sábado, 12 de septiembre de 2015

PREGÓN DE LAS FIESTAS AL SANTÍSIMO CRISTO DE TELDE 2015

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"Y por encima de nuestra historia, nuestro patrimonio y nuestros personajes está lo más valioso que tenemos: el Santo Cristo de Telde. Un Cristo con diferentes nombres pero siempre el mismo Cristo. Un Cristo en el que todos los Títulos se complementan".

En la pasada noche del viernes 14 de Septiembre, tras la Misa, tuvo lugar el tradicional Pregón que da paso a las fiestas del Santísimo Cristo de Telde, que en esta edición corrió a cargo de don José Carmelo Pulido Morales.
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Un público entregado, aunque en menor asistencia que otros años, posiblemente por el calor persistente en estos últimos días, disfrutó de las magníficas palabras de este teldense.
A continuación ofrecemos el Pregón completo que amablemente nos hizo llegar ayer el propio Pregonero:
Estimadas Autoridades, Señor Cura Párroco, Señoras, Señores:

Quiero comenzar agradeciendo al Sr. Cura Párroco D. José María Cabrera, la amable invitación  para ser el pregonero de las fiestas del Santísimo Cristo de Telde. ¡No creo que haya un honor mayor para un hijo de esta ciudad!

Según el profesor Rumeu de Armas, nuestra ciudad fue fundada por disposición del Papa a mitad del siglo XIV. Los frailes mallorquines que hasta aquí llegaron trajeron bajo sus brazos el Título de Ciudad y Sede Episcopal. El primer Título de la Ciudad:  Fortunatarum Prima Civitas  et Sedes (la Primera Ciudad y Sede de las Islas Afortunadas).  Y este Título no lo adquiere por azar. Las cuevas de Tufia, de Jerez, en el barranco de Silva, del poblado troglodita de Cendro, los almogarenes del Baladero y de Cuatro Puertas, los tres belitos y aras, hallados en Tara, la Montaña Sagrada de Cuatro Puertas, con harimaguadas, nos hablan de un pueblo, amante de su tierra, cuna de una fe natural en el verdadero Dios a quien llamaban Acorán.  Las harimaguadas eran una especie de orden religiosa femenina que se dedicaban a la enseñanza y en las procesiones las que reclamaban a la divinidad la lluvia. La petición de lluvia era una de las mayores suplicas al dios Acorán. El máximo responsable de las actividades religiosas entre los aborígenes era el Faycán. De condición noble, una de las figuras más respetadas del pueblo, no sólo por su condición religiosa sino porque era la segunda autoridad después del rey. Telde es el pueblo almogaren más religioso de Gran Canaria. Fue esa religiosidad lo que atrajo a los misioneros a hablarles de Dios. Fue esa sensación de “ciudad santa” para los nativos lo que estimuló a los primeros obispos a establecer aquí su catedral, a llamarla Fortunatarum Prima Civitas et Sedes. En Telde se creó la primera comunidad cristiana. En Telde se celebraron los primeros bautizos de aborígenes, las primeras eucaristías. Y en Telde se clavó la primera cruz, hecha con madera de la cumbre.

Posteriormente, diferentes autores la han bautizado con otros nombres, tales como Ciudad de los Faycanes, Cabeza de Guanartemato, Puerta de la Gran Canaria, Propagadora de la Fe,  Vega Mayor, Patria de Liberales y Progresistas, la Jerusalén  Canarias , Muy Ilustre, Invicta, Noble y Hospitalaria, Solar de Poetas…

