lunes, 25 de junio de 2012

SAN JUAN BAUTISTA DE TELDE RECORRE NUESTRAS CALLES CON
SABOR A CULTO, CULTURA Y PATRIMONIO
por Jesús Ruiz Mesa
por Jesús Ruiz Mesa
La mañana dominical del 24 de junio celebración de San Juan Bautista, después de los actos religiosos con arreglo al programa de festejos para este año 2012, con la culminación de la misa mayor en la Basílica de San Juan Bautista como centro de los actos religiosos en la festividad del Santo Patrono del barrio fundacional, núcleo histórico y emblemático de Telde, misa solemne de concelebración eucarística, presidida por el M.I. Sr. D. Hipólito Cabrera González, Vicario General de Pastoral,  y por el Párroco D. José María Cabrera, con una excelente participación de la Liturgia en su parte musical de órgano a cargo de Da. María del Carmen Hernández Domínguez,  al final de dicha celebración religiosa en medio de la emoción contenida y  demostrada por el fervor popular al patrón que celebramos, San Juan Bautista, el público que llenaba las naves de esta Basílica irrumpió en aplausos ante las emotivas palabras y agradecimiento de D. José María Cabrera, que él mismo expresó con su sincero saludo, bendición final y saludo por la fervorosa respuesta del público, agradeciendo la labor del sacristán, D. Juan Santana, persona que con su colaboración es posible la realización de estos actos, así como las de los colaboradores y en presencia del pregonero de este año D. Pedro Naranjo Jiménez y  Autoridades Municipales representadas en el templo. fotos de jesus ruiz mesa aqui
Se inicia la procesión con el recorrido habitual en esta manifestación religiosa con acompañamiento de la Banda Municipal de Música de Telde, en una estampa querida para todos, y de todos los colaboradores gráficos que, tras nuestros visores, intentamos captar de diferentes maneras, ángulos, y enfoques, una parte de la historia, del fervor popular, de lo que de otra manera hemos visto en numerosas exposiciones que se han venido realizando en nuestra ciudad, la estampa, la foto, el reportaje en sepia, en blanco y negro, con métodos y equipos que para ellos significaron lo último de aquellos adelantos que nacieron en el siglo XIX, de los que desde la atalaya de otros tiempos, de otro siglo, supieron dejar testimonio de las mismas devociones, intenciones y costumbres, que hoy, por lo menos creo que en su recuerdo merecen traerlos a nuestra memoria.
Allí estaban el Santo Cristo, el San Juan  y las torres de la Basílica que daban sombra y carácter al primigenio suelo, a los laureles que el huracán pudo arrancar, o a los ciudadanos y ciudadanas del Telde, siempre añejo y nuevo, que bajo su cachorro, su terno y su rostro curtido por el tiempo, o bajo la blanca mantilla canaria, el rosario entrelazado en  los dedos, o simplemente a dar gracias por las peticiones cumplidas y las promesas bajo la esperanza de sus oraciones, venían con las mismas intenciones a los pies del Santo. Esta mañana de un luminoso domingo de San Juan, junio estival, de azules cielos, deliciosamente atemperado por la agradable brisa que en nuestros cuerpos motivan las ganas de  seguir a la comitiva por las históricas calles de un Telde Patrimonial, que nos expone tras la imagen del Bautista, las señas de identidad de los ecos de su historia, desarrollo, escritura arquitectónica, fachadas de paredes con diferentes efectos cromáticos, sus ajadas ventanas, portadas y portones,  balcones en madera y herrajes de diversas fábrica y diseño, que hacen del conjunto una muestra de buen gusto y serena complacencia visual ante la rápida y confusa línea de diseños urbanos que el siglo XX en su expansión constructora,  se mezclaron con las influencias de líneas arquitectónicas venidas de más allá de los mares, y que la nueva sociedad implantaba en el último tercio del pasado siglo.
De cualquier manera y en otro orden de cosas, en ambos núcleos principales que conforman el mapa urbano de Telde, San Juan y San Gregorio,  aún, estas calles guardan el estilo, el sello personal de sus ciudadanos  que pusieron el acento en los edificios, los llamados a conservar su entorno, a lograr su conservación y finalidades dentro de los futuros proyectos de Patrimonio para perpetuar su arquitectura, cuando las arcas municipales lo permitan.
