Vidas para el arte |
Imagen del acto homenaje a Isabel Macario y Saulo Torón (Foto Jesús Ruiz Mesa)
JESÚS RUIZ MESA
El viernes 17 de abril en la sede del Círculo Cultural de Telde del Molino del Conde, se dedicó un homenaje a las personalidades del poeta teldense Saulo Torón y su esposa la soprano Isabel Macario, que con el título de Vidas para el arte, se recordó en un emotivo acto cultural sus personalidades con la extraordinaria oportunidad de contar con María Isabel Torón Macario, hija de don Saulo y doña Isabel, que en su intervención relató sus recuerdos, vivencias, experiencias y anécdotas de su infancia, juventud, estancias en Telde y, desde la capital su inolvidable tiempo de existencia con sus padres.
El acto organizado por dos estimados y muy queridos colaboradores del ámbito cultural en Telde, el escritor y poeta Julio Pérez Tejera, y el colaborador gráfico Ildefonso Rodríguez Ramírez, que elaboraron el programa homenaje en el que la poesía, el canto y el relato de la vida de don Saulo y doña Isabel dejaron y tocaron la fibra emotiva del público asistente por la trayectoria de sus testimonios artísticos de gran importancia para la cultura que nos legaron en aquellos años y, sin duda, su influencia en la de nuestro tiempo, el engrandecimiento de la literatura, la música y todo lo que hoy podemos disfrutar, aprender y recordar, un legado cultural para Canarias de las que eternamente nos debemos sentir agradecidos y orgullosos.
La presidenta del Círculo Cultural de Telde, Lucana Falcón León, expresa: “En nombre del Círculo Cultural les doy la bienvenida a este acto titulado Isabel Macario y Saulo Torón, vidas para el arte que pretende ser un homenaje, un recuerdo a dos artistas que han destacado en la música y en la poesía, además de ser grandes difusores de la cultura en Canarias. El Círculo se siente orgulloso e colaborar con Julio Pérez Tejera, organizador de este evento. Y, al mismo tiempo felicitarlo por la labor de poeta que difunde la voz de otros poetas. Gracias, Julio. Gracias también por haber escogido esta emblemática sede, El Molino del Conde para traernos, para acercarnos un poco más la memoria de nuestra cultura. El escenario esta noche se convierte en una especial atmósfera que se carga de un ambiente entrañable. Las vidas de Isabel y Saulo están vinculadas a Telde. Ambos proceden de Telde; y al municipio volvían en los periodos vacacionales, primero a una casa junto a la playa de Melenara, y más tarde, a la finca del “Convento”, en el barrio de San Francisco, donde también disponían de una hermosa casa para residir. Su legado cultural por tanto está aquí, en Telde.
Doña Isabel Macario desde muy joven debutó como cantante, una de las voces más importantes que ha tenido Canarias. Soprano dramática con excelentes facultades: potencia, expresividad, emotividad, belleza. Llegando a hacer numerosas interpretaciones en los círculos culturales de las islas. Pero rehusó a la carrera profesional para convertirse en profesora de canto y reunir a lo mejor de la intelectualidad del momento en su casa, organizando veladas artísticas y culturales. Así, doña Isabel pasó a ser una excelente pedagoga. En palabras de Gaspar Sanz (Diario de Las Palmas, 1979):
“La academia de doña Isabel Macario brilló siempre por la perfección de la enseñanza que en ella se impartía, por la dedicación paciente y minuciosa de la maestra a cada uno de los discípulos que admitía, y por haberse constituido en foco de irradiación de cultura en un nivel que, centrado en la música, rebasaba lo estrictamente musical. Pedagogía, pues, de canto, de nobles valores espirituales, de inquietudes culturales en el más amplio sentido. Pedagogía de vida, pues el modelo absolutamente admirable del matrimonio Torón-Macario trascendía de las notas y de los versos”.
El periodista Amado Moreno comenta: “En la academia de Isabel Macario, mientras se dejaban sentir las vocalizaciones de algún tenor barítono, algunos jóvenes poetas y escritores se sentaban en torno a Saulo Torón para oír a éste rememorar viejos tiempos de la ciudad y sus amigos, haciendo especial hincapié en Tomás Morales, su maestro. También ponían especial énfasis al hablar de Alonso Quesada”.
