sábado, 23 de junio de 2012

POR SAN JUAN BENDITO, VOLVEMOS A NUESTRO TELDE

POR SAN JUAN BENDITO, VOLVEMOS A NUESTRO TELDE
NOCHE DE SAN JUAN POR JESUS RUIZ MESA
por Jesús Ruiz Mesa
Hoy vísperas de San Juan quiero escribir los versos más alegres de mi vida,  sin olvidar y contradecir los del gran poeta,  los suspiros, oraciones, rogativas y promesas que nuestras gentes, los ausentes y presentes, los siempre recordados, expresaran ante la imagen de San Juan Bautista. Quiero expresar y celebrar con alegría propia de unas fiestas tradicionales, fiestas del pueblo y para el pueblo,  el júbilo de reencontrarnos y disfrutar, sin pensar en más historias económicas, recortes, déficits,  primas y desesperantes conclusiones que no han dejado de bombardearnos, para aconsejarnos de cómo escapar de esta pesada carga, con noticias de realidades de las que nos somos ni culpables, ni protagonistas, pero sí nos hacen participes de sus consecuencias. 
Quiero hilar estas palabras con el recuerdo de los, días de aquellos veranos adolescentes sobre las arenas de nuestras playas, con el curso recién terminado y alguna asignatura colgada para Septiembre, y siempre la línea de salida para estas vivencias, los exámenes finales de curso y San Juan, las fiestas de San Juan de Telde,  nuestras miradas puestas en el horizonte marino que desde la gran mancha verde que se extendía hasta la costa, allí nos esperaban nuestras aguas, limpias, serenas, llenas de juventud, griterío y canciones que desde las emisoras locales, los primeros vinilos de 45 rpm en color, los quince años de aquel amor dinámico, el twist y las reuniones o guateques, lo pasamos en grande, el sur, el norte y los otros puntos cardinales aún quedaban lejos, pero volvamos a nuestro particular, viejo y nuevo San Juan.
Por estas noches del solsticio de verano, aprovechando los días más largos y las noches de oscuridad más cortos, en estas fiestas del ya iniciado estío del 2012, de bicentenarios, centenarios y siglos de batallas, que nos toca recorrer en cada hoja del almanaque,  ahora desde el programa de festejos, en los saludas de las Autoridades Municipales y del Párroco de San Juan, D. José María Cabrera, y leído el Pregón, para traer, de los que ya marcharon, el recuerdo, que apegados a la tierra, su huella de encallecidas manos dejaron, y en el fuego, la noche de San Juan, arrojemos a la mítica y misteriosa pira los malos augurios, pesares, dolencias del alma, del cuerpo, inmundicias y demás pecados, los veniales, capitales y originales, que ardan en el fragor de la hoguera y crepiten hasta que desaparezcan por el siempre misterioso poder de las llamas.
Como el Ave Fenix levantarnos de nuestras cenizas y, cargadas las pilas, retomar el camino, de momento, y como cada año apoyarnos en las ganas de vivir, respirar profundo y elevar nuestra mirada al cielo, que estos días luce brillante, limpio, azul y bonito,  que ya es bastante, y en San Juan, ante las torres de la Basílica, la alameda bajo la sombra de los laureles enmarcando el núcleo histórico y urbano del corazón de la zona fundacional de la ciudad, celebremos el San Juan nuestro de cada año, por el mes de junio, saludando a las ciudades, pueblos y barrios que igualmente festejan al santo bautista, en el sincero abrazo, felicitación y mejores deseos a los Juanitos, Juanitas,   y a los que nos precedieron, dejándonos el recuerdo de haber disfrutado de su mano estas fiestas.
Reitero mis deseos festivos desde este medio digital del que soy colaborador que, en otra ocasión, por las mismas fechas les dediqué. Disfruten del verano, San Juan nos da la bendición desde que ya, entre las aguas del Jordán, bautizó con la misma agua al Cristo hombre, nuestro Santo Cristo de Telde,  que cada día, nos observa desde lo alto del Altar Mayor de la Basílica menor que toma el nombre de San Juan, estos días, en estas fiestas, como bien nos desea el párroco  D. José María Cabrera, ¡sean todos bienvenidos!¡Les esperamos!¡Contamos con ustedes!¡Muy felices fiestas!    