No quiero despistar mi intención con otro tema puntero como es la conservación del Patrimonio urbanístico, ahora les dedico este reportaje, San Juan por nuestras calles, desde la salida en la Plaza que toma su nombre, con las torres de la Basílica Menor a sus espaldas y el recorrido que, dos días antes hicimos los que,  convocados por el Cronista Oficial de Telde, D. Antonio María González Padrón, los poetas teldenses que en recuerdo de los maestros de la Escuela Lírica de Telde, recitamos seis poemas, diferentes en su estilo,  poetas y poetisas, dedicados a Telde y su ciudadanía, para los presentes y ausentes. Nuestra palabra por el verso quedó anclada entre el ocaso de aquella tarde y la brillante luz de esta mañana, recordados sobre las fachadas de sus antiguas estancias, sobre las eternas piedras y huellas que los teldenses de antes, de ahora y, de siempre, ojalá guarden en sus corazones, en sus memorias y con el debido respeto a los que iniciaron este camino cultural, nuestros grandes ejemplos de la Escuela Lírica de Telde, y los próceres que elevaron el nombre de Telde.
Por esa misma senda literaria, procesionamos a San Juan sobre su trono, en el paso y la voz que clama en el desierto, señalando la tierra y el cordero de Dios, el verdadero hombre al que, Juan el Bautista,  en su humildad, declaraba que no era el Mesías anunciado, ni siquiera digno de desatarle la correa de sus sandalias al que iba a llegar. El Bautista que derramó las aguas sobre el Cristo Jesús hombre, este mediodía en la imagen que veneramos, recorrió el corazón urbano del Telde que, recibe y saluda de nuevo su historia centenaria, como la Fortunatarum Prima Civitas et Sedes, reflejada en su escudo, dando la bienvenida a su entrada por el este y salida por el oeste, lo demás lo iremos aportando los ciudadanos del siglo XXI, para bien, para mal, u otras historias que nuestras generaciones puede que nos pidan cuenta.
Por ahora participemos del festivo momento que nos trae el tiempo y después de quemar los malos rollos, las energías negativas, los errores que, seguro, muchas veces cometemos en nuestro propio afán de querer conseguir todo rápido,  sin un método a reflexionar, y sin medida, la pasada noche ante el puente leonístico que nos conduce sobre el tiempo que, cuando niños cruzábamos por la antigua carretera a Las Palmas, allí ante la gran pira, dejamos en el fragor de la hoguera esas intenciones en la mágica noche de San Juan. En el recorrido procesional,  intentando captar las imágenes más artísticas, he recordado su misión viviendo en uno de mis viajes a Tierra Santa, la inolvidable experiencia de renovación de votos del bautizo y matrimonio en los mismos lugares, sobre el Jordán y en Caná de Galilea.
Bajo el lento caminar del trono y su comitiva, capto la cantidad de posibilidades  gráficas que, mezclados con el fervor popular, la protocolaria comitiva de representación municipal, la Banda de Música, y el pueblo, más o menos numeroso, forman el cuadro idóneo para dedicarles esta parte del programa religioso llevado a la calle y en el marco de las vetustas edificaciones, rincones, calles y callejones que en nuestro quehacer cotidiano, recorremos sin más preocupación que volver por el camino andado, cumplimentar la tarea y obligación debida, o simplemente tomar un café, un refresco,  un respiro, o un encuentro casual en el bar acostumbrado.
Bajo las farolas que colgadas de las fachadas, bajo los alares de los tejados canarios a dos aguas, a la sombra que proyectan sobre las paredes los mismos puntos de luz tenue de la noche teldense, y que en algunos edificios  están  mejorando sus instalaciones y rendimientos lumínicos. El último de los profetas y mártir de la fe en Cristo, San Juan, ha sido llevado a la obra artística, en el imaginario del escultor de La Orotava, Fernando Estévez de Salas (1788-1854), simbólicamente,  señalando con su dedo como si el imaginero en su último toque le diera la inspiración que nos transmite para ser bendecida esta ciudad.
La procesión se despide con el aplauso del público en la nave central de la Basílica, el saludo de las autoridades y celebrantes de la Liturgia. Una vez más, y hasta otro año, el pueblo de Telde ha celebrado las fiestas dedicadas a  su Santo Patrono, San Juan Bautista como lo hicieran sus antepasados. Los mejores deseos y que las promesas y rogativas se vean cumplidas.
Este reportaje dedicado a nuestra ciudadanía y, permítanme, un profundo recuerdo a la memoria de mis padres, a mi padre, Juan Ruiz Arregui, que en este mes de junio  celebrábamos su cumpleaños, él nos enseñó a andar los caminos de nuestra ciudad de Telde, por Gran Canaria y Canarias. Muchas gracias.
Jesús Ruiz Mesa, colaborador cultural Telde y www.teldeactualidad.com, Telde 24 de junio 2012

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