Telde.- El sacerdote Juan Carlos Arencibia abrió esta noche las fiestas del Santo Cristo de Telde. Unas celebraciones de carácter puramente religiosas y que llenarán la Basílica de San Juan de fervor y devoción hasta el próximo 22 de septiembre.
Desde una mesa situada a los pies del altar al que mañana martes descenderá la efigie del Santo Cristo para reposar en una urna de cristal, Arencibia pronunció un pregón en el que aunó la vertiente histórica con la espiritual.
Doctor en Historia del Arte, profesor del Instituto Superior de Teología de Canarias y director espiritual del Seminario Diocesano, además de sacerdote de la parroquia de San José Artesano, en el barrio capitalino de Lomo Blanco, el pregonero arrancó relatando cómo la historia propició su encuentro “más curioso” con la ciudad de Telde.
Con voz clara y un ritmo pausado que delata a los buenos oradores, explicó al público asistente, entre el que se encontraba el sacerdote José María Cabrera y la alcaldesa de la ciudad, Carmen Hernández, además de otros representantes políticos, que ese momento sucedió hojeando el diario de la visita pastoral que el obispo Antonio Tavira y Almazán giró a las iglesias del Archipiélago canario al poco de haber sido nombrado prelado de la Diócesis, finales del siglo XVIII.
Fue entonces cuando Arencibia, estudioso de la ilustración, confesó que se quedó “embelesado” imaginándose el Telde del aquel entonces, “a sus gentes, sus infraestructuras, sus iglesias y ermitas y su convento de San Francisco”.
El sacerdote continuó su reflexión ofreciendo algunas pinceladas históricas de la visita de este obispo, predicador en la corte de Carlos III y que llegó a Telde en febrero de 1793. En su periplo por la ciudad, expuso, estuvo varios días en la Basílica de San Juan, en donde estableció la Hermandad Sacramental de la Caridad Cristiana, organización que se encargaría del culto y del cuidado de los más pobres en la parroquia.
Como dato curioso, Arencibia desveló que en el diario pastoral no figuran referencias a la imagen del Santo Cristo ni a la ceremonia de la bajada, aunque sí a un acto similar, un descendimiento que tenía lugar en el convento de San Francisco y que el escribano del obispo definió como una “práctica teatral nada digna del decoro y la gravedad de nuestra Santa Religión”.
Juan Carlos Arencibia hiló esta parte de su pregón con el sentido de las fiestas cristianas, deteniéndose en el significado de las del Santo Cristo de Telde.
En la parte final, el pregonero ofreció una radiografía y una semblanza historia de esta venerada efigie, una imagen que los indicios tarascos moldearon en el siglo XVI a base de una pasta de millo.
Prosiguió hablando sobre su papel evangelizador en la sociedad actual y por último lanzó un ruego por la paz, la cultura de vida, la caridad, la solidaridad, la evangelización y las vocaciones laicas y religiosas.
La Banda Municipal de Músicai de Telde puso el broche de oro a la noche con la interpretación de varias piezas musicales al término del pregón.
Mañana la bajada y el jueves la procesión
Tras el pistoletazo de salida que este lunes protagonizó Juan Carlos Arencibia, la edición 2017 de las fiestas del Santo Cristo de Telde tendrán este martes, 12 de septiembre, uno de sus actos más esperados. La ceremonia de bajada de la imagen desde la hornacina del altar mayor del templo matriz de la ciudad. Será tras la misa que comenzará a las 19.30 horas. El jueves se vivirá otras de las jornadas importantes con la procesión del Cristo por las calles del núcleo histórico de San Juan.
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