Una hoguera por San Juan, el Barranco Real y el puente de Telde
Ante ti, encrucijada de caminos, sobre el leonístico puente de los siete ojos que hasta tu umbral me lleva, Telde me recibes entre palmera y eucaliptos, con la bienvenida del abrazo de tus gentes. Gestado de ancestral leyenda, de vieja historia y defendida cuna, fundación primera, me abres tus puertas, fijo mi mirada en el entorno, páginas de un libro por tus avatares escrito. Cendro, Tara, San Juan, San Francisco, Llanos de Jaraquemada, callejones de Berbería, San Gregorio y límites de la gran urbe que a los vientos sureños y desde la cumbre al mar se extiende.
La hoguera ya está preparada, lenta cae la tarde sobre el horizonte. En las medianías y en la costa se divisan nubes de fogatas lejanas. El olor a quema de rastrojos, madera, ramas y viejos despojos inunda el aire. La hoguera ya está encendida, el crepitar de los materiales amontonados llega con estertores del calor que provocan. Largas e infernales llamaradas colorean las sombras y en la penumbra las formas se magnifican. Algo mágico en el ambiente se respira, los cuerpos expectantes ante tal espectáculo, inmóviles, asomados al barranco, parece que ejecutan rituales danzas y sus cantos ahogados por el fragor del dantesco incendio, evocan cultos de vernáculos ritos y costumbres que nuestros antepasados sobre el Almogarén olvidado, para nosotros, su recuerdo dejaron.
Tiempo de solsticio, de renovación y cambio, tiempo de cosecha, estío y en sus manos nuestros primeros pobladores invocaron el beñesmen. Venid a mí y depositad el mal augurio, el pesar de las dolencias y las malas energías, el mal de ojo escondido, la ira, la envidia, el insulto, la mala conciencia,  y la humillación en el corazón atenazado. Quemad en mis profundidades la pesadumbre, las dudas y temores, rencores, egoísmos y malos sueños, arrojad en mi lecho vuestras miserias y pecados, la carga que sobre  las espaldas lleváis sin remisión. Descansad y bailad en torno a mí, contemplad como la lumbre reduce a cenizas lo que eterno parecía, como el ave fénix que en nuestras cumbres convertido en agradecido árbol resurge y reverdea de su encostrado y abrasado cuerpo. Entrad en la nueva casa, mi cósmica estancia entre vosotros permanece. Esta noche de vital letargo soy el fuego de un futuro nuevo, soy el fuego creador de un renacimiento humano, soy vuestro purificador espíritu que limpios os devuelve a la senda, desterrad la inquietud del que por mí la destrucción crea. Soy un universo de soles en la noche de los tiempos, el origen de la vida, soy luz, calor y con el agua, mi antagónico elemento, la tierra y el viento, la esencia de la propia Naturaleza.
Vuestras ofrendas, votos y oraciones ofreced, en el crisol del gánigo al cielo elevadas, en fugaces lenguas suben hasta la montaña sagrada, y en el almogarén para su testimonio depositadas. Cuerpos y almas ya purificadas con energías renovadas sigamos nuestros destinos recogiendo lo mejor de cada cosecha. Celebremos el vínculo festivo de la noche de San Juan bendito en Telde, que nos bendiga e ilumine con la antorcha de la fe y la esperanza hacia un mundo de perdón, paz, comprensión y solidaridad.
Jesús Ruiz Mesa, colaborador cultural Telde y http://www.teldeactualidad.com/ Telde 22 de junio 2012














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