Por su parte Saulo Torón se nos presenta como uno de los poetas más relevantes de la literatura canaria del siglo XX. Poeta humilde, intimista. Hablar de Saulo es hablar del mar, de los sentimientos. En las “Obras Completas” de Saulo Torón hay varias y diversas referencias a Isabel Macario, su esposa. Así, en “Frente al muro”. Resurrección y otros poemas”, entre las composiciones de amor y ternura esta la dedicada “A Isabel”: Viniste a mí como la aurora al mundo,/ trémula de promesas y esperanzas;/ mi corazón dormido despertó a tu inquietud/ y el día del amor brilló en mi alma./ ¡Y así te quiero, madre!/ ¡Y así te quiero, santa!/.
En el mismo libro, el poema “Hogar”, dedicado al arquitecto don Miguel Martín Fernández de la Torre: “Este hogar en que vivo, pienso y sueño,/ por tus manos, Miguel, edificado,/ es e refugio cándido y pequeño/ que tengo a mis amores consagrado./ En él gusto las mieles de un risueño/ vivir, de los míos rodeado/ disfrutando los goces del ensueño/ que dan aliento al corazón cansado./ En él la compañera de mi vida/-la santa entre las santas elegida/ derrama el don de sus cuidados fijos…./ Y no hay más fin para mi dicha cierta/ que a la amistad jamás cerrar mi puerta/ y su cobijo conservar mis hijos./
Lucana Falcón finaliza su intervención exponiendo la secuencia del programa homenaje y agradeciendo la asistencia y colaboración de personas, socios y empresas que hacen posible desarrollar la actividad cultural: socios, empresas Romelpe, Tegrarte, Buonapizza, Centro óptico, Teldeactualidad, Grisaleña, S.L.
Julio Pérez Tejera expone una breve semblanza de Saulo Torón, y el agradecimiento a la presidenta del Círculo y a María Isabel Torón por haber querido contar con él para la realización del homenaje. Así como a todos los colaboradores que desde su aporte personal hacen realidad el recuerdo a los dos canarios ilustres, don Saulo y doña Isabel. Menciona a Lucana Falcón, Juan Santos, Victoriano Santana, Jesús Ruiz, Guadalupe Santana, Marjorie Pérez, Ildefonso Rodríguez y Ricardo Hernández.
Saulo Torón Navarro nace en Telde el 24 de junio de 1885 y en torno a 1896, después de que hubieran fallecido, su madre y tres de sus hermanos, la familia se traslada a Las Palmas de Gran Canaria, concretamente al barrio de El Puerto de La Luz. Su hermano Julián, que también escribía, fue quien lo inicio en la Literatura. Un año antes que Saulo, había nacido en Moya Tomás Morales y, un año después, nació Alonso Quesada en Las Palmas de Gran Canaria. Con ambos mantuvo una ferviente amistad hasta el fallecimiento de Tomás Morales en 1921 y de Alonso en 1925. Los tres, con las lógicas diferencias, dado que cada cual posee su propia voz, constituyen el núcleo fundamental de la poesía modernista de Canarias. Dejando aparte su poesía satírica, el teatro y sus crónicas, Saulo Torón publica cinco libros de poemas a lo largo de su vida, aunque la profesora Yolanda Arencibia, en su trabajo, Saulo Torón: de la mirada a la palabra, nos dice que Saulo “escribe un poemario amplio y único, estructurado en cinco tiempos, cinco momentos sucesivos”.
Tal vez, aquí sea de aplicación aquello, que decía Cortázar y que nos recordaba no hace mucho tiempo nuestro amigo Fernando Ojeda de que “todo novelista escribe una única novela a lo largo de su vida”. Así llegaron: Las monedas de cobre (1919) con prólogo de Pedro Salinas. El caracol encantado (1926) con prólogo de Antonio Machado. Canciones de la orilla (1932) con prólogo de Enrique Diez-Canedo. Frente al muro (1963) a impulsos de Lázaro Santana. Resurrección y otros poemas (1970).
