EL CUADRO DE MI VIDA.
Me pintó un pintor un día
un amor de mil colores
y sentí como las flores
en mi muerta fe nacían
Pero no vi las espinas
y desangré en mi locura,
que eran brotes de amargura
las flores de las esquinas.
El cruel tiempo fue apagando
los coloridos y el brillo,
y resurgió el carboncillo
que el lienzo estaba ocultando.
Aquel pintor de mi vida
que me dibujó ilusiones,
fue trazando los borrones
que ennegrecieron mi herida.
El cuadro de aquel amor
no era amor, sino capricho…
porque puso en entredicho
los pinceles de mi honor.
Mi caballete, hoy vacío
ya no espera un nuevo lienzo…
pero colores yo trenzo
y en mi acuarela confío.
“En mi paleta hay fe y brío
y con ellos recomienzo”.
Guadalupe Santana Suárez ©
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