En nuestra ciudad nacieron Doramas, bravo y valiente luchador frente a las tropas castellanas; Inés Chemida,  mujer generosa, que dedicó su casa y su vida a acoger mendigos,  a los enfermos más abandonados de su época, y crea el primer hospital del mundo dedicado a curar las enfermedades venéreas, que además de las glorias y el oro, Castilla se trajo de América; Tomás Marín y Cubas, médico y autor de Una historia de la conquista de las siete islas canarias; Diego López Montañés (de Tara) que emigró e hizo fortuna y no se olvidó de su ciudad. Envió dinero para construir una escuela y para las obras de nuestra Iglesia de San Juan Bautista;  Silvestre Bello y Atriles, pintor y escultor, cuyas obras se encuentran en varias iglesias de nuestra isla; Gregorio Chil y Naranjo,  autor de Estudios Históricos, Climatológicos y Patológicos de las Islas Canarias, fundador del Museo Canario, lugar que fue su casa y consulta médica; Fernando de León y Castillo, diplomático, diputado, senador, embajador y ministro. Promovió la construcción del Puerto de La Luz y el faro de Maspalomas. A él se debe las negociaciones a través de las cuales España se hizo con el Sahara Occidental y Guinea Ecuatorial; Juan de León y Castillo, hermano de Fernando, realiza las obras de la carretera Las Palmas-Telde, Telde-Valsequillo, Telde-Agüimes y el magnífico puente sobre el Barranco Real de Telde; Plácido Fleitas, escultor y apasionado del arte aborigen canario. Artistas como José Arencibia y Luis Arencibia Betancor.

Nuestra ciudad, también, a finales del siglo XIX y principios del XX ha sido el lugar de nacimiento de los poetas Julián y Saulo Torón, Montiano Placeres, Hilda Zudán,  Patricio Pérez Moreno, Luis Báez Mayor y Fernando González Rodríguez.  Los que formaron lo que se ha dado en llamar la Escuela Lírica de Telde.  La proximidad de sus casas y el gusto por la poesía intimista probablemente los unió. La fórmula de la “Tertulia” y la personalidad de Montiano Placeres, sin duda, fueron decisivas, a la hora de su producción poética.  Aunque todos contribuyeron  a desarrollar el buen gusto por las letras en nuestra ciudad, de algún modo hemos de reconocer el trabajo de Saulo Torón y de Fernando González,  como la cumbre de este movimiento. ¡Qué placer cuando uno camina por nuestras calles  y va mirando las fachadas en las que puede leerse “aquí nació el recordado poeta…” O bien “aquí nació y vivió el insigne poeta…” Quiero agradecer el trabajo de recuperación que de la Escuela Lírica ha desarrollado Antonio María González Padrón.  Me ha hecho redescubrir a los poetas de aquí. Y nuestra ciudad, en un loable gesto de reconocimiento, ha hecho hijo adoptivo a Luis León Barreto, autor de la célebre obra Las espiritistas de Telde. La primera vez que un narrador canario gana un premio nacional. El premio “Blasco Ibáñez”. León Barreto lo envió bajo el título Las espiritistas del Sur. Pero en aquel momento,  Manuel Vázquez Montalbán había ganado el premio Planeta con su novela Los mares del Sur. El jurado y los herederos de Blasco Ibáñez le sugieren que lo lógico era poner Las espiritistas de Telde.  Es la única novela canaria que tiene un topónimo tan concreto. Quizá la que más se acerca es Mararía.  Mararía es Lanzarote. Ninguna tiene un título tan tremendo como la obra de León Barreto. Confiesa que fue un riesgo. Pero mereció la pena. Ha sido traducida al alemán, inglés, rumano, italiano y francés.

En nuestra ciudad, también, han nacido otros muchos personajes que aún no siendo famosos, han construido y siguen construyendo con sus vidas y ejemplo la historia de nuestro municipio y de nuestra Iglesia.

En nuestra ciudad, y me pongo ligeramente melancólico, han nacido mis padres, mis hermanos, mis abuelos y no sé cuantas generaciones atrás.

A Telde han cantado nuestros hijos más ilustres. José Velez tiene una  canción bajo el título de Telde, Los Faycanes, con letra y música de Antonio Cejudo, nos deleitan con su Telde Querido, cantada por Emilio José.  Mi Telde compuesta por Orlando Hernández y Maso Moreno, cantada por Mary Sánchez y los Bandama. Y quien, desde finales del siglo XIX, ha estado en todos los momentos importantes de Telde ha sido nuestra Banda Municipal de Música.  Ahora que la UD. Las Palmas está en Primera División hemos de recordar que fue nuestra Banda, dirigida por D. Crescencio Díaz de Felipe, la que grabó en 1964, en el Teatro Pérez Galdós, el Himno oficial de la UD. Las Palmas.