Según el profesor Yeray Rodríguez, El caracol encantado es el libro de Saulo, porque, en él, el poeta se define. El poeta elige el mar para entender su vida. Sabe de <
Hoy que hablamos de Saulo Torón y de Isabel Macario, y dado que nada nos lo impide, queremos ver en estos versos a la que habría de ser su compañera en el camino de la vida, imaginada, soñada, recordada: ¡Llegaste al fin, mi presentida!.../ ¡Con qué vehemencia te esperaba/ Toma las llaves de mi amor/ y abre las puertas de mi alma./ ¡Abre, y adéntrate en su fondo,/ que es toda tuya esta morada;/ que para ti fue construida/ toda de blanco, inmaculada!/
Saulo fallece el 23 de enero de 1974 en Las Palmas de Gran Canaria y el 1 de febrero del mismo año, el Ayuntamiento de su ciudad natal, Telde, le rinde el primer homenaje póstumo. En él intervienen Alfonso de ARMAS Ayala (que abre el acto), y leen poemas: Pedro Lezcano (de El caracol encantado), José Quintana (de Frente al Muro), Eugenio Padorno (de Las moneda de cobre) y un tal Julio. Presenta el acto el que, en la prensa del momento, aparece como Manuel Mayo, fallecido en noviembre pasado, y al que quiero hacerle justicia frente a aquel despiste de la prensa: su nombre completo era Manuel Mayor Alonso, a la sazón, profesor de Lengua y Literatura del Instituto Laboral de Telde. Luego, habría de jubilarse como Catedrático de Lengua y Literatura en el Tomás Morales de Las Palmas de Gran Canaria. ¡Qué coincidencia que el nombre del Instituto fuera el de uno de los tres! El tal Julio que aparecía en la prensa, era el que les habla y que leyó poemas de Canciones de la orilla en sustitución de Justo Jorge Padrón”.
A continuación se proyecta el audiovisual “Isabel Macario, soprano”, realización de Ildefonso Rodríguez Ramírez en el que imágenes, música y voz la figura y personalidad de la soprano, doña Isabel Macario Brito, se hace presente en cada una de las secuencias y transiciones magníficamente trabajadas en las que fotografía, voz y relato nos acercan el contexto y tiempo en que la soprano y el poeta desarrollaron actividad creativa artística. El texto del guión extraído de la obra “Isabel Macario Brito. Soprano” de Vicente González Rosales, y ante la inexistencia de grabaciones de la voz de Isabel Macario, se recurre a la de nuestro máximo representante lírico Alfredo Kraus, por la amistad que lo unió a la familia Torón Macario.
Interviene María Isabel Torón Macario profesora de canto que siguió los pasos de su madre, destacando: “El agradecimiento a todos los colaboradores, Julio, Ildefonso, Lucana, Juan que han hecho posible en el reconocimiento a mi familia, en las palabras de elogio hacia mis padres. Se unen muchos sentimientos porque hay muchos amigos presentes aquí hay hijos de amigos de mis padres, como Francisco Artiles. Mi padre y Tomás Morales grandes amigos. Gaspar Sanz es el seudónimo de Agustín Quevedo alumno de mi madre, persona entrañable, crítico de música, pintura. Esta tarde su hermana está aquí de la saga de los Quevedo muy relacionados todos con mi familia. Cuando vengo a Telde con un gran cariño porque aquí vivimos una época muy feliz con mi familia, hoy entre nosotros, Agustín Castro hijo de mi prima Carmen, el hombre bueno que me protege en Telde. Por la parte de Brito, una hija de una prima de mi madre, que nos hemos encontrado, la familia Morales a la cual pertenece Julio, cuyo padre hombre de confianza nuestra. Una serie de personas que me traen muchísimos recuerdos.
