Cuando un pueblo me reclama
para que narre su historia,
yo me agarro a la memoria
de los que prenden mi llama.
Y entonces mi voz derrama
la remembranzas aquellas,
cuando sólo las estrellas
alumbraban los senderos
para los pasos primeros
que aquí dejaron sus huellas.
Teldeenfiestas publica una galería de Imágenes de Ildefonso Rodriguez en el interior
De aquellos que les palpita
el corazón con el viento…
Pues Tufia es un sentimiento
para todo el que lo habita.
Porque aquí el olvido grita
en la voz de los ancestros,
que fueron viejos maestros
para proteger la tierra
y en sus reliquias se encierra
todo el amor de los nuestros.
Era Tufia en los cincuenta
un rincón casi perdido
y de pocos conocido
hasta que fue cenicienta
de un edicto que sustenta,
que a los marinos de Gando,
se les fueran trasladando
siendo de allí desterrados
y a vivir aquí invitados,
por la ley de ordeno y mando.
Fueron cuatro los pioneros
que mi letra aquí reseña:
Manuel y Clemente Peña
y sus otros compañeros…
Andrés Guedes, el tercero
y con Francisco Negrín
se fue formando el fortín
que después pueblo sería,
cuando la gente vendría
a vivir a este confín.
Por entonces no existían
las leyes de ordenación.
No cabía la expropiación
y los pobres, no tenían
más aire que el que podían
respirar a cielo abierto…
Allí donde caerse muerto
juntaban unas piedritas
y construían su “chocita”
para su destino incierto.
Entre luces de carburo
y mechones pa’ la lumbre,
daban vida a la costumbre
de combatir el oscuro,
para caminar seguro
sobre las piedras de risco
y saltar sobre el marisco
al ir ca’ “Pepito el chocho”…
por aceitunas,
bizcocho,
sardinas y más de un pizco.
La usanza de aquellos años
era ayudar al amigo
en levantarse un abrigo
para los vientos huraños.
Y por nada y sin engaños;
sin querer sacar provecho,
venían todos derecho
a donde allí falta hiciera,
hacer muros y escalera
o tal vez echar un techo.
Así se fue conformando
la amistad de mucha gente.
-Nadar a contracorriente
la fuerza te va minando-
pero cuando ves remando
a tus hermanos de lucha,
el corazón ya no escucha
la voz del impedimento
y el valor busca el momento
en que sólo desembucha.
Allá en las tardes de asueto,
alrededor de una mesa,
quedaba la zanga presa
en las manos del aprieto
y no era ningún secreto
la compaña de aquel ron
que alegraba ese rincón
pa’ jugar José Farías,
Juan Pérez y faltaría
de Juan Roque, la mención.
Al igual que el pregonar
la bondad que se ha cernido,
de los que “a brazo partido”
supieron siempre auxiliar
y las penas mitigar,
de los menos compensados;
pero, que al ser golpeados,
por la vida, que es un rin,
encontraron a Delfín
para aliviar sus costados.
Y repasando el pasado,
también Juan Martín Ramírez,
nos mire de donde nos mire,
se sentirá afortunado,
por querido y recordado
y a los que hicieron su gesta
de la forma más modesta
sin que nadie se enterara…
Nuestra gratitud declara
este pregón de las fiestas.
Playa de Tufia, basalto,
acantilado y prodigio.
De nuestros Guanches, vestigio,
tu hermosura la resalto
y con mi verso yo exalto
los piropos que mereces,
porque a mí te me pareces
a ese trocito de cielo
que desde mi sueño anhelo
y mi ilusión la enriqueces.
Alma de pescadores.
Emoción de marineros.
Evocación de barqueros.
Refugio de buceadores.
Lienzo para los pintores.
Confesión de amor secreta.
Inspiración del poeta,
cantar de la maravilla…
Donde la luna que brilla
se retoca su silueta…
En este mar que musita
mientras yo les hablo a ustedes,
dicen que tiende las redes
una “Sirena Bendita”
a la que le irguió una ermita,
un señor, que aquí en la playa,
igual que hoy mima su talla,
ayer deshacía la piedra…
Por eso la arena negra
en la orilla se desmaya.
Antonio Suárez Talavera.
O “Pepito mala leche”…
Permítame que aproveche
para –a mi humilde manera-
agradecer la que fuera
su acogida a mi persona
y hablarme de la Patrona
con el fervor que la evoca.
Y es por eso que mi boca
su amor por Ella pregona.
Virgen de La Milagrosa.
Divina y Pura Señora,
este pueblo en el que mora
tu gente tan venturosa…
¡Presérvalo! Luminosa
Reina y Madre celestial;
Porque nada será igual
si les dejas con la magua.
Pon tus manos sobre el agua
y protégelos del mal.
Santo Cristo, complaciente.
¡Señor del pueblo de Tufia!
Ante ti soy la minucia
pero me postro ferviente,
porque estés en la rompiente
de la juventud que brota
y aunque la fe muera rota
en el suelo de sus vidas,
yo sé que siempre Tú, olvidas
nuestra estupidez ignota.
En cuanto a ti, Santa Rita…
Por el sanar de tu llaga,
yo te pido que se haga
lo que aquí se solicita
y porque estás en la ermita
recogida en tu silencio,
mi rezo no diferencio
a la hora de rogarte
y este pueblo se comparte
en la entrega que presencio.
Pero ya sabemos
todos
que la
Virgen se corona,
por ser la hermosa Patrona
de la playa y sus recodos.
Por tu nombre que es portento
haz que el amor recalcitre
igual que incrusta el salitre
su blancor entre la arena
y no dejes que la pena
en nuestro destino arbitre.
Virgen Morena y Bendita.
Adoración de mayores;
Por pregonar tus honores
mi corazón te recita.
En tu bondad infinita
y a los pies de tu cancela,
te confío la tutela
de este pueblo que es tu barca…
Eres remo que nos marca
eres rumbo y eres vela.
Eres hermosa pardela
merodeando nuestra charca,
contigo el alma se embarca
Adorada Centinela.
¡Viva La Virgen De
LA MILAGROSA !
Guadalupe
Santana Suárez ©
10
de Agosto de 2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario