Muelle de Santa Catalina, |
por Jesús Ruiz Mesa
Un espectáculo verdaderamente atractivo, bello, ante todo portuario, el que ofrecía ayer domingo 11 de noviembre el Muelle de Santa Catalina, prácticamente no se podía apreciar algún espacio abierto por la total ocupación de buques cruceros fondeados, el Queen Mary 2, en el lateral de poniente, enfrentado a la blanca proa, arboladura y mascarón de proa dorada del Sea Cloud. Al Naciente del Muelle el crucero que por primera vez tocaba nuestro Puerto, el Carnival Breeze, un gigantesco buque de 306 metros de eslora que con 3.700 pasajeros hacía escala, partiendo seguidamente para Antigua, Saint Martín y Miami. Dispone de todas las atracciones que un buque de esta categoría puede ofrecer a sus pasajeros como es el gran tobogán que destaca sobre su cubierta exterior. Otro precioso velero fondeado en el lateral del muelle , a la sombra de la popa del Carnival Breeze, el velero noruego Chirstian Radich que lleva días en nuestro muelle, una hermosa fragata de tres mástiles, con las velas arriadas, de un blanco que destaca bajo sus elementos de navegación de este clásico tipo de velero. FOTOS AQUI
Al final del Muelle, con su proa orientada al nordeste el crucero Boudicca, que con 800 pasajeros enfrentaba de lado a lado la proa del gran Queen Mary 2, el buque insignia de la naviera Cunard Line, lujoso transatlántico, que nos ha visitado en otras ocasiones, con 345 metros de eslora y fondeado en dirección suroeste mostraba su majestuoso perfil, con la chimenea de su ya conocido rojo y negro. La estampa de estos cruceros desde el mismo Muelle, en el paseo que recorre el parque marítimo en torno al Muelle de Santa Catalina era verdaderamente grandiosa. Desde cualquier ángulo se podía apreciar la magnitud y grandeza de estas naves que nos traen un numeroso grupo de turistas que en su ir y venir nos congratulamos con su visita y por la actividad económica que genera.
Un trasiego de turistas, visitantes, de todo tipo, y sobre todo muchos discapacitados que en sillas de ruedas manifiestan su interés por conocer nuestra ciudad o cercanías de nuestro Puerto. Desde la parte alta de la ciudad, en La Cornisa el panorama invitaba a captar las imágenes que muchos aficionados tomaban para el recuerdo, un bello paisaje que extendiéndose desde la Isleta hasta las inmediaciones de Vegueta ofrecía, a la vez que una hermosa estampa portuaria de la ciudad y su puerto, o viceversa, la Ciudad y el Puerto, no sería una cosa sin la otra, la actividad y movimiento que económicamente generan estas visitas que los grandes cruceros tienen establecidas en sus programas de viajes por el Atlántico canario.
Desde las últimas semanas de octubre nos han visitado una serie de cruceros de diferentes navieras como es el Independence of the Sea, el Rotterdam, el Thomson Dream, y continúan las escalas, en número de buques y pasajeros, como es el del pasado domingo 11, una mañana para recordar sobre este muelle y los que nos rodean. El skyline de nuestra bahía capitalina y del Puerto de La Luz se extendía, bello, grandioso, el eterno vigía de las Isletas al fondo, con sus brazos abiertos, dando la bienvenida a todos los navegantes y visitantes que entraban por su gran Puerto.
Completa esta temporada de fuerte movimiento de buques en el Puerto, los buques de la Armada Argentina Libertad, con la complicada situación de su singladura de regreso y los avatares económicos de su estado actual, y el de la Armada Chilena Esmeralda, que partió el sábado pasado, fondeados en el muelle del Arsenal de Las Palmas de Gran Canaria.
