TELDEENFIESTAS LA VOZ DE LAS ISLAS
El emigrante
El emigrante
Sabría, si fuera sabio,
por qué la Naturaleza
no quiso darme raíces
y, en su lugar, me dio piernas.
Quizás, sabría también
dónde estuvo, con certeza,
el Paraíso soñado
en que nos parió el planeta.
Hay quienes dicen que en África
vino al mundo la primera
criatura que se puso
en pie y miró a las estrellas.
Según nos cuentan los libros,
hubo un árbol de la ciencia
que guardaba los secretos
de los goces y las penas,
ángeles, también serpiente,
y hubo espadas como lenguas
de fuego para expulsarla
del aquel jardín, como siembra
que buscó donde asentarse
por Asia, Europa y América.
Y África siguió pariendo
criaturas de piel negra,
chamuscadas por las armas
que blanden los que gobiernan.
Sabría, si fuera sabio,
de qué modo me sujeta
la memoria, que es raíz,
que sigilosa penetra
por los túneles del tiempo
que vuelve cuando recuerdas;
o la ilusión que me avienta
al futuro en donde habita
la realidad que se sueña.
Y ahora vuelve el que se fue
antaño a hacer Las Américas,
blandiendo cruces y espadas
–¡con tan poca diferencia!–,
el que dejó aquí a los hijos
en los brazos de mi abuela,
y regó otro continente
con su esperanza y su esperma
y encarnado en otros huesos
volvió detrás de sus huellas.
Y resulta que soy yo,
éste, que ahora regresa;
el mismo que se marchó
persiguiendo una quimera;
el mismo que escribe versos
para aclarar las ideas
con la esperanza de que alguien
–¡no me importa ya quien sea!–
me saque de tantas dudas,
porque es verdad que si fuera
sabio, seguro, sabría
de quién es esta cosecha
y a quien pertenece el hambre
que se alimenta en la Tierra.
Julio Pérez
Tejera
Telde, 29 de noviembre de 2019
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