Sobre las 20:00h. tuvo lugar el pregón de las fiestas en el barrio de Punto Fielato en honor al patrón Santo Domingo de Guzmán
La pregonera vecina del barrio Dolores Monrroy Negrín hizo un amplio recordatorio de la vida sociocultural y costumbre del sector.
La pregonera vecina del barrio Dolores Monrroy Negrín hizo un amplio recordatorio de la vida sociocultural y costumbre del sector.
Teldeeenfiestas.com avanza el pregón de sus fiestas
Ha dicho pregón como inicio de sus fiestas asistieron diferentes vecinos y foráneos así como una representación de autoridades del M.I. Ayuntamiento de Telde.
Terminado el pregón una Scala en Hi-Fi cerró la noche.
Orgullosos de nuestras gentes, de nuestro
barrio, EL PUNTO FIELATO, con
dignidad y seriedad de cumplir la tarea que el destino y la vida nos tiene
encomendados, pero con la alegría, la voluntad y la esperanza de continuar
luchando en su progreso y en el de nosotros mismos, como nuestros antepasados
lo hicieron, vivamos nuestras fiestas, en el
Terminado el pregón una Scala en Hi-Fi cerró la noche.
Buenas tardes a todos los vecinos, vecinas, autoridades y
visitantes a nuestro barrio con motivo de las fiestas patronales de Santo
Domingo de Guzmán, que celebramos el próximo 8 de agosto, motivo festivo para
conmemorar y dedicar nuestro querido barrio a este santo, nacido en Caleruega,
provincia de Burgos y fallecido en Bolonia en 1221. Fundador de la Orden de Predicadores o
Dominicos.
Este año la suerte, con el acuerdo de todos, la Asociación de Vecinos
Faraday, y la Comisión
de Fiestas, ha querido que sea yo, Dolores Monroy Negrín, la
pregonera de nuestras fiestas. La que les dirige estas sencillas, pero
cariñosas palabras, dedicadas a todos ustedes, y en nombre de nuestra mejor
voluntad y bienvenida, abrir las puertas del corazón, del cariño y del recuerdo
para todos los que desde este núcleo teldense deseamos lo mejor siempre.
En los versos del poema que un colaborador me dejó, dicen lo
siguiente:
Pregón para traer de los que ya marcharon, el buen recuerdo,
pregón para señalar el surco que
en el cercado nos dejaron,
pregón para agradecer el legado
de la sangre, mente y corazón,
pregón para seguir la senda que
el destino nos tiene guardado.
Pues así es, mirando atrás con
amor, volviendo la vista a nuestros primeros pasos por las mismas calles, que
antaño iniciaron, con esfuerzo, dedicación y sacrificio, nuestros abuelos,
nuestros padres y abrir el libro de la gran historia que, cada uno ha ido
escribiendo en su quehacer diario a través del tiempo.
Permítanme rememorar la persona
de una de las primeras vecinas que, como otros muchos en este núcleo inicial,
empezaron a forjar su vida. Se trata de mis abuelos, Dolores Bordón y Juan
Monroy Macías, que instalados aquí emprendieron su tarea en los trabajos que en
aquellos años formaba parte del desarrollo agrícola de la isla, el cultivo y
cuidados del tomate y la industria que generaba, la clasificación, cuidado y
empaquetado en los almacenes, para su exportación.
En Telde, en numerosos lugares,
fijaron sus vidas los que dedicados a la zafra, durante años, hicieron de esta
dedicación laboral su medio de vida. Las mujeres aportaban con su esfuerzo,
dentro y fuera del hogar, la ayuda para mejorar la economía de aquellos años en
que supieron salir adelante y llegar hasta educar y bien criar a sus hijos.
Entre aquellos niños y niñas, me
encuentro yo, en medio de una zona denominada El Punto Fielato, con sus barrios
limítrofes, como El Ejido, hacia el norte, al otro lado del barranco, el de San
José de Las Longueras, y como línea divisoria, la carretera que desde el núcleo
principal de Los Llanos de San Gregorio, subía hasta el Valle de los Nueve y
Lomo Magullo. Espacios urbanos que poco a poco han ido desarrollándose y
aumentando su población.
Yo que he nacido en este barrio,
que mis raíces y las de mi propia familia, están metidas en esta tierra, hoy
les puedo asegurar que, gracias a nuestros seres queridos y a todos los
que formamos esta comunidad, no olvido
que hubo unos inicios, una escolaridad con la asistencia al Colegio Amelia
Vega, a la que asistíamos subiendo por la Cuesta del Valle y cruzábamos hacia la izquierda,
saliendo al estanque y llegar al colegio. Un bonito y cariñoso recuerdo de mis
conversaciones con mi abuelo Juan y mi abuela Dolores, ella me contaba las historias de los tiempos
en que se instalaron definitivamente en este barrio, aquellas calles de casas
terreras de las que aún quedan algunas en pie, y que ellos mismos fueron sus
principales testigos del crecimiento.
Sin pararnos a pensar el paso
del tiempo, en nuestros tiempo de descanso, recreos, o durante el verano, jugábamos
en plena calle a los juegos típicos de la infancia, que marcaron la vivacidad y
alegría de la inocente infancia, el juego de las canicas, el teje, el trompo,
el escondite, el que se coge se queda, al escondite, etc.
La imagen, ya lejana, de
aquellas bajadas al barranco para ayudar al lavado de la ropa, con mi abuela,
costumbre y tarea familiar que las mujeres, al no contar con otros medios,
realizaban con una dedicación, esfuerzo y laboriosidad impagable. Imagen
frecuente en muchos barrancos de nuestra isla y que hoy, afortunadamente, salvo
muy raras excepciones, ya no se ven, gracias al adelanto de la tecnología
doméstica. Mi especial recuerdo para nuestras abuelas y madres, para todas, las
presentes y las ausentes. Mis idas y venidas para hacer las compras a las
tiendas de Martín, de Marujita y de Juan Macías. Las asistencias a la misa,
celebraciones de comuniones, etc, a la iglesia de San Gregorio o de San Pedro
de El Ejido.
Un saludo a mi vecina, mi querida amiga Tita, de la que conservo
sus mejores consejos y gran amistad.
He sido testigo, como todos, de
la celebración de estas fiestas en plena calle Faraday, de la creación de la Asociación de Vecinos,
y de la Plaza
pública, principal, Plaza del Punto Fielato, para uso y actos sociales, de las Comisiones de fiestas que, gracias al
apoyo y solidaridad de todos, hemos conseguido un centro donde convocarnos y
crecer en el afán cultural y colaborador de una excelente relación y futuro
mejor, a pesar de las crisis y problemas que plantea el desarrollo activo de
toda sociedad.
En este paisaje social y urbano,
nuestras vidas y las de nuestras familias, recorrieron sus caminos entre las
viejas y calles y las nuevas que iban surgiendo en El Punto Fielato, nuestra
Plaza, el Pasaje de María Mérida, San Juan de la Cruz , Monte Teide, Diamante,
Faraday, Volcán Timanfaya, Eduardo Dato, Faycanes, Felipe II, Rubén Darío y la
vía principal que nos trae hasta aquí Ruiz Muñiz.
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