Una de las experiencias más gratas de estas visitas que, con frecuencia, sin más, realizo a nuestra entrada marítima principal, el Puerto de La Luz me traen constantemente la visión futurista de los dos hermanos León y Castillo, D. Fernando, el político, y D. Juan, el ingeniero, dos teldenses, que gracias a su esfuerzo, su implicación en el devenir de la isla de Gran Canaria, y de Canarias ante el mundo, hicieron lo posible por lo que hoy es una realidad, conocer y vivir en su más amplio concepto y contexto, el saber que tenemos un punto de encuentro, de abrazo atlántico, de llegada y despedida entre tres continentes, una realidad oceánica, archipielágica y atlántica, el Puerto de La luz y de Las Palmas de Gran Canaria, desde donde la canariedad y sus gentes es conocida en todo el planeta.
Cada vez que desde mi acercamiento para captar imágenes de este mundo portuario, pienso en las primeras obras, con los primeros dragados, asentamiento de las primeros cubos de piedra, escolleras, lograr sacar a la luz los primeros diques, que aquellos hombres con la visión de iniciar el proyecto del puerto del Refugio o de las Isletas, lograron posicionar, hemos de estar eternamente agradecidos a la historia y a la época, difíciles años, pero ellos lo consiguieron, nosotros se lo reconocemos y, mientras, observemos nuestro Puerto, en el mensaje heredado de nuestros más insignes representantes patricios, gritemos desde la bocana de nuestro Puerto de La luz, en el abrazo de bienvenida y el hasta siempre en la despedida, “Todo por y para Gran Canaria”.
El puerto es para mí, tranquilamente sentado sobre el noray 7 del Muelle de Santa Catalina, algo curioso, grande, en la paz que me lleva a esta reflexión, me siento como una gota de agua, bajo la sombra de las elevadas torres, grúas, puentes de los gigantescos cargueros, extraños monstruos sobre cuatro patas y elevadas estructuras que lentamente desplazan su acerada fortificación.
Volviendo hacia Telde a lo largo de toda la Avenida Marítima, pienso en las rutas que despiden nuestras bahías y litorales siguiendo desde las sombras de la noche el gran buque, iluminado, desplazándose lentamente rumbo suroeste dejando tras los acantilados del litoral teldense, hasta perderse más allá de la montaña de Gando, lejos de su baja y a mar abierto hacia sus destinos. No dejo de admirarme ante los ingenios mecánicos fondeados al final del Muelle Reina Sofía, dos gigantescas plataformas petrolíferas sobre sus monstruosas patas y torres de acero, que esta temporada visitan nuestras instalaciones portuarias para revisiones y reparaciones técnicas, de avituallamiento y cambio de tripulaciones, inmensas torres, grúas, puentes, compartimentos, que rompen la línea de horizonte azul sobre los muelles, la Eirik Raude, y West Aquarius, gemela de la West Hercules, que nos visitó hace dos semanas.
Para el día de hoy, lunes 12 de noviembre, la Ministra de Fomento, Ana Pastor, inaugurará las ampliaciones del Muelle de Santa Catalina y de La Esfinge. Con el poema y los versos de Poemas del mar, los mares y los hombres de mar, de Tomás Morales despido este reportaje que en la mañana del domingo, luminosa, fresca y con la brisa atlántica de la bienvenida y despedida de todos los que a nuestro refugio llegan, por la bocana y bahía del Puerto de La Luz y de Las Palmas de Gran Canaria, limpia, clara, y abierta a todos los que hasta por nuestra puerta marítima se adentran en el corazón de la Ciudad y de Gran Canaria, por nuestro Puerto que siempre será lo primero. Muchas gracias.
“Puerto de Gran Canaria sobre el sonoro Atlántico, con sus faroles rojos en la noche calina, y el disco de la luna bajo el azul romántico rielando en la movible serenidad marina....Silencio de los muelles en la paz bochornosa, lento compás de remos en el confín perdido, y el leve chapoteo del agua verdinosa lamiendo los sillares del malecón dormido…”.
(Poemas del Mar, Los Puertos, los mares y los hombres de mar, Tomás Morales)
Jesús Ruiz Mesa, colaborador cultural Telde y www.teldeactualidad.com. Telde 12 de noviembre 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario