sábado, 16 de febrero de 2013

FERNANDO BÀEZ

Paz en el campo:

Cuando el cultivo se presente como la acción primera y principal, habrá paz en el campo, en la isla, en el archipiélago. Pero, es un problema a resolver por parte de una política ignorante, en manos de personas que no han visto otros campos, que los de deporte, desconociendo la riqueza, la vida, la economía, el trabajo, la comida, etc., deviene y vienen del campo, de la agricultura (y de la ganadería, que les es inseparable). Los
que mal nos gobiernan, han puesto sus ojos en el turismo, equivocadamente y en ello más de medio siglo, y a pesar de ver la inutilidad y ruina del turismo, siguen apostando única y exclusivamente en el destructor y negativo turismo, que nos arruina y mata a hambre y paro. Sin el sector primario, imposible haya paz. Estamos en época de cultivo, y vendrá la de las cosechas, y nada se planta, nada se recoge o coge. Nadie habla del campo y las actividades propias del mismo. Ningún proceso, no diálogo sobre la agricultura o lo agrario. Tampoco se ve a corto plazo, nadie se dirija al campo, como solución para superar la crisis, con sus consecuencias. Solo se trata sobre carnaval, sobre fútbol, sobre turismo, sin más, y la cosa a más grave y a peor. Dependemos de fuera totalmente. Tenemos una democracia dictatorial que ha dictado no hacer nada en el campo, ni nada de ganadería en el campo. Todo los solucionan con ayudas que nos hacen depender de limosnas, de peces, y no de cañas. No se ayuda a salir de la que tenemos encima y que nos aplasta y destruye anímica y psicológicamente, con repercusiones en el físico y salud. Parece como si a la clase política nada le interese la situación en la que estamos, ni pongan remedio a la situación desviando la mayor industria en el turismo y no en el campo. Y ello, siendo como es, que lo central es el asunto agrario. Hace más de medio siglo, se comenzó la lucha contra el campo, y se levantó la agricultura y la ganadería, cerrando su crecimiento y ampliación, sino  la reducción y eliminación de la única fuente que generará economía, trabajo y comida. Las tierras comienzan a estar cogidas por el cabildo como dueño, o como el que prohíbe cualquier manipulación o uso de la misma, con severos castigos y multas, sin darse cuenta el campo producirá la mejor y mayor riqueza del tabaibal. Dos consejeros de agricultura y una multitud de concejales de agricultura, y no tenemos agricultura, ni ganadería. Se ha dejado de cultivar toda la tierra, invadida de tabaibas y retamas. El campo está perdido. No se devuelve al campo sus actividades propias (se las prohíben y multan). Todo se ha militarizado, sobre el campo, solo se ven ejércitos diversos, vigilando. Vivimos la incongruencia de una clase política descerebrada, desnortada, embobada, pues solo luchan contra el campo (agricultura y ganadería). Llevan en ello más de medio siglo –muchos años-, y les cuesta muchísimo dar marcha atrás, en los que se ha destrozado la isla plantando pinos donde antes trigo, poniendo perros donde antes había cabras, y esto de recuperar el pasado, 50 años después, cuesta y no saben. Sin embargo, hay ancianos competentes para sacarnos de ésta, con preparación de jóvenes que todavía es posible el relevo y seguir adelante. Cierto, no es fácil volver atrás, pero hay que hacerlo (no intentarlo, sino procurarlo por todos los medios y conseguirlo). No podemos seguir, sin el sector primario y éste inexistente. Tenemos que volver a la tierra y a sus animales en ella.

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