jueves, 15 de septiembre de 2016

Fervor y emoción en la procesión del Cristo de Telde

Fervor y emoción en la procesión del Cristo de Telde
Cientos de fieles participaron en el cortejo religioso en su discurrir por el casco de San Juan

La imagen del Santo Cristo de Telde, esta noche iniciando su recorrido por el enclave de San Juan (Foto Antonio Alí)
TELDEACTUALIDAD
Telde.- Bajo un repique de campanas y una sucesión de aplausos y vivas, la venerada imagen del Santo Cristo de Telde cruzó esta noche, minutos después de las 20.30 horas, el pórtico principal del templo matriz de la ciudad para encontrarse con sus fieles y recorrer las principales calles del casco histórico de San Juan. La comitiva religiosa, arropada por cientos de devotos y por una amplia representación de autoridades municipales e insulares, estuvo presidida por el obispo de la Diócesis de Canarias, Francisco Cases, y un nutrido número de sacerdotes.
 
Devoción, plegarias y emoción conjugados a partes iguales con la belleza y la serenidad que transmite la efigie del Santo Cristo de Telde. Estos fueron los ingredientes que marcaron esta noche la magna procesión del también llamado Cristo de las Misericordias, una de las imágenes cristológicas más veneradas de Canarias, por las calles del casco histórico de San Juan, en el día grande de las fiestas religiosas más importantes del municipio.
 
La valiosa y delicada imagen, modelada en el siglo XVI por los indios tarascos de México a base de pasta de millo y que llegó a la ciudad entre los años 1550 y 1555, fue recibida con gran expectación por los cientos de fieles que desde primera hora de la tarde abarrotaban la Basílica de Telde y, tras finalizar la eucaristía, la plaza de San Juan.
 
La banda de cornetas y tambores La Salle de Agüimes y un grupo de mujeres ataviadas con mantillas canarias precedían en el cortejo al trono del Santo Cristo, rematado con cuatro faroles de plata de manufactura sevillana. Y que también lucía, a los pies de la efigie, un ramo de orquídeas matizadas en malva y anthurium blancos, además de una alegre cenefa en sus bordes, con un toque silvestre, a base de crisantemos en tonos amarillos y blancos, anthurium rojos y eucaliptos.
 
Un adorno floral obra del decorador Segundo Amador, encargado también de confeccionar los faldones de terciopelo color sangre, con bordados aún por finalizar e inspirados en una de las túnicas del Gran Poder de la ciudad hispalense, que hoy estrenó el paso procesional.
 
Con la noche ya encima, la comitiva enfiló la plaza de San Juan y sorteó la amenaza de una lluvia que, brevemente, hizo acto de presencia cuando la imagen se acercaba al balcón principal del Ayuntamiento de Telde para escuchar la que sería la primera de las cerca de diez malagueñas que le dedicaron.
 
Estos cánticos, que se sumaron a una petalada y a los frecuentes y espontáneos vivas de los feligreses, dieron más calor al ambiente de fervor que reinó durante el periplo de casi 90 minutos por el enclave monumental de San Juan. Un recorrido al que se sumó la alcaldesa Carmen Hernández y una amplia representación de ediles de la Corporación de Telde. Los consejeros insulares Daniel Reyes, José Miguel Bravo de Laguna y Felipe Afonso El Jaber tampoco quisieron perderse esta importante cita religiosa.
 
El trono, escoltado por los de miembros del equipo que cada año baja y sube la imagen del Altar Mayor, continuó también a los sones de la Banda Municipal de Música de Telde por su recorrido habitual por las calles Juan Carlos I, Conde de la Vega Grande, Duende, Plazoleta Marín y Cubas, Doramas, Los Sabandeños, Julián Torón y León y Castillo, para regresar de nuevo al templo al fin de las 22.00 horas atravesando la plaza de San Juan.

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