TELDEENFIESTAS LA VOZ DE LAS ISLAS
Con todo cariño a nuestra isla hermana, Cuba
Recordando lo vivido,
me acuerdo que él me contaba
con lágrimas en los ojos
y su voz triste y quebrada.
Mi queridísimo abuelo,
cuando un día decidió
marcharse de su tierra tan amada.
Le obligó las circunstancias,
dejando atrás a sus padres,
su esposa y sus seis hijos del alma.
Eran tiempos difíciles,
de hambre y miserias en Canarias,
y en aquel barcó marchó
a Cuba, aquella isla que
era toda su esperanza.
En busca de trabajo
y mejorar su condición
para ofrecer a su famillia
todo lo mejor,
esa era su única razón.
Pero no fue nada fácil,
mi queridísima nieta,
me decía con inmensa tristeza,
no sólo para mí
sino para aquellos muchísimos canarios
que dejaban lejos su corazón.
Trabajé de sol a sol
en plantaciones de caña de azúcar,
y aunque el trabajo era muy duro,
siempre encontré en los cubanos
una mano amiga.
Nunca me sentí un extraño,
me ofrecieron todo su cariño,
además de cuanto tenían.
Pero eso no impedía
que cada noche llorara
recordando a mi familia,
soñando con volver pronto a mi isla.
Pero pasaron los años,
tanto que envejecí
por dentro y por fuera
y me decía a mí mismo:
Cómo han pasado los años, Dios mío
Cómo se me está yendo la vida.
Regresé con dinero,
que fue por lo que un día marché,
pero ya no volví a ver a mis padres,
mis hijos dejaron de ser niños,
y casi no reconozco a mi mujer.
Pero he vuelto, regresé
a mi Canarias querida,
y hoy estamos todos juntos
aunque nunca volví a ser
aquel hombre que un día fui.
Más, le doy las gracias a Dios,
y a mi otra patria: Cuba
por darme la oportunidad de sobrevivir,
pero sobretodo, mi amada nieta,
por haberme permitido
poder conocerte a ti.
SOLY MEDINA
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