Telde es una ciudad que tiene uno de los conjuntos monumentales y culturales más hermosos de Canarias. La Zona fundacional de San Juan, el Conjunto histórico-artístico de San Francisco, los Llanos de San Gregorio. Sus museos: la Casa Museo de León y Castillo, el museo parroquial de Arte Sacro, la Casa de la Cultura, la Iglesia de San Pedro Mártir, las Casas Consistoriales, las Bibliotecas Públicas. Sus edificios religiosos, entre ellos la Basílica de San Juan Bautista. Por cierto, no es necesario decir Basílica Menor. Ya lo sabemos. En la cristiandad sólo hay cuatro Basílicas Mayores y todas están en Roma: la Basílica Papal de San Juan de Letrán, la de San Pedro del Vaticano,  la de San Pablo Extramuros y la de Santa María la Mayor. Todas nombradas en el siglo XIV. Sus características son que nadie puede celebrar misa en su altar mayor, excepto el Papa o un delegado pontificio que él designe, debe estar abierta las 24 horas del día y tener confesores siempre disponibles. Las otras 1500 Basílicas que están fuera de Roma, son todas Basílicas Menores (entre ellas la nuestra de San Juan Bautista), la Iglesia conventual de San Francisco, Iglesia de San Gregorio Taumaturgo y la Iglesia de la Concepción. En cuanto a visitas arqueológicas hay que destacar Tara, Cendro, Cuatro Puertas, Tufia, Llano de las Brujas y La Restinga. Como espacios naturales, el Barranco de los Cernícalos, la Caldera de los Marteles, el Parque Geológico de Rosiana y el Gamonal, los Arenales de Tufia y el Bufadero de la Garita. Las playas de Jinámar, La Garita, Hoya del Pozo, Playa del Hombre, Melenara,  Clavellinas, Taliarte, Salinetas, Silva,  Aguadulce, Tufia, Ojos de Garza y Gando.

Y por encima de nuestra historia, nuestro patrimonio y nuestros personajes está lo más valioso que tenemos: el Santo Cristo de Telde. Un Cristo con diferentes nombres pero siempre el mismo Cristo. Un Cristo en el que todos los Títulos se complementan. Me van a permitir que hable de ellos. Y empiezo  por el de Cristo de las Mareas.

Santo Cristo de las Mareas

Hace referencia a su azarosa llegada. La vida de Telde  no la podemos entender sin nuestras costas. En Gando tenemos el aeropuerto. Por Gando entran y salen cada día los aviones que hacen que haya cambiado la fisonomía económica y social de nuestra isla. Por Gando enviábamos el azúcar y nuestros vinos a América y Europa. Por Gando vivimos nuestra época de mayor esplendor económico.  Según Fray Bartolomé de las Casas, en su obra Historia de las Indias, a Gando, probablemente, llegó Colón para fondear la carabela de la Pinta, en la que viajaban los hermanos Pinzón y arreglar su timón, en el primer viaje del descubrimiento de América. Por Gando quiso entrar Juan Rejón para conquistar la isla. Pero la dificultad para acceder a Gando y asentarse en Telde, como era intención de los castellanos, privó a nuestra ciudad de ser la sede y futura capital de la isla. Por otra playa, esta vez por Melenara narra Lope de Vega en su obra  La Dragontea como la gente de Telde impidió que el temido pirata inglés Francis Drake arribara en nuestra isla. Esta obra de Lope de Vega, escrita a finales del siglo XVI, cuenta en 5856 versos esta batalla en Melenara.

Y por Gando aparece el Señor de Telde. Por ahí tenía que llegar a nuestra ciudad. Un barco que viene a España, naufraga y un grupo de esclavos escapa de la tragedia aferrándose a una de las cajas que caen al mar. Los esclavos toman la caja como una balsa. Unos pastores que observan la escena, avisan a las autoridades eclesiásticas y civiles de Telde (la única parroquia que había entonces era la de San Juan Bautista) y las autoridades traen a los esclavos y al Cristo, que viene dentro de la caja, hasta nuestra ciudad. Al abrirla encuentran la imagen del Señor. Desde ese mismo día se queda entre nosotros el Señor de Telde. Narra el Dr. Hernández Benitez que cada vez que han querido llevar a Las  Palmas al Stmo. Cristo ha ocurrido una tragedia. En una ocasión, llovió tanto que no podía cruzar el barranco de la cantidad de agua que había; y en otra, se le reventaron los vientres a los bueyes, pues al tirar de la carreta con el Cristo en su interior, ésta se iba haciendo cada vez más pesada y los bueyes no podían tirar. Sólo una  vez acudió a Las Palmas. En el año 2000, año jubilar convocado por Juan Pablo II para celebrar la llegada del III Milenio Cristiano. Ese año el Stmo. Cristo fue a la Catedral de Santa Ana para coincidir allí con la Virgen del Pino.  



