viernes, 20 de marzo de 2015

Carnaval de Telde: más momias y sombras que luces y faraones


MARÍA FERNANDA URTASUN
Carnaval de Telde: más momias y sombras que luces y faraones
Una vez finalizado el Carnaval de Telde 2015, ambientado en el Antiguo Egipto, es hora de hacer balance del éxito o no de estas esperadas fiestas. Así que les invito a valorar si los teldenses han disfrutado del esplendor de la época faraónica o si, por el contrario, las sombras han atenuado las luces carnestolendas
.

Si bien este año parecía que nuestro carnaval deslumbraría en un intento por parte de la Corporación del M.I. Ayuntamiento de Telde de cazar votantes indecisos y de seguir engañando a aquellos que confían en ellos, esta celebración ha sido eclipsada por lo acontecido en sus diferentes actos.

Con la colaboración de Antonia San Juan y Roberto Herrera, además de múltiples cantantes en el combinado de la gala de la Reina y Drag, se pretendía crear un espectáculo que jamás existió. La poca empatía de los presentadores y cantantes en el desarrollo de la gala fue tan evidente a través de la televisión, que daba pena. El bombo y platillo resonó gracias a los participantes que, por suerte, sí que fueron los auténticos protagonistas de la pirámide sanjuanera.

El viernes 13 de marzo se desarrolló la llamada ¿Carrera de Tacones?, culpable del cierre de la principal vía de acceso a la ciudad y que provocó numerosos atascos, así como los inconvenientes que les ocasionaron a los vecinos, quienes tuvieron que hacer múltiples maniobras de rodeo para poder acceder a sus viviendas.

Al día siguiente, 14 de marzo, llegó el auge carnavalero teldense con la cabalgata, viéndose la verdadera mediocridad y falta de organización de estas fiestas. Desde que se conoció el recorrido, mayor con respecto a anteriores ediciones, volvió a aparecer la falta de eficacia e ineptitud por parte de los ediles responsables de estos actos. Por no hablar de la falta de sentido común.

Todo eran luces para Egipto y parecía que la noche prometía, pero tristemente no fue así. Fui testigo de cómo en una de las calles principales de la ciudad, chicos de no más de 16 años daban patadas a espejos retrovisores, tiraban botellas de cristal a los portales, orinaban encima de los coches, etcétera.

No voy a entrar a debatir la irresponsabilidad de estos actos, pero sí la falta de previsión de la Policía Local y Nacional antes estas situaciones, que dejó mucho que desear, pues desde donde se acababa el recorrido de la cabalgata hasta el lugar de celebración del mogollón no hubo suficiente presencia policial.

Al día siguiente, la ciudad daba asco y pena. Como suele ser habitual en varias fiestas de diferentes municipios, los correspondientes responsables de la limpieza retiran los vidrios de aceras y asfalto, aunque sea mínimamente, pero no fue este el caso.

¿Por qué el Parque Urbano de San Juan para la celebración de mogollones?
Mentiría si dijera que no me alegro de la celebración de actos en el Auditorio José Vélez, pues al fin le han sabido sacar partido? Otra cosa es que la celebración de los mogollones en las canchas deportivas de un parque urbano como es el de San Juan y con el equipamiento y objeto que tiene sea el sitio más adecuado para ello.

Por una parte el parque puede ser un lugar recogido en donde controlar mejor la afluencia de público, sin embargo, el mogollón carnavalero requiere de otros requisitos que se han de tener en cuenta para evitar que sucedan males mayores, desde rotura y destrozo de mobiliario urbano, a peleas entre jóvenes o asistencia sanitaria, por ejemplo. Probablemente, y por desgracia, los mismos que dirán que el carnaval ha sido un éxito, se quejarán después por el aspecto que presente el parque.

De todos es conocido que existen multitud de explanadas en la ciudad alejadas de las zonas residenciales, con menos mobiliario urbano en riesgo de ser dañado y de zonas protegidas donde poder celebrarlos, donde igualmente el control de participantes es posible.

Habrá opiniones para todos los gustos: los oportunistas que intentan sacar votos de debajo de las piedras y a último momento de forma tan descarada dirán que ha sido todo un éxito y otros, los más realistas y que defienden una mejor gestión de nuestras fiestas, dirán que este Egipto trasladado a Telde en 2015, ha tenido más sombras y momias que luces y faraones.

María Fernanda Urtasun Martín es vecina de Telde y estudia Ingeniería en Organización Industrial en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

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