por ello,
más tu gran cariño hacia él
no menguó en ningún momento.
Han transcurrido los años
ya eres toda una mujer
y aún ese precioso muñeco
sigue acostado en tu cama,
esperando como siempre
que llegues, le des un beso
y lo abraces fuertemente.
SOLY MEDINA
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