Santo Cristo de las Aguas

En su obra  Cinco años de estancia en las islas canarias, el doctor René Verneau que nos visitó a finales del siglo XIX y principios del XX llega a decir: las frutas de Telde están consideradas las mejores de la isla y, sobre todo, sus naranjas gozan de una reputación merecida, no solamente en Gran Canaria, sino en el Archipiélago entero y termina diciendo que en Telde hay una gran cantidad de palmeras, dragos, eucaliptos, laureles… ¿Cómo no la va a llamar Luis Doreste Silva y D. Pedro Hernández Benitez, la Jerusalén Canaria? pues la Vega, frondosa, las delgadas palmeras que apuntan al cielo, esas plantas tan típicas de aquí que hacen que parezca  que estamos en Tierra Santa. Cómo afirma Antonio María González Padrón en su obra Telde: mito y realidad, Telde ha sido y será lo que sus aguas quisieran y quieren que sea. El campo es nuestro don más preciado y el campo para seguir siendo bello, hermoso y sobre todo, para darnos de comer, necesita agua. Y aquí aparecen las Bajadas. Históricamente hemos acudido a nuestro Cristo cada vez que hay sequía. A partir de la Segunda Bajada, la mayor parte de ellas son para pedir al Cristo que llueva. Nuestra tierra es seca. Vivimos del campo. Es necesaria el agua. El agua es nuestra razón de ser. Y en los momentos de máxima sequía el obispo autorizaba al ayuntamiento y al párroco a realizar una Bajada del Santo Cristo.

No me resisto a leer unas estrofas del Romance del Padre Claret sobre su estancia en Telde, escritas por el sacerdote, natural de Tejeda, D. Francisco Vega García.

¡Cristo bendito de Telde,
ante ti viste humillado
a aquel Padrito tan bueno,
Padre del pueblo canario!
No te olvides de nosotros
ni de nuestros tristes campos.
¡Mándanos, Señor, la lluvia,
refresca nuestros sembrados
y repite como en el tiempo
del Padre favores tantos,
para seguir bendiciendo
tu nombre siempre adorado!

Santo Cristo del Altar Mayor

Desde los tiempos más remotos la imagen ha sido venerada con la advocación de Cristo del Altar Mayor. Es el más fácil de aprender. Porque es en el Retablo Mayor  donde siempre ha estado la Imagen. Se le denominó de este modo para distinguirlo de otro antiguo crucificado que estaba en la iglesia bajo la advocación de Cristo de la Consolación y que mandó retirar el obispo Verdugo en su Visita Pastoral de 9 de noviembre de 1779. Hemos hallado en esta Parroquia un Crucifixo con el título de St. Christo del Pilar, cuya monstruosa configuración en nada puede convenir con la decencia y magestad de una imagen que nos recuerda al Unigénito del Padre Eterno. Y así mandamos que desde luego se quite  de la vista y veneración de los fieles. Ese Cristo que se mandó retirar recibía también el nombre de Cristo del Pilar por tener su altar en uno de los pilares del templo.

Cristo de la Hispanidad

Hace referencia a ese viaje de ida y vuelta que siempre ha tenido Canarias con América. Hace referencia a que nuestro Cristo proviene de Méjico. Y creo que aún hoy, la Caritas Parroquial de San Juan y su Archivo Parroquial cuando contestan cartas suelen introducir en el sobre una estampa del Cristo de Telde. Y me consta que envían todos los meses muchos paquetes de Medicina, fundamentalmente a Cuba. Y de allí siempre piden oraciones, estampas del Cristo de Telde al que suelen invocar y recordar. La imagen del Santo Cristo nos debe llevar a seguir cultivando las relaciones con nuestros hermanos de América. De allí vino la riqueza, también las enfermedades. Cuando nos ha hecho falta, allá hemos emigrado. Y cuando las cosas no han ido bien allá, hemos vuelto a la isla. Quién de los presentes no se ha emocionado escuchando la última folía, recitada por Luis Hernández y tocada por los Faycanes. Magistral el momento cuando explica lo que es una folía y empieza a cantar al cristo del navegante, señor de esta tierra mía. Ese Cristo al que canta, el que desde América,  sueña con volver a su hogar.

