miércoles, 22 de diciembre de 2010

¡YA ES NAVIDAD!

Foto: Jesus Ruiz Mesa para Teldeenfiestas.com
por Jesús Ruiz Mesa
Y vuelta a empezar, ya tenemos la Navidad encima, ya huele a portal, a serrín, corcho y material reciclado, a Rey Mago, campanitas, árbol, nacimiento, y sin problemas de control de tráfico aéreo, Papá Noel desciende con su jocoso ho, ho, ho, con pausada mueca de gordinflón  y bonachona figura, venido de gélidas latitudes, como símbolo de estas fechas sube por las fachadas al no encontrar chimeneas por donde esconderse y bajar hasta el pie del árbol iluminado;  ya vienen los campanilleros, ya se oyen villancicos, timples, guitarras y panderetas, se armó el Belén canario en San Gregorio, el mejor de estos pagos, el del artista y belenista teldense, la obra de arte hecho nacimiento por su creador Pepe Sánchez en la vieja Plaza de Los Llanos de San Gregorio.
Las navideñas luces alumbran calles, callejones y anuncian que todo es luz, alegría y mejores deseos. El estático monumento a los betuneros locales de San Gregorio cobra vida y recuerdo tras el árbol que eleva su copa y estrellas al cielo de Los Llanos de Jaraquemada, cuántas botas y zapatos limpiaron,  en estas fechas la propina se hacía generosa al golpe de cierre de tapa del cajón de betunes y cepillos. Cuántas idas y venidas de aquellos niños y niñas, presurosos desde nuestros barrios, buscando la figurita, el recortable, pegados a los escaparates, absortos en la actividad popular que se concentraba en el corazón de Los Llanos, o detrás de los padres y abuelos observando los regalos y donaciones que las buenas gentes dejaban al pie de los puestos de los agentes que dirigían el tráfico, los recordados guardias de aquel comercial y concurrido Telde del sureste grancanario, aquel aguinaldo era otra buena señal de que entrábamos en la Navidad, infinidad de señales y motivos que marcaron nuestra época infantil y que se recuerdan con cariño.
¡Qué corto se me ha hecho el año, qué veloz pasa el tiempo!, si justo hace un año enviaba a este portal de Teldeactualidad la imagen escrita de aquel Belén de mi niñez, en una crónica relato de la memoria infantil hoy vista en la madurez, escondida en el tiempo, recordada siempre, en las ausencias y presencias, aquel pequeño nacimiento, de elementos naturales,  cogidos al borde del barranco, rocas, picón, musgo, arenas, cañas, y un poco de añil para tintar el cielo, con platina simulando el agua en el barranco por donde la Virgen lavó y tendió sus pañales. Y, cómo no, el eterno pastor con la oveja a cuestas que aún junto con alguna otra figurita es testigo mudo de los años que sobre mis hombros voy soportando, y que seguro y a buen recaudo una de mis hermanas guarda como oro en paño, de los años de nuestra niñez en aquel Telde de los años cincuenta y sesenta.
Ya estamos en Navidad por mal que nos pese o por bien que deseemos, y la crisis como el ángel anunciador de los pastores, ahí permanece, no se va, se ha acomodado a estar entre nosotros que, colgado de las conciencias, permanece y no queremos ver, y ¡qué le vamos a hacer!, los Magos de Oriente  con las ofrendas de su magia oriental, con sus regalos a lomos de camellos, no nos dejarán en la ventana, en la chimenea o bajo la cama, una bonita solución, una esperanza a este mal que no merecemos, nos dejarán el mismo saco de carbón, habrán en la próxima subida del coste de energía,  tengamos un poco carbón para ir tirando y evitar pagar unos euros más por el gasto eléctrico.
Noche dedicada a la Navidad, cantos, villancicos, canciones populares canarias, al tiempo navideño que próximamente vamos a revivir como cada año, los que, esperamos, confiamos y ponemos nuestras esperanzas en que vengan mejores tiempos para la ciudadanía que a causa de esta crisis, no siempre la Navidad llega a gusto de todos y algunos lo siguen pasan mal, con Navidad y sin Navidad, carencias, penurias, difíciles situaciones económicas, la larga espera en la cola del paro, el desempleo que no baja, la ilusión porque los brotes verdes broten ya de una vez y no sea una frase política más, evocada desde la altas instancias y estadísticas,  como bien recita en su poema nuestro poeta teldense Julio Pérez:¡Ay, qué dolor de María, porque nace su pequeño y están gobernando el mundo los mercaderes del templo!”
Lo que celebramos es el mejor deseo de que estas situaciones se vayan lejos, muy lejos, y que no regresen más, pero no que se las lleven los Tres Magos de Oriente al desierto, no, bastante tienen esos campamentos de refugiados, marginados, incomprendidos, abandonados de la mano de Dios, el de aquí y el de allá, en esos desérticos lazaretos, como para que se les añadan más problemas y conflictos, lo que tenemos que hacer es apoyar, arrimar nuestro hombro para que estas circunstancias de injusticias, desequilibrios sociales y pobreza desaparezcan de una vez por todas de la faz de este planeta, con Navidad y sin Navidad, con calor y con frío, con lluvias torrenciales, con sequías letales y desgracias climatológicas que siempre sus catastróficas consecuencias las pagan los mismos, y así seguimos.

Ya tenemos el tiempo de los buenos deseos, el mes del consumismo por excelencia, el mes de las luminarias y árboles engalanados para festejar, paradojas del destino, lo que en un humilde establo ocurrió hace dos mil y pico años,  que por overbooking de sensibilidad humana no se le concedió un rincón caliente a aquella célula familiar, donde parir y gritar a los que, curiosos  venían a ver y ser testigos de aquel misterio,  siguiendo según los cálculos e investigaciones posteriores, la ruta astronómica, premoniciones y estela de la estrella, un cometa, el Halley, de nuevo por el Oriente Medio, ¿cuántas miserias, desgracias, guerras, brutalidades humanas, genocidios, habrá podido diseminar en su poder cósmico la estela del cometa Halley en su crono de 76 años?, como presagio de aquellas remotas creencias y malos augurios.
Este polvo de estrellas ha sido incapaz de encubrir el lado oscuro del humano, la ambición, el hambre de poder y las miserias de la Tierra, y sin embargo aún nos es muy curioso cada cierto tiempo, el admirar su rastro en el firmamento, aquel que desde hace unos siglos intentamos fijar sobre el portal del Belén doméstico, en las paredes de una habitación, para recrear el mismo que sirvió, de polvo y materia estelar, la señal en el cielo de que en aquel lugar de Belén había nacido el Mesías, y que en nuestro techo archipielágico es más firme, brillante, menos contaminado,  observando fenómenos de cambio, movimiento y evolución cósmica con más detalle y precisión que desde cualquier otro punto de observación que nuestro planeta nos ofrece desde la esquina de una de las espirales de nuestra gran galaxia, la Vía Láctea, escondidos, microscópicamente situados en el sistema solar.
Desde ese rincón ocupando el planeta llamado Tierra estamos los seres humanos, los evolucionados y en compañía de los seres vivos de otras especies, viajamos por el Cosmos, en un movimiento de traslación perfectamente cronometrado, cada 365 días celebramos el nacimiento del enviado del Padre, del Mesías, del Hijo de Dios hecho hombre, que dio testimonio, ejemplo y origen al vínculo de fe, creencia y esperanza en el nuevo hombre después de la resurrección que el cristianismo predicaría por todo el orbe. Pero primero tuvo que nacer ese niño Jesús, y en este tiempo entramos, nace el salvador, redentor y mensajero de la paz, el perdón, de la humildad, de la caridad, de la comprensión, de la entrega, del sacrificio y de la cruz, a partir de ahí las historias humanas se suceden y continúan, el hombre busca por doquier respuestas a su misma existencia,  en ese sentido seguimos, sentémonos a la misma mesa repartiendo la esperanza, la caridad y la solidaridad con todos los pueblos del mundo, miremos al cielo y celebremos, por encima de todo, la humanidad y la esperanza que con la mejor voluntad debemos felicitarnos en estas navidades.                
