Lomo Magullo guarda memoria a Manuel Herrera |
Un calle del núcleo de medianías lleva el nombre del que fuera policía local
Luis A. López Sosa
Manuel Herrera, en una imagen de archivo (Foto cedida por la familia)
El paseo en esta jornada festiva, aunque nuestra entrañable calima no deje de estar presente, lo hacemos por el barrio del Lomo de Magullo, donde vamos en busca de la calle Manuel Herrera Suárez y cuyo inicio lo encontramos en la calle la Virgen, desde donde parte con orientación Norte-Sur, para finalizar en un fondo de saco sin salida alguna, después de recorrer unos 100 metros, aproximadamente.
Esta nominación fue aprobada por el Ayuntamiento Pleno en sesión celebrada el día 24 de mayo de 2007, si bien, no fue asignada hasta unos meses después, al producirse controversia con los vecinos residentes en la misma, pero que la similitud de su anterior nominación “El Callejón”, se prestaba a confusión con otras nominaciones existentes en el municipio.
Las edificaciones ubicadas en esta vía se pueden acomodar a un variado catálogo de estilos arquitectónicos, dependiendo en gran medida de la fecha de edificación de las mismas. Son generalmente viviendas rurales antiguas que fueron reconstruidas o restauradas, siguiendo un estilo propio de la vivienda rural canaria.
Sinopsis de la nominación
Manuel Herrera Suárez, nace en la Ciudad de Telde, el día 8 de diciembre de 1919, en el seno de una humilde familia de agricultores formada por Manuel Herrera Martel y María Dolores Suárez Cruz, residentes y naturales del barrio de Lomo de Magullo.
Ingresó como funcionario de La Guardia Municipal (hoy Policía Local), el día 23 de agosto de 1947, empleo donde prestó sus servicios hasta la fecha de su fallecimiento, el cual se produce el 1 de febrero de 1975.
Inicialmente fue destinado como Guardia Municipal al sector de cumbre y medianías, cubriendo desde el Lomo de Magullo hasta Cazadores y desde allí, hasta el límite con el municipio vecino de Ingenio, servicio éste que realizaba en moto, en la cual pendían a ambos lados sendas carteras de cuero que portaban la documentación a notificar.
Manuel Herrera fue una persona muy apreciada por la ciudadanía, por su actitud dialogante y bondad manifiesta en cada una de sus actuaciones, ante cualquier problema era capaz de tratar de convencer al ciudadano con múltiples rogativas hasta lograr remediar el problema sin ejercer el principio de autoridad, forma de actuar ésta que chocaba frontalmente con la de otros policías de aquella época, que ejercían la autoridad de forma tajante e incluso rozando el abuso de autoridad.
Fue considerado, al igual que otros compañeros, como un referente ideal del funcionario al servicio de la ciudadanía, siendo muy apreciado y dejando tras su fallecimiento un grato y cariñoso recuerdo entre todos los que tuvimos la suerte de tratarle y apreciar su eterna sonrisa en el saludo, así como, su constante disposición.
Hoy tengo la enorme suerte de contar con la amistad de sus hijos, a los que he conocido desde siempre y a los que me une un respetuoso afecto, son gente de bien.
Toponimia-antroponimia del lugar
La toponimia-antroponimia “Lomo de Magullo”, data desde finales del siglo XV, cuando tras finalizar la conquista de la isla, por parte del Gobernador Pedro de Vera, se procede al reparto de tierras y aguas entre los Capitanes que acudieron con hombres e intendencia a su costa, la soldada y posteriormente entre los colonos venidos de fuera.
Telde era una comarca de gran interés por la calidad de sus tierras, sus aguas y el clima casi estacionario. Aunque el gran beneficiado en el reparto de las tierras en la Vega de Telde fue Alonso Rodríguez de Palencia o Palenzuela, también existieron datas importantes a favor de Hernán García del Castillo y su hijo Cristóbal. Otros afamados beneficiarios fueron Alonso de Sorita, Alonso de Matos, Juan Inglés o Francisco de Carrión, entre otros.
Al parecer los terrenos situados en este lomo fueron adjudicados a alguien que se apellidaba Magullo, y como sucediera con las toponimias y antroponimias, los lugares tomaban el nombre de la configuración del terreno y el apellido de su propietario.
Es una zona muy fértil donde casi acaba el sector cumbrero para dar origen al de medianías, donde el clima menos extremo y la presencia del agua, convierten el paisaje en un verdadero sueño de hermosura. La espléndida Vega Mayor de Telde se originaba aquí y llegaba hasta el mismo litoral marino. Es un sector donde abundan los nacientes de agua y donde la tonalidad clásica del paisaje es el verde monte.
Si bien el ciclo agrícola de la caña de azúcar ocupaba gran parte del territorio teldense preferentemente en la zona de medianías hasta la costa, se piensa que el mismo pudiera haber llegado hasta la zona del Valle de los Nueve, siendo estas partes altas de cumbre destinadas desde el principio al pastoreo. Las mismas circunstancias se darán con el ciclo de cultivo de la vid, al fracasar el de la caña de azúcar, que aunque se rochan nuevas tierras, todas ellas lo son en medianías donde el clima permite este cultivo con gran prosperidad.
Durante casi todo el siglo XVIII, las diversas plagas del cigarrón africano, la miseria y las epidemias de cólera morbo o el hambre canina, entre otras, hacen que a finales de esa centuria la población de disperse desde la zona del casco urbano hacia el exterior, promoviéndose nuevos asentamientos como El Tabaibal, Jinámar, Valle de Casares, Tara, Higuera Canaria o Los Arenales, entre otros, incluyéndose el de Lomo de Magullo. Estos asentamientos se consolidan por una población eminentemente agrícola-ganadera y antes de mediados del siglo XIX, ya se presentan como barrios o amplios caseríos con identidad propia.
Por la climatología en el lugar, los cultivos más usuales suelen ser el cultivo de la papa, el trigo, verduras y frutales variados, aparejados a los cuales se mantiene una exigua cabaña de ganado ovino, caprino, porcino o vacuno, definiéndose así la tipología de la familia del sector de extrarradio.
Efemérides
Un día tal como hoy, hace ahora mismo 2018 años, es decir el 25 de diciembre del año 4 antes de Cristo, se sitúa el nacimiento de Jesús de Nazaret, el Mesías Prometido. Por el otro lado, el año en que Jesús nació es ampliamente aceptado como válido en el año 4 A.C., debido a las conclusiones erróneas derivadas de la datación que Josefo diera a un eclipse que se supone tuvo lugar en Marzo 13 AC. “poco antes de la muerte de Herodes”. Hay varios problemas con esta aseveración además de que este eclipse con toda probabilidad tuvo lugar el 29 de Diciembre del año 1 antes de Cristo. Esto es un considerable lapso de tiempo transcurrido entre el nacimiento de Jesús y la muerte de Herodes, dado que la familia escapó a Egipto huyendo del edicto de Herodes y no regresó sino después de la muerte de éste.
La Navidad, (en latín: nativitas “nacimiento”), es una de las festividades más importantes del cristianismo, junto con la Pascua de Resurrección y Pentecostés. Esta solemnidad, que conmemora el nacimiento de Jesucristo en Belén, se celebra el 25 de diciembre en la Iglesia católica, en la Iglesia anglicana, en algunas comunidades protestantes y en la Iglesia ortodoxa rumana. En Occidente se empezó a conmemorar a mediados del siglo IV; se celebró por primera vez en Constantinopla en el año 379. Para el catolicismo la Navidad no solo es un día de fiesta, sino una temporada de fiestas, y de la misma forma que la Pascua, contiene un tiempo de preparación, llamado Adviento, que inicia cuatro domingos antes del 25 de diciembre de cada año. Es costumbre que se celebren varias misas en Navidad, con distinto contenido según su horario.
Hoy precisamente también se cumplen 172 años, menos un día, es decir el 24 de diciembre de 1842, son descubiertos los “rayos X”, por el médico alemán Guillermo Conrado Rontgen, permitiendo descubrir los órganos internos del cuerpo humano mediante impresión fotográfica, con lo cual se facilitaban enormemente los diagnósticos médicos y quirúrgicos. La radiografía era desconocida en Canarias hasta el año 1909, año en el que el facultativo canario Rafael García Pérez estableció su gabinete radiográfico en la planta baja del edificio situado en la calle Mayor de Triana, número 82 y que, posteriormente traslada a la calle Travieso, nº 12, aplicando tratamientos anticancerosos. Fue este facultativo el primero en llenar un vacío importante en la medicina en Canarias.
