martes, 9 de septiembre de 2014

El furor de septiembre en la política de Telde


Miembros del grupo popular en el Ayuntamiento de Telde (Foto TA)
Se dice que con el mes de septiembre se inicia siempre un nuevo curso político. En Telde, también. Solo que en este municipio lo ha hecho con furor, dicho en el sentido de vehemencia. Con una oposición que ya tiene las armas levantadas contra un Gobierno que se muestra vacilante en sus decisiones y encara otro cabreo mayúsculo de los contribuyentes con la nueva subida del IBI.
 
Todo ello en un marco del que cabe reseñarse que la alcaldesa Mari Carmen Castellano ha perdido el respeto hasta de los suyos (PP) y tiene a su lado unos socios que intentan salvar los muebles como sea y llegar lo menos desgastado posible hasta los comicios de 2015, si es que la alianza se mantiene inalterable y no hay rupturas en los nueve meses que faltan para acabar el actual mandato, el más rocambolesco de la historia reciente de Telde.
 
La cohesión no es precisamente el fuerte del grupo municipal del PP. La primera regidora es sabedora y consciente de esta situación y lejos de oficiar de conciliadora, de servir de argamasa ante los frecuentes desencuentros, transmite la sensación de que se ha alineado con un sector, el duro, que se puede ver salpicado dentro, por la acción de algunos de sus integrantes, asesores incluidos, por cierto escándalo que no escapa ya al conocimiento de Castellano ni de miembros destacados de su partido en Telde. Han tenido delante de sus ojos pruebas que implican a personas de su entorno político en un feo y viciado totum revolutum con connivencia mediática y empresarial de firmas concesionarias que hacen temer otro caso en el que la Justicia puede meter el diente a poco que un grupo de la oposición o agentes sociales del municipio, también conocedores del hecho, lo pongan en manos de la Fiscalía, como así lo ha anunciado alguien que se sienta en el salón de Plenos enfrente de los ediles del Gobierno.
 
La tregua solicitada semanas atrás para parar el escándalo se agota y no hay muestra alguna por parte del Ejecutivo de atajar este asunto, que puede alcanzar tintes de preocupante para una mayoría que lo menos que necesita en estos momentos es precisamente que se aire un comportamiento supuestamente irregular de algunos de sus componentes.
 
Con el comienzo del nuevo curso político, especial por la proximidad de las elecciones, Nueva Canarias y Más por Telde se han puesto las pilas y los ataques al Gobierno y a su cabeza, la primera mandataria local, ya son una constancia casi diaria. Los nacionalistas de Carmen Hernández y el grupo que lidera Juan Francisco Artiles, sin olvidar a Guillermo Reyes como guerrero de Ciuca, no van a aflojar un ápice en su campaña de carcomer al máximo a una mayoría en la que el PP está más preocupado de sortear como sea sus desencuentros internos, un Centro Canario Nacionalista que ha pegado la oreja a la calle y atiende como puede y en función de los escasos recursos municipales a las demandas ciudadanas y una Coalición Canaria que juega a no desgastarse políticamente en peleas estériles. Su líder, Pablo Rodríguez, está enfrascado en sacar como sea el nuevo Plan General de Ordenación con el mayor consenso posible, su grato reto pero que no deja de ser una tarea para la que tendrá que buscar la varita mágica porque el rechazo de la oposición está más que cantado y el apoyo de PP y CCN está por ver.
 
Así las cosas, los próximos días, las semanas por venir y los meses inmediatos van a ser decisivos para que el PP intente recomponerse de sus problemas internos, la alcaldesa intervenga con valentía y firmeza en donde ella sabe que tiene que hacerlo para evitar males mayores y los socios del Gobierno se apunten a la reflexión y analicen con lupa que la imagen herida de la mayoría polítca y de la institución municipal no sólo produce daño al PP por mucho que las encuestas recientes que manejan algunos partidos sitúen al Partido Popular como el que soporta el mayor deterioro de cara a los próximos comicios.

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