miércoles, 25 de enero de 2012

AMANECER DE UNA MAÑANA DE INVIERNO SOBRE EL LITORAL
 TELDENSE
por Jesús Ruiz Mesa
Una más, de las maravillosas sorpresas que me depara cada día, la mañana de este frío 25 de enero,  el observar la naturaleza y el entorno que nos rodea, esta vez, la salida del sol en un amanecer luminoso, sobre un horizonte lleno de misterios cósmicos, conjugando la perfecta cronología del gran universo que, desde el rincón más apartado, unos 28 mil años luz del centro de la galaxia de la Vía Láctea, en una lejano espacio situado sobre una de sus espirales, en el llamado Brazo de Orión, formando nuestro sistema solar,  ahí estamos, haciéndonos las mismas preguntas desde que ese extraño proceso de adaptación y evolución biológica que nos ha engendrado y situado en un proceso universal originado con el Big Bang hace unos catorce mil millones de años, en un universo en constante expansión.
Foto: Jesús Ruiz Mesa
No voy a indagar en teorías y principios astronómicos sobre este proceso cósmico, ya que gracias a los avances tecnológicos tenemos a nuestro alcance mucha información e imágenes, desde documentales perfectamente explicados, hasta los últimos estudios y observaciones que se han venido realizando sobre las grandes explosiones en la superficie del sol. Este año se van suceder varias erupciones provocando tormentas solares, fenómenos que ocurren constantemente, debidas a los propios efectos y movimientos cíclicos del astro rey, en unos períodos cada once años, sin más preocupaciones que el aumento de luz, de emisiones electromagnéticas de muchas longitudes de onda, ultravioleta, rayos X, invisibles, y partículas energéticas, protones, electrones, que llegan sin más consecuencias graves.  La Nasa ha registrado estas erupciones solares y la eyección de esa masa cargada de partículas que al golpear la atmósfera terrestre originan las conocidas auroras boreales, otras causas es la alteración de los satélites de comunicaciones, con interrupciones que afectan a las redes de energía.

Más allá de lo que esta mañana he observado y recogido con mi digital, es el espectáculo que desde mi atalaya en numerosas ocasiones he disfrutado, y me lleva a una pequeña reflexión, qué grande y misteriosa es la condición humana y qué pequeña se nos hace su ubicación en este inmenso solar universal, de cualquier manera este espectáculo es parte de esa complicada e inconmensurable trama nacida del Big Bang.
Mientras, disfrutemos de su paisaje, el de ese sol que inunda cada mañana nuestra parcela terrestre, nos ilumina, calienta, y nos ofrece su energía en esta zona del Atlántico sonoro que nuestros poetas y artistas, tantas veces cantaron y llevaron a la creatividad por la inspiración y el genio, que hoy gozamos gracias  a sus diferentes expresiones artísticas.
El poema adjunto, escrito en 2005 es una dedicatoria, saludo al sol, el dios antiguo del universo conocido, erigido ante el Templo de Debod en Madrid, que prologó un trabajo sobre Historia Antigua. Vean las imágenes captadas esta mañana, a la salida del sol sobre el litoral teldense, y el perfil montañoso de la isla de Fuerteventura, dedicadas a todos nuestros lectores.   Muchas Gracias.
Jesús Ruiz Mesa, colaborador cultural Telde, www.teldeactualidad.com, 25 de enero 2012    

ANTE EL TEMPLO DE DEBOD
Qué dioses velan mi sueño y ante ti, ofrendas y oraciones entonan,
ebrio de tu luz, calientas e iluminas el espíritu, te saludo al amanecer,
la gloria del que por el Cosmos camina, cantamos tu venida, tu nacer,
con el aliento de tu alma, Señor celestial, los mortales ante ti se inclinan.

En tu ausencia perpetuamos tu cuerpo encarnado de pétrea imagen divina,
y lo que con tu soplo cada día riegas, en tu honor, sobre el ara te ofrecemos,
danos de tu sabiduría el saber comprender este viaje que hacia ti hacemos,
guíanos  por el tiempo que ante tu poderosa majestad, comienza y termina.

Ante las puertas del templo, en este efímero mundo tu sagrada morada,
entro en la casa del Padre, humillo mi cuerpo y presento, desnuda mi alma,
Amón, recibe el sacrificio del que a su pueblo conduce entre tinieblas y calma,
sobre las aguas, tierras, cielos, seres vivos y muertos, tu gracia es derramada.

Protégeme del malvado, no separéis mi cuerpo y de las manos de mi diosa,
dejadme resucitar desde la profunda oscuridad ser en ti reencarnado,
fecundar con mi sangre el don de otras vidas que de ti nos ha sido dado,
Hombre, dios, esencia y naturaleza, a ti elevo mis ojos, creación grandiosa.


Jesús  Ruiz  Mesa
abril 2005




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