Cristo de las Misericordias

Alude, también, al carácter de rogativa  que el Santo Cristo  siempre ha tenido en Telde. La Primera Bajada (1678) se produce cuando inesperadamente comienza la erupción de un volcán en la isla de La Palma.  El otro motivo por el cual los teldenses invocaban a su Santo Cristo fue por la epidemia de hambre que llenó de muertos nuestros caminos y veredas allá por la mitad del siglo XIX.
Las Bajadas del Cristo las concedía el obispo muy ocasionalmente. Sólo en momentos de  extrema gravedad: la erupción de un volcán, sobre todo para pedir agua en los momentos de sequía y en los momentos de hambre. No será hasta la llegada del Obispo Pildain cuando las Bajadas se hagan anuales. Y, desde entonces, son para nuestra ciudad un momento para crecer y madurar en nuestra Fe.
Pero aun no habiendo bajadas, el pueblo siempre ha acudido a nuestro Cristo: sequía, las epidemias, el hambre, la guerra. Las desgracias y calamidades nos han llevado siempre a acercarnos hasta nuestro Santo Cristo. El que baja a Telde siempre entra en la Basílica a pedir por los suyos. He aquí algunas de las peticiones que dejan por escrito.
Salud para mi familia, amor y trabajo para mis hijos
Llegar a ser Policía Nacional
Que mi familia sea feliz
Que mi novia consiga un buen trabajo

Esto no es nuevo. Siempre ha sido así: Cuando hay en ésta alguna persona aquejada de grave enfermedad, el mismo pariente o sus familiares acostumbran a mandar encender luces al Santo Cristo implorando su protección, al mismo tiempo que empiezan a hacerle una novena. ¡Cuántas veces hemos sido testigos de curaciones repentinas e inexplicables! ¡Cuánto es el poder del Santo Cristo! (Dr. Hernández Benitez)

Si aún tengo tiempo, me gustaría leerles la oración que escribieron los  vecinos de Las Remudas (Parada en la Avenida del Cabildo), cuando el Santo Cristo regresa a Telde el 29 de junio del Año 2000.

Santo Cristo de Telde
la gente de nuestro barrio de Las Remudas,
te sigue acompañando en tu recorrido,
en ti hemos visto y seguimos viendo el sufrimiento y el dolor,
te acompañamos porque tú nos comprendes, nos entiendes,
tu cargas con nuestros dolores
tu cargas con nuestros sufrimientos
tu sabes mucho de nosotros y
eso lo vemos marcado en tu rostro y en tu cuerpo,
sabes de nuestros problemas con el paro,
sabes de la soledad de muchos ancianos y enfermos,
sabes de nuestras familias rotas,
sabes del sufrimiento callado de tantas madres,
de tantas mujeres maltratadas por el abandono,
sabes del dolor que la droga produce en nuestras familias,
sabes el sufrimiento de tantos jóvenes
que luchan por salir de su círculo infernal
que les atrapa por encima de su voluntad,
y tu sabes que muchos de ellos son los mejores,
y no sabemos que les ha pasado.

Sabes de nuestro deseo de tener un barrio unido,
solidario, protagonista de su futuro.

Santo Cristo de Telde,
Las Remudas, nuestra gente te mira con esperanza
queremos limpiar tus heridas,
queremos, como la Verónica, limpiar tu rostro,
queremos como el Cireneo,
ayudarte a cargar con el dolor y el sufrimiento,
queremos ser un signo de Esperanza
y llenar de alegría los hogares de nuestro barrio.

Santo Cristo de Telde
este barrio de Las Remudas somos buena gente,
tu lo sabes,
somos gente sencilla,
que ganamos el pan con nuestro trabajo a veces difícil de mantener,
pero somos buena gente,
y seguro que tu paso cerca de nosotros nos seguirá ayudando para que
aquí siga habiendo esperanza,
aquí siga habiendo ganas de luchar
aquí en las Remudas siga creciendo la solidaridad.

