por Jesús Ruiz Mesa
No cabe duda que los dichos, refranes populares tienen mucha razón, y llevan el legado de la observación secular de las gentes que no disponían de otros medios científicos y tecnológicos, que en la actualidad, las prescripciones de la moderna tecnología e información, nos hacen tomar precauciones frente a los avisos de alertas, en sus diferentes colores, de las previsiones meteorológicas. Pero lejos de hacer un ensayo sobre el tema, ayer y toda la mañana de hoy miércoles 14 de noviembre, desde cualquier punto del litoral teldense o desde la propia ciudad se podían apreciar perfectamente y con buena nitidez los perfiles montañosos majoreros, volcánicos del Sur de nuestra isla vecina, Fuerteventura, y a menos que otros cambios no lo remedien, lo que de boca en boca se dice, ¡Fuerteventura agua segura! tus fotos aqui
Teniendo en cuenta que el mes de noviembre y precisamente por las fiestas patronales de San Gregorio Taumaturgo que los teldenses acabamos de celebrar, por los ciclos climáticos de transición de los alisios y el otoño, que se va acercando al invierno, siempre, o casi siempre, ahí están las estadísticas para confirmarlo, llueve, llueve y llueve, con más o menos intensidad, pero poco a poco, el golpito de agua caída, los zarpazos de lluvia como el que acabo de observar en esta tarde, desde mi atalaya del tiempo, el cronológico y el meteorológico, con sus diferentes manifestaciones , hacen que el aire, las tierras, los campos, las calles y las plantas renueven su aspecto, laven su cara y los valles, barrancos, cercados, pierdan el matiz reseco, yermo y penoso que a veces el estío nos deja sin remedio, y desgraciadamente los incendios que asolan el paisaje y el alma.
De hecho el pasado sábado, festividad de San Gregorio todo el día estuvo amenazando agua, y llovió, por la tarde se tuvo que suspender la tradicional procesión del Santo porque a las puertas en el momento de la salida del templo, un buen zarpazo de agua no lo permitió, procesión que tuvo que celebrarse el domingo 18. Bendecidos los campos y con la promesa de buenas cosechas y mejores tiempos para todos se cumplió la promesa y rogatorias de lanzar a San Gregorio el trigo de la fecundidad y mejores cosechas, las del espíritu, las del cuerpo y las del campo que aún podemos disfrutar, cada vez menos, y que a estas alturas del almanaque ya están verdeando a lo lejos, hacia la cumbre teldense y más allá de nuestro municipio, el verde que ilumina nuestra isla y la mirada de quién tras el visor recoge la versatilidad de nuestros paisajes. Da gusto admirar la gratitud de nuestra tierra, en silencio, esperando la mano del humano que orgulloso de sus campos la fertiliza, siembra y cosecha, el surco y el agua caída pone lo demás, y por los siglos de los siglos amén, fue así.
Hace dos años, recuerdo que poco a poco, por estas fechas, vinieron las lluvias, y la superficie de la tierra se regó, refrescó e inundó, y subieron los niveles freáticos, hasta que llegó enero y febrero, con tiempo del sur entraron fuertes frentes borrascosos cargados de nubes espesas que barrieron todo el archipiélago, el agua corría en cantidad por los barrancos, sin ocasionar desastres o peligrosas torrenteras, caía por los riscos, acantilados, degolladas, barrancos que reconducían el preciado líquido hasta las presas que llegaron a llenar y alcanzar altos niveles que utilizaron los aliviaderos, gracias a la buena disposición e ingeniería hidráulica de estos sistemas.
Pudimos disfrutar de un maravilloso espectáculo, ver y meterse en esos paisajes de toda la isla, cataratas, saltos de agua, y nunca mejor dicho sentir el agua por el barranco y mi amor en el telar………… nuestro paisaje isleño mostró el lado más hermoso, agradecido y de un agua que fertilizaba la tierra, el manto vegetal y el ecosistema regeneraba su proceso o por lo menos se daba un respiro ante la desertización que debido al cambio climático puede que avance cada vez más, sino ponemos remedio a este gran problema global.
De todas formas, confiemos en que continúen entrando nubes con buenas descargas de agua y que retorne a las presas que tanto necesitamos en nuestra isla y mientras que veamos sobre el horizonte, al otro lado del litoral teldense, las montañas del Sur de Fuerteventura, una porción de arco iris despide el paisaje que ante mis ojos se extiende, con una luna que asoma cara, mitad visible en fase de cuarto creciente, y ¡qué más! desde esta atalaya les puedo transmitir tan sencillo como elevar la mirada al cielo, de momento, con la buena esperanza para todos, seguiremos pensando, exclamando, ¡Agua segura! Muchas gracias.
Jesús Ruiz Mesa, colaborador cultural Telde y www.teldeactualidad.com, Telde 21 de n
No hay comentarios:
Publicar un comentario