Con la radiografía se obtiene una imagen de la zona anatómica que se irradia y de los órganos internos de la misma. La radiación penetra por esa zona del cuerpo y se imprime en una placa fotográfica. Las placas se impresionan con más o menos intensidad ya que cada parte permite pasar diferentes cantidades de radiación. Podemos obtener una imagen de los órganos (corazón, riñones, pulmones, etc.) y tejidos (huesos, quistes, etc.). El radiólogo, que conoce la imagen que resulta en condiciones normales, puede estudiar la radiografía e identificar aquellas características anómalas que ayuden al diagnóstico (quistes, tumores, roturas de los huesos, etc.). La radiografía ha supuesto uno de los grandes avances de la ciencia desde mediados del siglo XIX.
No sé si será efecto de la tradición desde la niñez o tal vez se pueda atribuir a una burda costumbre, pero hoy en día aún sigue uno sintiendo en el interior del alma, una sensación especialmente familiar al llegar la Navidad. Prefiero quedarme con la primera consideración, con la tradición familiera, a fin de no entrar en otros razonamientos más profundos de ámbito teológico, moral o ético, que nos pueda servir de guía hacia una sociedad bien avenida, con calidad de vida y con esperanza en la cordialidad.
Porque, a pesar de las múltiples vivencias en el ámbito religioso, de los estudios teológicos realizados y de la pasotíl asimilación social del compromiso cristiano, no dejamos de sentir la necesidad de que exista esa esperanza, esa renovación de la promesa hecha por Dios, la venida del Niño Divino, la presencia de cierto Mesías Prometido, de un mensaje de paz, amor y prosperidad hecho realidad en las vivencias de cada día, no solamente en la Navidad o la Natividad.
La sociedad actual necesita imperiosamente el soplo de vida y amor que nos pueda infundir esa divina promesa, nos hemos ido deshumanizando cada día un poco más, se han perdido todos aquellos valores éticos y no se practican los valores morales, las virtudes espirituales de amor, humildad, caridad, fortaleza, honestidad, sinceridad, bondad o amistad.
Esa deshumanización, orquestada por ciertos grupos elitistas, no persiguen otro fin que el de crear la necesidad de la dependencia, de vivir subsidiariamente a costa de unos pocos que no se han dejado convencer, fomentando la división social, la pobreza de solemnidad, el hambre y carencia de los más mínimos servicios a los que puede tener derecho cualquier ser humano como criatura de Dios, sea cual sea su condición, el color de su piel o la raza a la que pertenezca.
La frialdad de la economía, la avaricia y el poder de las armas o del dinero, regulan las almas y el comportamiento de aquellos que ostentan el poder social, quienes aunque prediquen hacer todo lo contrario, lo único que les interesa es crear más distancia entre la fastuosa riqueza en la que viven frente al cada vez mayor número de individuos que se ahogan en la pobreza, creando así la dependencia de una sociedad que por muy moderna que se crea, nunca será libre de esas ataduras.
Hay personas que pasan por la vida siendo unos vivos ejemplos de la práctica de aquellas virtudes y bienaventuranzas, gente como el doctor Rafael García Pérez, al que al parecer le caracterizó una excelente bondad en el trato a quienes necesitaron sus servicios, incluso a aquellos que no podían pagarle los honorarios, a los que les contestaba, según he sabido, con un…”Bueno, todo sea por Dios” o también personas como nuestro nominado de hoy Manuel Herrera Suárez, de quien conservo un agradable y bello recuerdo por lo servicial y correcto que siempre fue.
Ahora contemplando este paisaje de Cazadores, agudizas el oído por ver si oyes el ruido de la moto, pero no lo consigues ver, solo puedes imaginártelo y seguir sintiendo esa gran consideración a tan bella persona.
Vayan desde estas líneas nuestros mejores deseos de paz, felicidad y amor hacia todos ustedes que ahora leen esto y fomenten, la esperanza en esa promesa como fuente de vida.
Nos echamos la gena a la espalda, guardando en ella todo lo positivo que hayamos podido tratar en esta crónica e iniciamos una caminata hacia el Naciente, nos vamos al barrio de Las Huesas, con el fin de visitar la calle Manuel Vázquez Montalbán, al objeto de saber algo más del lugar de ubicación de este vial y sobre la vida y obra de este escritor catalán, pero bueno… eso será en la próxima ocasión, si Dios quiere, allí nos vemos. Mientras tanto…cuídense.
Sansofé.
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viernes, 26 de diciembre de 2014
MI GRAN AMIGO MONOLITO HERRERA CUANTOS RECUERDOS
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