Víctor Montelongo, pregonero de las fiestas, apela al orgullo de vivir en este "privilegiado" valle e invita a participar de su riqueza y cuidar de sus niños y jóvenes
TELDEACTUALIDAD
Telde.- Las fiestas de la Caña Dulce y Concepción de Jinámar acaban de arrancar hace unos minutos con el pregón pronunciado por Víctor Montelongo. Biólogo, presidente del Museo Canario y gran conocedor del barrio de Jinámar y de sus gentes, ya que durante varios años desarrolló en él su actividad como docente, invitó en su discurso a participar de su riqueza y a cuidar a su mayor tesoro: los jóvenes y niños.
El mal tiempo había obligado a trasladar el acto, que comenzó con cerca de veinte minutos de retraso sobre el horario previsto, las 20.30 horas, desde la plaza pública al interior de la recoleta Iglesia de la Inmaculada Concepción de Jinámar. Un templo en el que se dieron cita medio centenar de personas, entre ellos los ediles Agustín Pérez, Fidel Ruiz, Carmen Hernández, Pedro Galván, Juan Martel, Mario Torres y Francisco Medina, además de la presidenta del Patronato de Fiestas, Marta Hernández, quien presentó Víctor Montelongo como un "canario de raza" y "caminante" de su tierra.
Rodeado de sus amigos ‘jinameros’, personas de cuya amistad dijo sentirse orgulloso y complacido, Víctor Montelongo anunció la llegada de los fastos patronales con unas palabras muy sentidas en las que repasó la historia y toponimia de este “privilegiado” valle, del que también puso en valor su riqueza.
“A caballo entre lo urbano y lo rural, es un lugar estratégico para comprender como se conforma una urbe contemporánea con sus infraestructuras residenciales, energéticas, hídricas, alimentarias, de suministros, de comunicaciones, comerciales… a la vez que presenta la posibilidad de aproximarse ‘in situ’ a lo más genuino de nuestra naturaleza y nuestra historia”, señaló Montelongo.
Una riqueza que describió como paisajística, biológica, arqueológica, geológico-vulcanológica e histórica-patrimonial, pero, sobre todo de carácter humano, por lo que reflejan sus habitantes.
Como buen especialista en la materia, el pregonero detalló las numerosas bondades naturales que se esconden tras las laderas de Jinámar y su campo de volcanes. Un paisaje en el que habita una flora y fauna de especies muy singulares que enumeró y, en algunos casos, endémicas, como la Lotus Junkelli, el Aloe Vera, o los cernícalos y búhos chicos.
El asalto de la Noria de Jinámar
En su parte final, Víctor Montelongo se refirió al triste episodio de vandalismo en la Noria de Jinámar que ha trascendido recientemente a los medios de comunicación. El asalto y destrozo del interior de este Bien de Interés Cultural que además es uno de los principales emblemas de la zona. En este sentido, instó a la sociedad y a las autoridades a trabajar sobre una mejor educación que a base de valores éticos evite sucesos similares en el futuro.
Además, apuntó como el reto más ilusionante de Jinámar el de darle una formación de calidad a sus niños y jóvenes, que son “su mayor capital”.
“Son la esperanza: de ellos es el futuro, pero sin olvidar que aquí tienen sus raíces; pertenecen a un barrio de gente trabajadora y luchadora, que ha sido capaz de superar grandes dificultades para conseguir un lugar donde vivir con dignidad; por ello deben sentirse orgullosos de ser jinameros y esforzarse por alcanzar metas que no estuvieron al alcance de sus padres y abuelos”, concluyó el pregonero entre la ovación de los presentes.
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