De nuevo, otra Navidad sin ti,
mamá del alma
veintidós años que tú me faltas...
Me falta tu presencia
y eso es terrible,
es algo inenarrable,
es muy sufrible.
En la calle la gente
de un lado a otro
con sus compras, sus regalos,
pues es lo lógico.
Yo camino entre ellos
como sonánbula,
repitiéndome siempre
¡cuánto te echo de menos
mamá de mi alma!
Al regresar a casa
contemplo el árbol,
miro el Belén,
se agolpan mis recuerdos
y me quedo pensando.
¡Ay! Quién te tuviera aquí
mamá querida
para abrazarte, besarte
y desearte lo mejor
que hay en la vida.
Decirte que te quiero
con toda el alma,
que aún teniéndolo todo
no tengo nada,
porque sin ti, mamá querida
todo, todo me falta.
SOLY MEDINA
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