jueves, 31 de julio de 2014

“Las tabaibas y sus consecuencias…”


“… a lo que sembramos dale crecimiento…” (del Himno de Vísperas lunes I).
“… la simiente…, que con nuestro trabajo hemos sembrado hoy, crezca y germine para la cosecha…” (de la Oración de Completas del lunes).
… esta desgraciada isla e islas, que viven de la mendicidad, tanto europea como la estatal, para poder sobrevivir, y que desde la mejor tierra del mundo y del mejor clima del mundo, nada exportamos sino parados, vendiendo la tierra al cabildo para que nada-nada produzcamos, sino
parados y hambre. Y es que somos tan desgraciados, que no ya para la exportación, es que no producimos nada, ni para el autoconsumo. Nada vendemos, a no ser el sol. Y es que vivir de ayudas, nos degrada y nada soluciona a la larga, sino a prolongar esta agonía.
Estrategia alguna, no tenemos. Agua tenemos de sobra, pero nada riega. Solo tendemos la mano de mendigos, a todos. Todos (ganaderos, agricultores, pescadores, etc.), todos pidiendo a europa, a españa, al tabaibal, a…, y las arcas se vacían, y los dineros no llegan, y tampoco llega la solución (volver sin más al sector primario, al que le sobran ayudas y le faltan manos y sudores, sin más). Y, la única voz que se oye es: “¡pidamos más!, ¡que nos den más!”, ¡de pena, usted, de pena! Solo piden. ¡Y no dan un palo al agua! Solo tienen el derecho de pedir, y no el de dar. Y así, ¿quién nos defiende?, ¿quién reconduce la situación, desde la tradición y a lo que siempre fue: “¡ayúdate, que yo te ayudaré!”? ¡Manos que trabajen y no manos que pidan! Desaparece lo que siempre se tuvo: agricultura y ganadería, ¡y miran a europa, a españa, a…! Futuro incierto, desde un presente cierto: hambre y paro.
El terreno, se lo come todo la tabaiba, en lugar de plátanos, tomates, pepinos, etc. Solo invertimos en balón cesto. Solo se promociona el carnaval. Nos tapan los ojos, como a topos, para que nade veamos. Solo tenemos de calidad el sol (¡y es de todos!). Solo generamos pobreza. Los precios siguen -sin parar- subiendo. Cada vez, menos cultivo; ¡ya, casi nada! ¿Qué esperamos?
El Padre

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