."Somos afortunados de vivir aquí, en La Garita"
El joven actor Andoni Hernández enfoca el pregón del núcleo costero como si se tratara de un imaginario guión de cine
“Luces, cámara, acción…”. El joven teldense Andoni Hernández hizo honor esta noche a su condición de actor y enfocó el pregón de las fiestas de La Garita 2013 como si se tratara de un imaginario guión de cine, con el que quiso repasar su corta trayectoria vital en este barrio costero del municipio, donde nació en 1996. Hernández fue presentado por su padre, el consejero insular Antonio Hernández.
La alcaldesa de Telde, Mari Carmen Castellano, hizo entrega al pregonero de una placa conmemorativa del acto, al que asistió un gran número de vecinos de La Garita y venidos de otros puntos del municipio. La plaza presentaba un estupendo aspecto, en lo que a asistencia se refiere, para escuchar el pregón del protagonista de "Macktub".
TELDEENFIESTAS.COM AVANZA EN EL INTERIOR UNA AMPLIO REPORTAJE FOTOGRAFICO
Pregón de las fiestas de La Garita 2013, por Andoni Hernández
Señora alcaldesa del Ayuntamiento de Telde, señores consejeros del Cabildo de Gran Canaria, señores concejales, querida familia, amigos y vecinos, muy buenas noches. El poder compartir con todos ustedes, este pregón es un auténtico honor; Y créanme que esta afirmación que hago la siento en lo más profundo de mi corazón.
Cuando tuve la inmensa fortuna de protagonizar la película Macktub en el año 2011 se apoderó de mí una primera inquietud: conocer el significado de esa palabra. "Maktub"quiere decir "está escrito", que cada momento, cada parte de nuestra vida que sucede ya está predeterminado. Hay algo más dentro de esta palabra y su significado; alberga el sentido de cambiar nuestro propio destino, que cada acción que realizamos nos lleva aun determinado lugar y momento, que no necesariamente tiene que estar pre-escrito. Maktub indica que tarde o temprano hemos de llegar al lugar que buscamos tomemos el camino que tomemos.
Y al recibir la llamada de Julia Martel volví a repetir aquello de Macktub. Estaba escrito que tendría la fortuna de ser el pregonero de las fiestas de mi barrio, del lugar que me ha visto nacer, crecer, desarrollarme; en definitiva, madurar. Por lo tanto, quisiera agradecer públicamente a la junta directiva del Patronato La Sal y a su presidenta Julia Martel el haber pensando en mí para inaugurar las fiestas de este año 2013.
Como refleja mi DNI, nací un 13 de julio de 1996 en el municipio de Telde, aunque siempre me gusta especificar que este singular barrio. La Garita tiene su magia, tiene su encanto, tiene sus distintas percepciones según en la estación del año en la que nos encontremos. Este barrio invita a pasear, a recorrerlo, a estar en la calle, en la playa...yasí lo atestiguan mis padres al decirme que siempre fui un niño que, ya desde bebé, lo único que quería era salir.
De esta primera etapa sólo puedo contarles lo que me recuerdan mis padres, que, al escuchar el sonido de las llaves ya comenzaba a dar brincos de alegría desde mi carrito de paseo. Aquellos paseos se desarrollaban, sobre todo, por la espléndida avenida que recorre el litoral de La Garita.
En esa socialización con mi entorno y sus gentes está la de acudir a la Escuela Infantil “Pitufilandia”, donde ya empiezo a tener realmente un recuerdo en mi memoria. Con las educadoras Cobi y Marisa comenzaba la gran aventura de relacionarnos, aprender primeras nociones de plástica, de música y de psicomotricidad.
Realmente, muchos de mis amigos de esa época lo siguen siendo aún y los recuerdos son muy buenos. Recuerdo a Morela, a su madre Toñi, quien muchas veces nos recogía e íbamos a la playa para continuar nuestros juegos y disfrutar del intenso ambiente de la zona.
Las tardes las pasaba en los remos de la playa, donde se reunían numerosas familias con los niños, donde aprovechábamos para tomar la merienda y seguir jugando y haciendo ya pequeñas trastadas como la de meternos en la orilla del mar; en más de una ocasión,con ropa, por supuesto.
En la avenida de la playa fue donde aprendí a montar en bicicleta, primero en mi triciclo guiado por mis padres, hasta que ya conseguí controlarla con las dos ruedas. Se abría ante nosotros un nuevo entretenimiento, recorrer el barrio con nuestras bicis, de una a otra casa, de una calle a otra.
Con cuatro años mis padres decidieron que tuviera conocimientos complementarios en lengua inglesa; para ello eligieron el Language School of La Garita, más conocido como las clases de inglés del entrañable Terry. Primero en el paseo de la Playa a la altura de Los Melones y posteriormente en las nuevas instalaciones de La Estrella. El ambiente familiar al más puro estilo británico se entremezclaba con las buenas relaciones entre todos los niños, lo que hacía que los sábados fueran tremendamente especiales.