Santo Cristo de Telde sabes
que aquí, en las Remudas, tienes tu casa.

Y ellos saben de solidaridad. Me agradó enormemente el gesto del Rocasa (de las Remudas) en este año. La plantilla entera se acerca antes del inicio de la temporada al Cristo de Telde, y le hace una ofrenda de alimentos para los que más lo necesitan de nuestra ciudad. ¡Si es que soy el fan número 1 del Rocasa! De todos modos, lo he sido antes del gesto. En mí tienen a su primer admirador. Bien es cierto que otros equipos representativos, entre ellos la Ud. Telde,  también hacen su ofrenda al Stmo. Cristo.

Hace unos instantes les recordaba la visita del Santo Cristo a Las Palmas en el año 2000.  En Roma se vivió con una intensidad muy grande el Jubileo del año 2000. Ese mismo sentimiento lo volveremos a tener a partir del día 8 de diciembre. El Papa Francisco convocó hace unos meses –por sorpresa- el inicio del Año Santo de la Misericordia. Cuando el Papa lo anunció los fieles presentes lo agradecieron con un gran aplauso. El próximo 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada y 50 Aniversario de la Clausura del Concilio Vaticano II, el Papa abrirá la Puerta Santa para dar inicio al Año Santo de la Misericordia. El anuncio oficial del Jubileo tendrá lugar frente a la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro –cerrada desde la clausura del Año Santo del 2000- . El tema de la misericordia es un tema muy sentido por el Papa, quien ya como obispo eligió como lema miserando atque eligendo (“lo miró con misericordia y lo eligió”). De hecho en el primer ángelus después de su elección afirmó que: al escuchar misericordia, esta palabra cambia todo. Es lo mejor que podemos escuchar: cambia el mundo. Un poco de misericordia hace al mundo menos frío y más justo. Necesitamos comprender bien esta misericordia de Dios, este Padre misericordioso que tiene tanta paciencia(Ángelus del 17 de marzo de 2013). Además en su Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, el término “misericordia” aparece 29 veces.
Ayer jueves, sin ir más lejos, el Papa Francisco en su Misa Matutina en la Capilla de Santa Marta advirtió sobre aquellos que no tienen misericordia con los demás y animó a tener sentimientos de ternura, de bondad, de humildad, de mansedumbre, de magnanimidad porque ese es el estilo cristiano. Desde la misericordia podemos entender todos los gestos y símbolos del Papa Francisco.

Y a nuestro Cristo de Telde también se le ha cantado. Me gustaría destacar el Himno al Santo Cristo de Telde, y la Canción al Santo Cristo de Telde, ambas piezas  con letras del párroco don Francisco González y música de D. Victor Ureña Revuelta.  Y  Eres Nuestro Señor con letra y música de Emilio Vicente Mateu, uno de los máximos exponentes de la música litúrgica de nuestro país.

Famosa es la sobria y austera folía de Néstor Álamo Bendito Cristo de Telde. Por cierto, cuenta Mary Sánchez que el momento más emotivo de su debut como cantante en el Pérez Galdós de la mano del gran Néstor Álamo. Era en 1953 y tendría 15 0 16 años. En un momento de la actuación, en una bandeja le llevaron una mantilla canaria. Ella se la puso (sin saber cómo se ponía) y comenzó a cantar Bendito Cristo de Telde, amparo del navegante. El teatro se puso en pie y ella salió llorando de emoción de nuestro Pérez Galdós. ¿Pudo haber tenido mejor debut la gran Mari Sánchez?

En esta noche he cantado a Telde, y he cantado al Cristo. No puedo hablar del Cristo sin hablar de Telde. No puedo. En la historia de todos los teldenses ambos aspectos van indisolublemente unidos. Nuestro Cristo tiene muchos nombres. Pero hay dos que me emocionan cada vez que los oigo. Como lo llama la gente mayor Bendito Cristo de Telde, o el que más utilizamos Santo Cristo de Telde.

Con estas palabras cumplo con mi deber de anunciar las Fiestas del Santo Cristo de Telde.
José Carmelo Pulido Morales

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