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El Padre Báez |
Chabacanería navideña:
Algo tan importante, central y trascendental como es el Nacimiento del Niño Dios, se ha convertido en algo profano, y hasta le quieren dar la vuelta, como si nada tuviera que ver con Jesús, nuestro Señor. Y así
para muchos todo se queda en la decoración afín y en comer el turrón, sin ninguna referencia al hecho que cambió la Historia, y la puso en el punto cero, con un antes y un después de tal acontecimiento, junto con la Resurrección, lo que marca la vida de tantos millones. Y así, se nos han ido colado sustituciones, como son las de ese papá que no es, sino un anuncio camuflado de una marca de refresco, con sus colores, y reminiscencias de una secta o familia religiosa no católica, contraria a las imágenes por mor de una mala comprensión de la Palabra de Dios. Pero lo que da hasta pena es ver a ese salteador de balcones y azoteas, portador de regalos, sustituyendo a los magos que nos dijeron ese Niño que celebramos es Dios, es Rey, es Inmortal. Queda claro, que cada cual se retrata; y ver una casa con esos machangos ya sean uno o tres, no deja de ser un carné religioso de quien cuelga eso de sus paredes, como mostrando su ignorancia a la par dando a entender no es católico, ni cristiano, toda vez, que ese personaje no nos pertenece y nada tiene que ver con lo que celebramos. Y es que no creo haya una sola familia creyente y practicante católica, que muestre a ese barbudo de blanco y rojo, ya que nos es extraño, y nada tiene que ver con la Navidad en nuestro ambiente, cultura y clima. Que pertenece a otras latitudes y a otra gente, y que la clase comerciante lo ha hecho reclamo para desorbitar unas Fiestas, sacarlas de contexto, y hacer unos ingresos a costa de la ignorantación, la confusión y el sincretismo de mezclarlo todo, alargando y adelantando en el tiempo, algo que tiene su fecha en el calendario, y que tiene bien definido su contenido, y que ellos cambian e ignoran y hasta desconocen, desconocen o silencian porque la fe de ellos va por otros derroteros. Quiero por tanto con este comentario, solo decir una cosa, se retrata como persona contra su propia religión –si es católico- y va contra su propia tradición, puesto que dependiendo de la edad, los mayores, nada de eso vieron ni oyeron de los suyos en otros tiempos, que por culpa de la modernidad y el trasiego o invasión de lo foráneo, se nos ha llenado esto de cosas que no son nuestras como ocurre con la Fiesta de los Finaos, y las andaluzas en nuestras fiestas, llenándolo todo de sus aires, cantos, vestidos, etc. Llamo pues a la cordura, y a que cada uno sea sensato y lo piense un poco antes, y espero que después de oír u escuchar este mi comentario, más de uno, desenganche a ese salteador que más que traer algún regalo, parece es alguien que asalta un hogar y entra a robar. Por otra parte está dando muy mala imagen no solo de sí mismo y de sus moradores- que repito, se retratan- y a la vez que escandalizan y estimulan a otros, haciendo el juego a los comerciantes de reproducir e invitar al consumo doble o triple sacando de contexto una fiesta que ha sido siempre entrañable, llena de otro espíritu y celebrando con villancicos y en especial el Nacimiento del Hijo de Dios, lo que estiran y alargan antes y fuera de fecha, fuera de costumbre, y fuera de la liturgia, ya que una fiesta que comienza el 24/25 de diciembre, la adelantan hasta un mes antes, y la llevan hasta un mes después, sabiendo que en el calendario litúrgico no va más allá de dos semanas. Y ya es hora vayamos poniendo las cosas en su sitio, y nos normalicemos y nos pongamos a nivel mundial, que luego viene el carnaval, y le hacemos lo mismo llevando los tres días preceptivos del mismo, hasta a tres meses o más. Este pueblo, debiera ser fiel a sus señas de identidad, respetar la tradición y por tanto desaparecer esos símbolos de otras culturas, de otras familias religiosas (no católicas), como son ese papá que no me atrevo, ni a pronunciar su nombre, por más que algunos le pongan nombre de santo. Allá ellos, y los respetamos, pero respetemos nosotros mismos, lo que es nuestro, y no seamos imitadores y receptores de todo lo que nos venga de fuera. El pueblo canario o tabaibero, siempre fue muy amigo de copiar hasta el uso de acentos y formas de hablar, y así ir a la península o a espakistania, y volver hablando peninsular o espakistaní, y ello por llevar allí tres días, mientras que los hay aquí con treinta o más años y no pierden su acento, ni costumbres ya sean argentinos, gallegos, o de cualquier otro lugar; ejemplo los indios, son de los primeros asentados aquí, y no se les pega absolutamente nada nuestro, sino que fieles a sus costumbres, las viven como si en la India estuvieran, estando ya más de un siglo fuera de ella. Nada digamos que un moro cambie de costumbre y adopte y acepte nada nuestro. Pues aprendamos y mantengámonos con sano orgullo en y dentro de lo que es señas de identidad, de fe, de tradición, de costumbre.
El Padre Báez.
PD.- nada digamos de la felicitación, antes del acontecimiento, de forma bobalicona, y vacía de contenido real.
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