En este cortometraje que les intento guionizar aparece la figura de Sebastián Quintana,el inolvidable Chano “El Guapo”, conocido y apreciado por la totalidad de los vecinos de La Garita; entre otros motivos por la cantidad de vidas que salvó en nuestra costa gracias a sus excelentes dotes como nadador.
Mi amigo Josito y yo visitábamos mucho el lugar donde vivió, esa casita de piedra que él mismo decoró con los callaos que recogía de la costa. Despertaba de manera especial aquellos pequeños barcos elaborados conchas y caracolas que incrustaba en el muro. Chano pudo ser cualquier personaje de aquellas inolvidables películas de lobos de maro de piratas.
A casa de Chano nos acercábamos a escuchar historias de las vidas que había salvado y de cuando íbamos a pescar tiburones. Sí, como lo oyen, nuestro interés de acercarnos al mundo de la pesca era el de conseguir algún día alguno de esos escualos. Chano nos animaba, nos contaba que él había visto muchos tiburones en la zona. Por supuesto que nadie daba credibilidad a sus historias. Hoy, con la presencia de tiburones martillo en nuestras costas se demuestra que algo de razón tendría el bueno de Chano.
De las zonas de mayor atracción de nuestra costa quiero citar algunas como El Bufadero, en el cual sabíamos de antemano que estaba totalmente prohibido el baño, y no precisamente porque nos pudiéramos ahogar, sino porque la corriente “te chupaba” y te arrastraba a una cueva donde probablemente habría algún monstruo marino que otro,como el pulpo gigante que aparece en 20.000 Leguas de viaje submarino.
Estas dos piscinas naturales en las rocas, donde el agua entra por un lado y sale por otro,es un auténtico espectáculo que empieza cuando el agua entra en ese gran agujero creado por la naturaleza hasta que se vacía por el otro.
Y por supuesto, el sonido del rugir del mar cuando sale al exterior por pequeños orificios, lo que da el nombre a este espacio como si fuesen bufidos de algún animal. A los que hoy nos visitan les aconsejo que se den un paseo por esta zona, sobre todo cuando la marea, después de haber llegado a su límite más alto, empieza a bajar.
la etapa de la catequesis en esta parroquia fue inolvidable. No sólo porque conocimos a una maravillosa persona como lo fue Paco Bello, sino porque los viernes se convertían en nuestro primer día de juego en la plaza de la iglesia.
Para mí, el recuerdo de Paco Bello sigue estando muy vivo. Era un ser especial. Con él aprendimos a ver la religión desde un punto de vista bien distinto. La religión como elemento de servicio a los más necesitados. Esa era la verdadera catequesis.
Recuerdo la ocasión en la que Paco nos llevó a mi amigo Diego y a mí a la Radio Municipal, donde los viernes tenía un espacio junto al locutor Ezequiel López. Lo que más ilusión nos hacía era poder montar en la inconfundible furgoneta azul de Paco, un vehículo lleno de símbolos de canariedad. Paco era más que el cura del barrio, Paco era un amigo de la familia, venía a casa, nos reíamos, lo pasábamos muy bien con él.
Con él también compartíamos la misa de los sábados, nos peleábamos por hacer de monaguillos. Tanto fue así que, Cayita tuvo que comprar una nueva remesa de vestimentas de monaguillo para cada uno de nosotros.
Con él también conocimos al Hermano Pedro, el único santo que había dado Canarias. Paco Bello siempre estará en mi recuerdo, pero más importante que eso; lo llevo en mi corazón.
No quiero finalizar este repaso a este imaginario guión cinematográfico y a la vez autobiográfico sin hacer mención especial a las Fiestas de La Garita. De los actos que más esperábamos y seguimos esperando es la Romería, un encuentro popular ya muy conocido en casi toda la Isla. No sólo por la importante participación que tiene, sino por la especial convivencia y alegría que se vive en todo su recorrido hasta llegar a esta plaza en la que nos encontramos ahora.
Nosotros lo teníamos muy claro, agarrábamos un carro de la compra, lo llenábamos de refrescos y chucherías y lo pasábamos en grande. Este es un hecho que siempre recordamos cuando me encuentro con Julia, la cual estaba al tanto de todos nuestros pasos.
Realmente les digo, somos afortunados de vivir aquí. El spot aplicado a Canarias que indica aquello de “que suerte vivir aquí” se lo adjudico a La Garita. Esta playa es especial, es la playa del otoño, del invierno, de la primavera, pero por supuesto, la del verano.
Somos gente acogedora, recibimos a los que nos visitan durante todo el año para disfrutar del mar, de su ambiente...y sobre todo, para poner el colofón al periodo estival a través de unas fiestas diseñadas con todo el cariño del mundo por una comisión donde se da participación a todos los vecinos y donde cada año va creciendo más la variedad de actos y las ganas por participar de todos los que habitamos en el barrio.
Yo, por mi parte, me sumo a todos estos actos e invito a todos los gariteños, residentes y visitantes a que disfruten de la fiesta en armonía y en perfecta convivencia. Iniciamos,por lo tanto, aquí estas fiestas diciendo:
¡Viva el barrio de La Garita!
¡Vivan las fiestas del Sagrado Corazón de Jesús!
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