Para mi padre Telde era nuestro veraneo, aunque él nunca tuvo vacaciones desde que se casó en 1936, hasta creo que el año 1951, y las primeras vacaciones fue cuando mi padre vino a Telde a reencontrarse con su tierra, con su ciudad. La tierra que le vio nacer hasta que marchó a Las Palmas a los diez años, emigraron a Las Palmas con mi abuelo. Fuimos muy felices en nuestras estancias en Telde, situaciones muy entrañables que no se pueden olvidar y me siento orgullosa de descender de familia de Telde. Mi abuelo, Macario, fue el primer exportador de frutos de Telde que exportó fruto a Londres, amigo de Mr. Blisse. Mi abuelo se fue a Las Palmas con siete de los hijos nacidos en Telde y dos nacieron en Las Palmas. Los hijos mayores emigraron a Buenos Aires. Yo creo que mi padre era poeta y le han hecho estudios como el realizado por Yeray Rodríguez y de mi madre, una extraordinaria artista, por esas cosas de la vida nunca dejó nada grabado.
Puedo decir ahora sin alharacas que no he oído unas facultades como las de mi madre, potencia de voz, belleza natural en su voz, aunque no quiso dejar su registro para disfrutarla. Telde era siempre nuevo para nosotros, asistencias a los cines, paseos en la Plaza de San Juan, con los amigos de mi padre, una serie de personas teldenses conocidas, la entrañable fiesta del barrio de San Francisco, donde mi madre cantó en alguna novena. El homenaje que le dedicaron a mi padre en el Colegio Labor, estuvo Alfonso Armas. Aquí se gestaron cosas, y como única intervención pública mi padre asistió a la inauguración del busto del poeta Alonso Quesada, con Felo Monzón, Pedro Lezcano, Plácido Fleitas, Manolo Morales, el hijo de Tomás Morales, que convencieron a mi padre para intervenir en aquel acto. El que más hincapié hizo fue Manolo, hijo de Tomás Morales cuya esposa, Amparo González, esta noche nos honra con su presencia. Se gestó y en noviembre, mi padre compuso el poema Ante el bronce de Alonso Quesada, que se gestó en la finca del Convento en San Francisco de Telde. Las alumnas de mi madre vinieron a cantar al Instituto Arencibia Gil, en el homenaje a Fernando González mi padre estuvo presente.
Telde fue para nosotros un referente de todo, de descanso para mi padre, se jubiló con73 años después de trabajar duro y constante en el Puerto de La Luz. No puedo olvidar Telde, las visitas a nuestra familia, los baños en la playa de Melenara, los encuentros con las sobrinas, de las hermanas de Montiano, fueron para mí una visión familiar de aquellos años que hoy recuerdo con mucho cariño, que para mí era siempre todo muy nuevo. El Valle de los Nueve, los paseos de mi padre a La Herradura, a la Máquina de azúcar, recordaba cosas de su niñez, cuando aún en Telde no había ni luz eléctrica todo está muy unido a nuestra propia historia. Cosas que se recuerdan con una grandísima emoción. Más tarde con alumnas mías de Telde, es como tener siempre a Telde un poco en nuestra casa.
En aquel hogar nuestro dedicado al arte, había poesía, literatura, canto, grandes figuras que pasaron por Las Palmas, para mí fue una especie de Ateneo en casa donde se respiraba, un aire diferente, donde la cultura era lo normal. Me interesaba por todo pero siempre lo que nos unió siempre a Telde fue el cariño que siempre encontramos en las personas y no tengo palabras para agradecer a Julio el trabajo realizado, a toda la familia y colaboradores que han dedicado su tiempo en el homenaje a mis padres. Muchas gracias y le eterna gratitud a todos por encontrarse aquí.”
Se da lectura a poemas de Saulo Torón en las voces de las colaboradoras en numerosas tertulias y encuentros literarios, escritora, poetisa teldense, Guadalupe Santana que recita: Son tres hermanas, de Las Monedas de cobre. Marjorie Pérez, recita, Preludio, de El caracol encantado. Julio Pérez, recita Ante el Bronce de Alonso Quesada, de Frente al Muro, Resurrección y otros poemas (Nuevas ofrendas devotas).
Como sorpresa, gratísima sorpresa, por cierto, en las intervenciones musicales, alumnas de canto de María Isabel Torón Macario, Lucana Santos Falcón interpreta la composición Vedrai Carino, de Don Giovanni, de Mozart. Tirana del caramba, español, anónimo. Araceli Bosa Hernández, interpreta, En un país de fábula, de La tabernera del Puerto, de Pablo Sorozábal. La Canción del ruiseñor, de Doña Francisquita, de Amadeo Vives. Dos excelentes voces que fueron acompañadas en las composiciones músico vocales por el pianista teldense Iván Felipe Brito Medina.