Noche de Navidad, 24 de diciembre, bum, bum, bum, repican las campanas, el niño Dios va a nacer, I wish you a Merry Christmas, Lo Divino se hace niño para estar entre nosotros, Noche de Paz, Noche de Amor, Silent Night, Pero mira cómo beben los peces en el río,  Dulce Navidad, Hacia Belén va una burra rin, rin, …………… y así infinidad de temas musicales, villancicos traducidos a lenguas diferentes, con motivos populares, tradicionales y con el acento que cada país, región o pueblo ha creado para entonar en estos días que, como una paradoja del materialismo que nos invade, el acto que saluda o da entrada a este período festivo, el sorteo de navidad, el importantísimo y esperado sorteo de la Lotería Nacional cuyos pingües beneficios son notorios con respecto a otros sorteos, será que a pesar de la crisis, “la paga extra”, quién la tenga,  esa mañana nos hace ver la crisis con un poco menos pesimismo, ¡bueno!, bien está que le cambie la vida a quienes el azar ha tocado a su puerta, ya vendrá enero con su cuesta, y febrero, y marzo, de  todas formas Buena Suerte con los números elegidos, y de momento celebremos de la mejor manera posible el momento de reunirnos todos en familia y desearnos lo mejor, desde el corazón, con las miradas que entrecortadas, silenciosas, nos cruzamos por las calles, con el recuerdo de los ausentes, todos y todas, grandes y chicos, jóvenes y mayores, sin discriminación de clase, raza, sexo, género e ideología, una Feliz Navidad y un Próspero Año Nuevo 2011. ¡FELIZ NAVIDAD Y AÑO NUEVO!
Adjunto a este texto, les dedico unas imágenes de motivos navideños de nuestro más emblemático y artístico patrimonio, el trabajo de artistas que hicieron de este acontecimiento, el nacimiento de Jesús una extraordinaria muestra del arte, pictórico, escultórico, belenístico, que en nuestras iglesias muestran la maestría del ingenio, del pensamiento humano y la fe al alcance de las miradas, para dar gracias al todopoderoso por la inspiración de que han sido revestidos estos artistas y su aportación, que nos han ayudado a comprender la grandeza, a pesar de todo, del Ser Humano.
*Detalles del retablo gótico-flamenco del Altar Mayor de la Basílica Menor de San Juan Bautista de Telde, toda la obra tallada en madera sobredorada, donde se muestran escenas de la vida de la Virgen María, y del Tríptico de pincel, traído a Telde antes de 1538. Se le nombra por primera vez en el testamento de Cristóbal García del Castillo, en el que este prohombre teldense señala que las tablas de pincel que él se hizo traer de Flandes, y que se encontraban en su casa, posiblemente en un oratorio, a su muerte pasen a la Iglesia de San Juan Bautista para ser depositadas en la Capilla donde va a estar su sepultura. Él se entierra en la capilla colateral derecha dedicada a San José, llamada Capilla de Las Tablas o de La Virgen durante los siglos XVI, XVII y XVIII. La Tabla de un gran valor artístico representa cinco escenas. Abierto el tríptico se contempla la representación de la Adoración de los Pastores,  los Reyes Magos, y la Anunciación del ángel a María.  Por el reverso el retrato del donante Don Cristóbal y la imagen de San Cristóbal portando al niño. Escenas del Belén de la Iglesia de San Gregorio, San Juan y del Belén de Pepe Sánchez en la Plaza de San Gregorio.
Jesús Ruiz Mesa.

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