DESTINO
Si ves que se te hunde el techo
y está todo en mil pedazos
¡cómo te pesan los brazos!
¡cómo te resuena el pecho!
cuando buscando el derecho,
tuerces tus confusos pasos.
¡Cuánto! infieren las raíces
de una ilusión pasajera
que creíste verdadera
antes de hacer cicatrices,
porque siempre las lombrices
muerden donde el daño impera.
El puñal de la perfidia
no te llega de sorpresa
cuando ya te sabes presa
de lo voraz de la insidia,
que busca en ti la desidia
cuando otra cosa confiesa.
La esperanza está detrás
aunque el anhelo se pierda;
piensa, medita y recuerda
que no hay puerta en un jamás.
El reloj no va hacia atrás,
pero admite nueva cuerda.
En la determinación
encontrarás el aliento
para que en un nuevo intento
recuperes el tesón.
Derrota la indecisión
y busca el nuevo momento.
El pie firme en el camino
demuestra su tenaz huella
y no espera que una estrella
venga a llamarse destino.
Es el pie dueño del sino
que le salva o le atropella…
Guadalupe Santana Suárez
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