jueves, 15 de mayo de 2014

La otra cara de los hijos de un VIP

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La otra cara de los hijos de un VIP

TA ofrece una reflexión del periodista teldense Gaumet Florido

Gaumet Florido (Foto TA)
GAUMET FLORIDO
Días atrás me leí un muy buen artículo del periodista Andrés Aberasturi en el que afeaba al líder de Izquierda Unida en España, Cayo Lara, que se preguntase en voz alta por qué los españoles tendrían que aceptar que el hijo del Rey fuese Jefe del Estado aunque saliese tonto.
 
Aberasturi, que se sintió ofendido porque tiene un hijo con autismo, le hizo ver que sus palabras le habían provocado el mismo desprecio que las que pronunció un concejal de IU en el Ayuntamiento de Badajoz, cuando al comentar el accidente de Froilán se lamentaba de que el nieto del Rey se hubiese pegado un tiro en un pie “con la cantidad de sitios que hay en el cuerpo para pegarse un tiro”. Como comprenderán, suscribo a pie juntillas las palabras de Aberasturi.
 
Todos los niños, sean hijos de quien sean, merecen el mismo respeto. Lo digo porque tras mi reflexión de la pasada semana, recibí varias llamadas que me hicieron sentir mal. Nunca quise poner el foco de la crítica en los hijos de los políticos, sino en los políticos que hacen diferentes a sus hijos respecto de los demás, a los políticos que piden trato VIP para sus hijos. Me llamaron para advertirme de que me faltó reflejar la otra cara del hijo de, que es la del desprecio, el maltrato o la humillación a la que son sometidos, a veces, por aquellos que buscan usarlos como instrumentos para dañar a sus padres.
 
Y es que, si pienso que ningún niño debe recibir mejor trato que otro por su procedencia o su condición social o económica, menos aún un trato peor. No hay derecho que haya niños que pidan a su madre que no le acompañe al acto de su orla por temor a presenciar cómo los padres de sus amigos la insultan o la abuchean, o que se les señale en una emisora de radio, diciendo quiénes son o dónde estudian. Ningún menor de edad ha de cargar con la cruz de sus padres, sean el rey, una ministra, una prostituta o un gigoló. Los niños, niños son.
 
Gaumet Florido Medina es periodista y redactor de Canarias7 en Telde.

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