(Desde el corazón, para todos
mis buenos amigos)
Cúantos golpes bajos
nos suele dar la vida,
qué de ingratitudes
¡Ay! Cúanta hipocresía.
Vas haciendo el bien
y te pagan con mal
y si no lo haces
te suelen criticar.
Y yo me pregunto
cómo es posible
que existan personas
que den tan poco valor
a una amistad.
Si tener un buen amigo
es hoy una suerte,
es tener un hombro
donde poder llorar.
Más, a veces
lo que tú consideras
muy buenos amigos
llevan un pequeño
Judas en su interior.
Esos, esos son los golpes
que poquito a poco
te van a enseñar
a ponerte en guardia
y no tropezar.
Aunque hay circunstancias
en este injusto mundo
que aunque des mil vueltas
a tu alrededor,
tropiezas de nuevo
en la misma piedra
que con mucha astucia
una vez más te espera.
Pero lo que no sabe
esa pobre piedra
que nunca jamás
me voy a rendir.
Y tendré amigos
que rían conmigo,
que lloren conmigo
cuando hay que llorar.
Pues tener un buen amigo
es como un tesoro
que dentro del alma,
que dentro del alma
tienes que guardar.
SOLY MEDINA ©
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