El homenaje culmina con la entrega de un ramo de flores a María Isabel Torón Macario y el reportaje gráfico de las fotos de familia para recuerdo de un evento, de un encuentro con las siempre recordadas figuras y personalidades de don Saulo Torón Navarro y doña Isabel Macario Brito, poeta y soprano, donde el verso y partitura se hicieron eco de sus vidas de las que hemos participado, nos hemos acercado en este emotivo homenaje para ejemplo de las generaciones que, desde el ámbito cultural canario, de una época en la que destacaron figuras importantísimas para el desarrollo cultural de nuestro pueblo y que hoy se les ha hecho un merecidísimo reconocimiento desde el Círculo Cultural de Telde. Saulo Torón, Isabel Macario, poeta, soprano, eternamente en nuestra memoria. Muchas gracias.
Poema Ante el bronce de Alonso Quesada (Rafael Romero Quesada)
Rafael, nuevamente/ volvemos a encontrarnos:/ tú, rejuvenecido por el bronce,/ yo, medio carcomido por los años;/ pero los dos unidos,/ siempre, en el mismo espiritual abrazo./ De tu vida terrena/ ya todos conocemos el catálogo:/ Orfandad pobre, juventud inquieta,/ proyectos, desengaños;/ ordenación de números/ ante el Mayor y el Diario/ para ganar el pan, <<¡el eterno pan nuestro,/de tan eterno, amargo!>>/ Un ansia irrefrenable de horizontes,/ un intelecto extraordinario/forjando ensueños o contando estrellas/ en noches de delirio visionario./ Un alma en pasión viva/ encendida en un páramo/de gentes distraídas o mediocres.../ Románticos decires, versos, lauros.../ Y luego, el hogar puro,/ el nuevo hogar preciado/ que abrió el Amor, rendido/ a la belleza de unos ojos claros,/ consuelo de tu espíritu,/ remanso de tu cuerpo fatigado/ bajo el amparo de unos rizos rubios/ y la dulzura de un filial contacto./ Y al fin, la huida, ¡tu fatal huida!,/el doloroso tránsito/ de tu vida, truncada y desgarrada/ Todo esto, Rafael, ya lo sabemos/ -Y acaso no esté mal el recordarlo,/ que la historia conviene repetirla/ para que no se pierda en el pasado-/.
Mas lo que yo ahora quiero/ tiene un valor más alto:/ Quiero que me reveles el secreto/ de ese mundo ignorado/ de paz perpetua e inenarrables goces;/ ese mundo soñado/ donde las almas fraternizan libres/ en una alegra comunión de hermanos./ Háblame, Rafael, que hable tu bronce,/ que el bronce es elocuencia en muchos casos./ Dime que es verdadero/ todo lo que sentimos y anhelamos;/que hay una dicha cierta/ tras de este afán y este bregar de espanto./ Que hemos de venos juntos/ otra vez, como antaño,/ los que en la vida fuimos compañeros,/ los que en el Arte fueron soberanos:/ Néstor magnífico y Tomás egregio,/ cantores máximos del mar Atlántico./-De este mar que meció también la cuna/ del Abuelo inmortal que tanto amamos-./Dime si has vuelto a ver/ a los que en el desierto nos guiaron:/ Los fraternos Doctores -siempre unidos-/ con su Compañerito de la mano;/ el viejo vate de arrogancia austera,/ palabra sobria y pensamiento claro,/ y tantos otros, deudos y maestros,/ que sus nobles doctrinas nos legaron./ Dime, además si has visto,/ como en campos de Soria, deambulando/ por el Celeste Huerto el gran Antonio/ con su Leonor del brazo./ Y al ínclito Darío/ Y a don Miguel, el sabio/ Rector de Salamanca la Doctora,/ con su tesón de vasco/ gritando su criterio a todas horas,/ siempre con sus ficciones dialogando./ Y si todo es mentira,/ si nada es cierto de lo que pensamos/ y el <
Jesús Ruiz Mesa es colaborador cultural de TELDEACTUALIDAD.
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miércoles, 22 de abril de 2015
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