por Jesús Ruiz Mesa
Dentro del programa de actividades religiosas elaborado por la Parroquia de San Juan Bautista de Telde a celebrar en esta Semana Santa 2012, ayer noche tuvo lugar después de la misa, un concierto a cargo de la Banda Municipal de Música de Telde en la Basílica de San Juan Bautista, en la que ofreció un repertorio de música sacra, de una calidad sobresaliente en cuanto a la ejecución de las obras elegidas, y la proyección sobre una pantalla de temas artísticos, basados en la representación de la Pasión de Cristo en trabajos sobre vidrieras extraídos de catedrales, iglesias, y recintos religiosos de medio mundo, teniendo como gran escenario en nuestra Basílica el centro visual bajo el crucero, el Altar Mayor con el retablo flamenco, el Santísimo Cristo de Telde, y la Banda Municipal de Música teldense.
Momento del acto Foto: Jesús Ruiz Mesa |
Una estampa cuya composición no deja de ser un atractivo para sentarse, relajarse y envuelto en esta atmósfera de arte, religiosidad y entrada a la Semana Santa, escuchar las obras de conciertos procesionales que, bajo la dirección del director de la Banda Municipal D. José Martel, fueron interpretadas con una maestría, sensibilidad y ejercicio profesional sobresalientes, y a la que nuestra representación musical municipal nos tiene ya acostumbrados en sus conciertos de cualquier índole, en nuestra ciudad, en visitas a encuentros y conciertos culturales, fuera de nuestra localidad, verdaderamente, una experiencia de sensaciones auditivas y emotivas muy delicadas, que bajo las naves de la Basílica Menor de San Juan son extraordinariamente dignas de apreciar, y así fue apreciado por el público asistente.
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Un programa musical basado en marchas de procesión, que comenzó con la interpretación del compositor italiano del Barroco, Adagio en sol menor, de Tomaso Giovanni Albinoni (Venecia, 1671-1751), con arreglos para concierto de banda. En segundo lugar interpretan Merktub, del compositor Mariano San Miguel. Amarguras de Manuel Font de Anta. La Madruga de Abel Moreno López, y Hallelujah, de uno de los oratorios, compuesto en 1741, El Mesías, del compositor alemán del Barroco, Georg Friedrich Händel (Halle, 1685- Londres, 1759), obra, para coro y orquesta, muy conocida e interpretada por Pascua desde la época de su autor. Secuenciadas en cada interrupción, para escuchar la voz de Ureña dando lectura a la Pasión de Cristo según San Marcos, la Banda interpretó 14 fragmentos musicales escogidos y adaptadas para esta ocasión, de las estructuras, compases y ritmos de las tres obras centrales, cerrando el repertorio con un glorioso, brillante y perfectamente armonizado Hallelujah, de Händel, en los que instrumentos de viento y percusión lanzaron al aire, bajo las naves de nuestra Basílica, la alegría del Resucitado, todos ejecutaron esta obra con la maestría que acentúan y perfeccionan cada vez más, la magnífica ejecución de las trompetas, con la aplicación de la trompeta piccolo de Cristóbal Perera Rivero, trompetas, Juan I. Ureña Escariz, Juan D. Rivero Díaz. Oboe, Noelia Ojeda Herrera. Requinto, Juan Rodríguez Viera. Clarinetes, David González Guerra, Juan F. García Socorro, Esther Santana Mejías, Fernando Jiménez González. Saxo alto, Juana T. Suárez Ojeda. Saxo tenor, Alberto Pulido Morales. Saxo barítono, Antonio Rodríguez Viera. Fliscornos, Venancio Blanco Viloria, José María Arencibia Rodríguez. Trompa, Dolores Falcón Alfonso. Trombones, Marcos García Guerra, Elena Falcón Alfonso. Tuba, Luis C. Jiménez Falcón y Percusión, Jorge Rodríguez Cruz, David Pérez Rodríguez. Todos bajo la dirección de José Martel Rodríguez, hicieron grande, esta forma de llevarnos por los caminos del Evangelio y alcanzar la reflexión, recogimiento e inspiración necesarios para entrar motivados en la Semana Santa que inicia su andadura procesional y que en el orbe católico celebramos hasta que la Pascua nos abre las puertas a la nueva vida.
El componente de la Banda Municipal de Música de Telde, Juan Ureña, partiendo de los sistemas audiovisuales, da un carácter singular a las sucesión de imágenes en las que se proyecta la Pasión de Cristo sobre las vidrieras, y entre cada secuencia musical dar lectura al mensaje evangélico de la Pasión de Cristo según San Marcos. Como resultado un perfecta conjunción de imágenes, lecturas e interpretación musical, con un efecto francamente admirable, por su exposición sincronizada, de música, imagen y lectura, en suma una forma amena, pedagógica, de reflexión al expresar el arte sacro en sus tres conceptos propios de Semana Santa, un precioso resultado, el trabajo expuesto que en esta edición corrió la narración y edición de imagen a cargo de Juan I. Ureña Escariz, y que ya en otras ocasiones anteriores se realizaron estas proyecciones con otras versiones de imaginería e imágenes sacras.
Una exposición de vidrieras góticas, renacentistas y neogóticas, rosetones, con descripciones iconográficas de pasajes de la Pasión de Cristo, perfectamente elaboradas y conservadas gracias a la importancia que se le dio desde antiguo, en su diseño, adaptación y estilos arquitectónicos, en catedrales, iglesias, templos que, tanto en el interior como en el exterior de sus fachadas, ocupando grandes espacios sobre muros laterales, que gracias a la técnica de arbotantes permitieron abrir grandes aberturas para ubicar ventanales que cerrarían vidrieras emplomadas, portadores del mensaje artístico y religioso para la que fueron diseñadas. La luz daría el último retoque a la vidriera, símbolo arquitectónico que desde la Edad Media fue parte del propio edificio religioso, en principio, no como elemento decorativo. Más tarde y como actualmente vemos en su total dimensión arquitectónica, artística, en el interior de estos templos, su elemento iconográfico decorativo nos ayuda a entender la grandeza de la creación del humano y su inspiración para acercarnos, en este caso, al arte sacro por las vidrieras.
Un concierto sacro que durante una hora nos dejó admirados de lo que podemos conseguir con esfuerzo, voluntad y dedicación, y demostrar, como en esta ocasión y en otras muchas que podemos contar con la Banda Municipal de Música de Telde, su conservación y atenciones, por el buen hacer, excelente profesionalidad. Mi enhorabuena por estos conciertos.
D. José María Cabrera, párroco de San Juan, con su bendición, cierra el concierto agradeciendo y felicitando a la Banda Municipal por el programa ofrecido, música sacra, lecturas e imágenes. Mi agradecimiento a la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Telde, a D. José María Cabrera, y al personal auxiliar, sacristán y colaboradores, por su excelente disposición y recibir con los brazos abiertos estas manifestaciones culturales, conciertos musicales, agrupaciones corales y dejar que estas expresiones, obra del ingenio y creatividad humana, se sientan, suenen y se experimenten mejor bajo la bendición y serenidad del Santísimo Cristo del Altar Mayor de San Juan Bautista de Telde. Muchas gracias.
“San Juan implora bajo sus torres tu clemencia, en tu sepulcro yacen sobre tu pecho nuestras pecados, de tu costado brota vida nueva para los perdonados, y de tus apagados ojos aún brilla una luz de indulgencia”.
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